Guatemala desaprovecha las energías renovables

Guatemala posee un potencial aprovechable de generación eléctrica con energías renovables de aproximadamente 19.700 MW, y sin embargo, solo se utiliza una mínima parte. Expertos en el tema reconocen que existe capacidad que va más allá de la producción de energía hidroeléctrica.

Marta de Rivera, directora ejecutiva de la Fundación Solar, informó que el país tiene capacidad para generar 7.800 MW de energía eólica, 1.000 MW de geotérmica y 10.900 MW de electricidad hidráulica. En cuanto a energía solar, el país podría generar en promedio 5,3 kW por metro cuadrado al día. “Pese al potencial, la mayoría de la electricidad del país se produce con base en la energía térmica que utiliza derivados del petróleo”, destacó.

Valerio Cecchi, presidente de EnerGreen Power Latin America, explica que con excepción de las hidroeléctricas, en el país no existen proyectos de gran envergadura. A su criterio, el país tiene potencial para desarrollar proyectos de generación de energía con fuentes renovables, aunque se requiere mayor certeza jurídica, protección a la inversión extranjera y mejorar el clima de negocios.

Con la alta dependencia del petróleo el sector energético nacional se ha propuesto una estrategia para transformar la matriz energética y potenciar las energías renovables, con el fin de mitigar el uso de combustibles. En la actualidad, la matriz energética, en promedio, cubre el 37,9% con generadores derivados del petróleo, 36,1% con hidroeléctricas, 13,3% con cogeneradores (ingenios azucareros), 8,7 %con carbón, 3,5% con geotérmica y 0,50 con importaciones.

En verano, la cobertura con derivados del petróleo llega hasta 65%, y en invierno las hidroeléctricas cubren aproximadamente el 70% de la demanda. Luis Ortiz, exministro de Energía, comentó que para el sector energético guatemalteco la licitación y la red de transmisión son proyectos impostergables. “El no haber desarrollado por más de 25 años la parte de la red eléctrica de transmisión y no modificar la matriz energética han representado para el país altos costos económicos”, afirmó.

Los costes van desde mayor erogación en gastos de electricidad del consumidor, empresas e industrias, así como la pérdida de competitividad para atraer inversiones principalmente industriales, debido a los precios altos de la electricidad y la poca confiabilidad en el sistema por la vulnerabilidad ante apagones generales constantes. Al tener una matriz energética que depende del petróleo, los costos fluctuantes se trasladan de manera directa al usuario, detalló Ortiz.

En marzo de este año, la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE) y las tres distribuidoras más grandes del país (EEGSA, Deocsa y Deorsa) iniciaron el proceso de licitación para la compra de 800 MW de energía, para garantizar el suministro en el país del 2015 al 2030.

Hasta el momento, 26 empresas han comprado las bases que servirán para atender a miles de usuarios de la Empresa Eléctrica de Guatemala (Eegsa) y de las Distribuidoras de Occidente (Deocsa) y de Oriente (Deorsa) y cubrir el aumento de la demanda anual.

Entre las empresas que adquirieron las bases se encuentran Cutuco Energy (gas), Duke Energy (térmica), Enel (hidráulica), Energías Renovables de Mesoamérica (eólica), Eléctrica Termo Rosario (térmica), Eólica San Antonio, Hidro Xacbal, Magadalena (biomasa), Inde Instituto Nacional de Electrificación, Pantaleón (biomasa), Recursos Energéticos Pasac (hidráulica), Recursos Naturales Celulasas (hidráulica), Siemens (proveedor de equipos) Teko Guatemala y Puerto Quetzal (térmicas).

Jorge Alonso, gerente de Eegsa, recordó que el objetivo de la licitación abierta es aprovechar las fuentes de energía renovable e incentivar el uso de tecnologías más eficientes para transformar la actual matriz energética. “Es bueno tener a nuevos generadores compitiendo en el mercado regulado, que es el que las distribuidoras atendemos”, expresó Alonso.

Enrique Moller, director de la CNEE, opinó que con las nuevas licitaciones se pone fin a contratos que fueron firmados en la década de 1990, principalmente con plantas que generan a base de búnker. Esos contratos –13 en total– se vencen entre el 2013 y el 2014, y significan 160 MW.

En la licitación la principal instrucción es que al menos el 60% de la generación –480 MW– sea produzca a partir de recursos renovables. Asimismo se restringe a un máximo del 40% de participación a las empresas ya existentes, a fin de que nuevos oferentes se sumen al mercado.

Carlos Colom, presidente de la CNEE, explicó que la idea del proceso no solo es integrar fuentes hídricas e incluir plantas de carbón, sino generar interés por inversionistas especializados en gas natural, por ejemplo, que es más limpio y de menor costo a largo plazo. En este caso, los interesados podrían instalarse cerca del Pacífico, para descargar dicho gas hacia la central.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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