Reciclaje en la energía eólica

El 18 de marzo es el Día Mundial del Reciclaje. Separar los residuos y aplicar la economía circular nos permite proteger al planeta. Os contamos algunos ejemplos innovadores de EGP aplicados al reciclaje de baterías eléctricas y de turbinas eólicas.

El reciclaje, elemento fundamental de la economía circular, es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Según los datos de la Global Recycling Foundation, gracias al reciclaje cada año se evitan más de 700 millones de toneladas de emisiones de CO2, cifra que en 2030 alcanzará el millón de toneladas. 

Son muchos los proyectos de reciclaje y reutilización que Enel Green Power ha puesto en marcha en los países en los que está presente, los cuales permiten, entre otras cosas, ahorrar agua y reciclar madera o materiales de construcción. Entre todas estas iniciativas, destacamos dos que están directamente relacionadas con las tecnologías de las plantas renovables.

Una vida nueva el eólico

Los primeros parques eólicos datan de principios del 2.000. Las centrales eólicas tienen una vida media de entre 30 años, la cual se puede alargar gracias a proyectos de repowering, utilizando, por ejemplo, piezas de recambio cuya eliminación es sostenible. La mayor parte de los componentes de una turbina eólica resultan fáciles de reciclar porque están hechos de metal. En cambio, las palas resultan más complicadas de reciclar ya que están hechas con compuestos de resinas reforzadas con fibras de vidrio y de carbono, además de materiales secundarios como colas, barnices y metales.

Por este motivo, EGP está  poniendo en práctica el proyecto Wind New Life, que consiste en desarrollar una cadena de valor para gestionar el final de vida útil de las palas. En España, en el complejo de Compostilla, se realizará un centro de recogida y tratamiento de palas desechadas, que recogerá aproximadamente 6.000 toneladas de fibra de vidrio y carbono al año y las transformará en materia secundaria, que se podrá reutilizar para producir componentes de gran valor añadido (como materiales de construcción, productos sanitarios y para el mobiliario, tuberías y armarios urbanos para contadores de Enel).

Otro de los posibles usos de las palas retiradas es la realización de postes de transmisión eléctrica, que pondremos a prueba sobre el terreno con el proyecto Rewind en los próximos meses, en EE.UU. También podemos integrarlos en los bloques utilizados por Energy Vault para la acumulación gravitacional. Esta empresa suiza está experimentando tecnología puramente mecánica inspirada en las centrales hidroeléctricas para almacenar energía utilizando enormes bloques de material sólido. Los bloques se levantan para almacenar electricidad cuando se produce un exceso de energía y luego, cuando hace falta energía, descienden y aprovechan la gravedad para generar energía eléctrica en la bajada. El material procedente de las palas confiere a los bloques más estabilidad y robustez.

Apostar por nuevos materiales

También se está dedicando un gran esfuerzo al diseño de los productos, en sintonía con el enfoque Open Innovability® del Grupo Enel. Por ejemplo, la empresa emergente sueca Modvion diseña torres eólicas de madera, alternativas a las de acero tradicionales, que no sólo presentan la ventaja de ser más sostenibles, sino que además resultan menos gravosas desde el punto de vista logístico y económico: gracias a un sistema modular, las torres se montan in situ y pueden transportarse con facilidad.

Por su parte, la empresa escocesa ACT Blade está especializada en la producción de palas innovadoras recubiertas con un tejido técnico especial, como el que se utiliza para las velas de los yates de regata de la Copa América. Las palas son más ligeras ya que están construidas con un armazón de composite ligero, que resulta más fácil de separar y reciclar y están revestidas completamente con un tejido técnico reutilizable.

Una segunda vida para las baterías eléctricas

Otro capítulo importante del compromiso de Enel Green Power con el reciclaje y la innovación es la reutilización de las baterías de vehículos eléctricos –en concreto del modelo Nissan Leaf– que se reciclan y ensamblan en un gran centro de almacenamiento energético, es decir, de acumulación de electricidad, con el objetivo de mantener estable la red eléctrica de Melilla. La ciudad española está situada en la costa africana y está separada del resto de España. Lo mismo sucede con su red eléctrica local, que se alimenta de una central térmica y está aislada de la red de distribución nacional. La solución ideada por EGP en colaboración con Nissan consiste en reutilizar y conectar entre sí 90 baterías de coches eléctricos para generar una potencial total de hasta 4 MW, con una energía máxima acumulada de 1,7 MWh.

En la misma planta de Compostilla, en España, se está diseñando un innovador sistema de gestión de baterías al final de su vida útil que tiene como objetivo reciclarlas sometiéndolas a una fase de descarga, desmontando, descomponiendo y seleccionando los materiales para volver a introducirlos en los ciclos de producción de nuevas baterías.

Cómo renacen los paneles fotovoltaicos

El tema de la circularidad es el eje de varias actividades en el ámbito de la energía solar. Enel participa junto a otras empresas y centros de investigación en el proyecto europeo Photorama, que tiene como objetivo desarrollar tecnologías innovadoras para reciclar los productos fotovoltaicos que han finalizado su vida útil y otros restos de producción, recuperando el 95% de las materias primas secundarias para reincorporarlas en la cadena de valor del sector fotovoltaico.

También contribuye a las iniciativas de economía circular Spare Parts and Equipment New Life, el proyecto iniciado en febrero de 2020 para dar una nueva vida a piezas y material de almacén de centrales destinadas al cierre o a la transformación.El proyecto ha permitido reducir el impacto medioambiental al evitar que los materiales acaben en un basurero, generando ahorros gracias a las prácticas internas de reutilización, venta y reciclaje.

Estos son sólo algunos ejemplos, pero el enfoque circular de Enel Green abarca toda la cadena de valor, empezando por nuestros socios. Por ello, hemos introducido criterios globales de sostenibilidad en la evaluación de los proveedores que incluyen el uso de energía renovable, la certificación de sostenibilidad a lo largo de todo el proceso de producción y, por último, aunque no menos importante, la aplicación de los principios de circularidad, en concreto, en el uso de los materiales reciclados.