El potencial de la región Caribe de Colombia para el desarrollo de proyectos de energía eólica

La zona de la Alta Guajira, por la calidad de sus vientos, concentra la mayoría de obras para la generación de energía eólica.
“Por sus recursos, la Región Caribe tiene un potencial enorme y todas las condiciones para convertirse en polo de desarrollo de energías renovables, especialmente de energía eólica, por los vientos en la zona costera y por los que hay, potencialmente, costa afuera, para el desarrollo de proyectos eólicos offshore”, explicó Germán Corredor, presidente de la Asociación de Energías Renovables (Ser Colombia).

La Alta Guajira cuenta con las mejores condiciones de viento, por esto, según datos del Ministerio de Minas y Energía, en ese departamento están concentrados los nueve proyectos eólicos que actualmente hay en la región (ver gráfico).

Las características de la zona también son propicias para el desarrollo de proyectos solares. “Las condiciones de la Costa Caribe son unas de las más favorables en Colombia, porque allí se pueden aprovechar las condiciones de radiación, en la medida que allá hay una mayor cantidad de horas sol diurnas, lo que permite mayor capacidad de generación de los sistemas”, anotó Marcos Páez, director comercial de GreenYellow.

Esas condiciones han sido aprovechadas para el desarrollo de tres proyectos de energía solar: La Loma y El Paso, en el Cesar, y Campano, en Córdoba. Estos, sin embargo, no son los únicos pues, como agregó Corredor, hay también varios proyectos en curso de tamaños diversos, especialmente solares, que están siendo desarrollados por empresas privadas en varios departamentos de la región.

El mayor reto está en la construcción de redes

Aunque es claro el potencial de la región como generadora de energía, uno de los mayores retos está asociado a la construcción de redes que permitan llevar los megavatios generados en el Caribe al centro del país, donde están las áreas de mayor consumo energético. Por esto, es indispensable seguir impulsando la construcción de líneas de transmisión, como Colectora 1 y Colectora 2, y otras más pequeñas pero igualmente importantes.

Laura Vita Mesa – lvita@larepublica.com.co