El PP quiere más centrales nucleares por Valeriano Ruiz Hernández

El diputado del PP y secretario general de la Fundación FAES, Jaime García-Legaz, ha adelantado las líneas básicas del documento ‘Propuestas para una estrategia energética nacional’, redactado por encargo de Mariano Rajoy. El texto hace hincapié en la “ausencia de una verdadera estrategia energética”; califica la actual política energética de “errática e incoherente”; apuesta por alargar “todo lo que sea técnicamente posible” las nucleares y abrir el debate sobre la construcción de más centrales de este tipo, y aboga por revisar las subvenciones a las energías renovables y al carbón y por que se limite la incorporación al sistema de las energías fotovoltaica y termosolar.

Que el entorno intelectual del partido que ha gobernado España durante ocho años en el pasado reciente eche en falta "una verdadera estrategia energética" es sorprendente e hipócrita, pero esperanzador por si vuelve a gobernar, momento en el que sin duda establecerá esa estrategia; ya veremos. En sus ocho años (1996-2004) en el Gobierno, el PP hizo muchas cosas –demasiadas en mi opinión- en el tema energético:

Al principio de la primera legislatura, su ministro de Economía dictaminó y pontificó que la electricidad tenía que ser más barata y con ello puso en marcha el proceso por el que se originó el ya bien conocido déficit de tarifa, al no incorporar en el recibo de la electricidad la subida de los precios de los combustibles fósiles que hicieron más costosa su generación. Por cierto que en aquellos tiempos no había apenas renovables en el sistema.

También se notó aquella “verdadera estrategia energética” en que, justo a partir de 1996, la intensidad energética (verdadero indicador de la eficiencia energética del sistema económico) inició un crecimiento sostenido (que no sostenible), hasta que en 2005 el principio de los síntomas de la crisis frenó ese crecimiento. Y eso cuando en la Unión Europea en su conjunto este indicador continuó bajando, con lo cual las empresas de nuestro entorno se hicieron cada vez más competitivas frente a las nuestras. En fin, una magnífica política energética.

También entonces se aprobó la Ley 54/97 del Sector Eléctrico, que marcó un “antes y un después” en la política de la electricidad en España, con la “liberalización” (al 50 %, eso sí) del sistema al establecer el llamado Régimen Especial y las primas que ahora se critican tanto por parte de todos (bueno, casi todos, porque al menos a mí me parece bien como mecanismo tímido de corregir algo las graves distorsiones del sistema). Que quede claro, quien puso en marcha el sistema de primas fue un gobierno del PP con el Sr. Rajoy en su Consejo de Ministros.

Y, para colmo de buena estrategia energética, en su último Consejo de Ministros (Marzo del 2004) se aprobó de manera sorpresiva, improvisada e irresponsable (no puso límites y alentó con primas excesivas el crecimiento del Régimen Especial) el Real Decreto 436/04, que impulsó fuertemente las energías renovables y dio inicio a la situación de inflación de primas que tanto se critica actualmente.

Que ahora descubran de pronto que España tiene una “política energética errática e incoherente” y todas las demás “debilidades” del sector energético español que ellos “acaban de conocer” es magnífico; así podrán corregir todo lo mal que se ha hecho antes, incluido lo realizado por ellos, que –como acabo de indicar- no fue poco. Eso está bien, y más aún en un momento en el que, según dicen todas las encuestas y los dirigentes de ese partido dan por hecho ya, ganarán las próximas elecciones generales. Lo único que pasa es que creo parece que no conocen o no entienden algunos “pequeños detalles”:

El Congreso ha dado luz verde a una enmienda del Senado en el marco de ley de Economía Sostenible que permitirá alargar la vida útil de las centrales nucleares españolas más allá de los 40 años; pero, con eso se puede crear un “pequeño problema”: que la capacidad del sistema eléctrico español –ya muy sobredimensionada- dé lugar a que no funcionen otras centrales de todo tipo, sobre todo a determinadas horas de poco consumo. Supongo que saben que la electricidad como tal no se almacena en cantidades significativas y que la cantidad que se consume tiene que ser la misma que la que se produce. Y la capacidad de compra de nuestros vecinos está muy limitada. Por tanto, más generación nuclear, menos de otro tipo.

En esas condiciones nadie puede entender cómo se puede plantear en serio incrementar la capacidad de generación en cantidades tan grandes como supondrían las centrales nucleares cuando ya tenemos 103.000 MW, el consumo máximo (un solo día del año, el 10 de Enero de 2010) fue de 44.122 MW y la necesidad de energía está bajando por la crisis, aunque también debería hacerlo por el éxito de los programas de ahorro y eficiencia energética aprobados, por cierto, también por el PP.

No se sabe quién va a pagar esas supuestas nuevas centrales nucleares ni dónde se van a construir. ¿Acaso en Madrid, que es donde más electricidad se consume y menos se produce en España?

Cuando dicen: “es fundamental, porque Garoña aporta muchísima electricidad al sistema. No es –ha recalcado García-Legaz- una central pequeñita". A lo mejor no han consultado la web de REE (www.ree.es) que dice que Garoña generó poco más de 4 TWh en el año 2008 y algo así como 3,5 TWh en el 2009, cuando la generación del parque eléctrico español es del orden de 300 TWh al año. Si eso es “muchísima”, pues bueno, el experto en energía de FAES sabrá qué quiere decir.

También resulta sorprendente que pretendan “revisar las políticas de primas o subvenciones a las energías renovables”. Asimismo, plantean “que se limite la incorporación al sistema de más fuentes renovables caras, como fotovoltaica y termosolar”. Es sorprendente, porque fueron ellos quienes las pusieron en marcha e impulsaron y ahora quieren cambiar ese planteamiento. No sé qué pensarán las importantes empresas que ahora mismo movilizan tantas inversiones y están dando tantos puestos de trabajo…  Amén de que el sentido común y la Constitución

Española me parece que no permiten que se activen mecanismos legislativos con efectos retroactivos. Eso sí, pueden paralizar el magnífico proceso industrial que se ha iniciado por importantes empresas españolas que están muy situadas a nivel internacional creando una gran cantidad de puestos de trabajo en nuestro país y prestigiando nuestra capacidad tecnológica.

En fin, que me parece una buena noticia esta toma de postura de la Fundación FAES aunque, claro, el Gobierno que salga de las próximas elecciones –si acaso fuera del PP- no está obligado a seguir esas indicaciones. Y yo estoy convencido de que no las seguirá. Como tampoco el actual Gobierno del PSOE ha seguido las indicaciones de la Fundación IDEAS, justo por lo contrario. Por eso, no entiendo para qué sirven estas

Fundaciones y sus informes que, en este caso de la FAES, no solo no están bien fundamentados sino que no sirven para nada; como no sea para “calentar el ambiente” ya de por si bastante caliente.

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