La Presidencia española dice que apuesta por las energías renovables

Para que el PSM sea una realidad es necesario contar con interconexiones eléctricas, tanto entre el sur y el norte del Mediterráneo, como entre la Europa mediterránea y el resto del continente. Actualmente la única línea eléctrica en operación entre Europa y el Norte de África es la que une España y el Reino de Marruecos, lo que puede permitir a España jugar un papel determinante en la implantación del Plan.

La financiación de los proyectos debe apoyarse en instituciones públicas y privadas: fondos comunitarios, préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y de organismos financieros internacionales y regionales, así como una amplia participación de inversión extranjera directa.

El PSM es también un instrumento para fomentar la cooperación económica, institucional y técnica entre países y canalizar inversiones en la región que contribuyan a su desarrollo económico.

La Presidencia española de la UE celebra en Valencia la Conferencia sobre el Plan Solar del Mediterráneo, una cita que ha reunido a responsables energéticos de la UE, de los países ribereños del Mediterráneo e instituciones del ámbito energético y de la cooperación para el desarrollo económico, con el objetivo de reflexionar y debatir sobre los retos y oportunidades que representa la implantación del Plan Solar del Mediterráneo (PSM), un proyecto que se ha marcado como objetivo alcanzar en 2020 una potencia instalada en energías renovables de 20 gigavatios (GW) en la región.

En 2008 la Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de países europeos, norteafricanos y de oriente medio acordó relanzar la cooperación euro-mediterránea, un foro que tiene como fin lograr la paz y la prosperidad en la zona mediante la cooperación en economía, política, justicia, seguridad, etc., y la fijación de resultados concretos que quedaron plasmados en la denominada Unión por el Mediterráneo.

El PSM es uno de los proyectos contemplados dentro de la Unión por el Mediterráneo, en la que están presentes 43 países, incluidos los 27 miembros de la UE.

A la Conferencia han asistido delegaciones de Egipto, Italia, Malta, Alemania, Marruecos, Argelia, Mauritania, Bélgica, Portugal, Grecia, Túnez y personalidades como el secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, el vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones, Philippe de la Fontaine Vive Curtaz, el director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía, Nobuo Tanaka, y la directora general de la Agencia Internacional de las Energías Renovables, Helène Pelosse.

Los países de la ribera sur del Mediterráneo tienen un alto potencial para producir energía a partir de fuentes renovables, ya sea para contribuir a su autoabastecimiento como para comercializar excedentes. Alcanzar el objetivo marcado (20 GW de energías renovables en 2020) les supondrá, además, desarrollar capacidades técnicas y creación de empleo cualificado, mientras que para los países europeos será un elemento que puede ayudar a cumplir los requisitos impuestos por la normativa europea de consumo de energías renovables en 2020 (el 20% del total).

Los diversos análisis realizados identifican como principales retos del PSM los elevados costes económicos que implica, la necesidad de contar con un contexto institucional estable que favorezca la inversión, la eliminación de barreras legales e institucionales y la construcción de infraestructuras e interconexiones apropiadas.

Integración y cooperación económica

La integración regional que busca el PSM necesita dos elementos esenciales para concretarse: la existencia de interconexiones eléctricas para evacuar la energía producida y el establecimiento de un marco institucional compartido que facilite la convergencia regulatoria y normativa.

Actualmente existe una sola interconexión eléctrica operativa entre Europa y el Norte de África (la línea que une España y el Reino de Marruecos) y con una capacidad de intercambio muy reducida. Debemos tener una mayor integración física con interconexiones eléctricas internacionales entre el sur y el norte del Mediterráneo y entre la Europa Mediterránea y el resto del continente para transportar los excedentes de electricidad que existan y aprovechar el potencial que ofrece el Plan. Esta singularidad puede permitir a España jugar un papel determinante en la implantación del Plan.

Por otro lado, los proyectos del PSM serán un vector de desarrollo, ya que aportarán la energía necesaria para el crecimiento económico aprovechando las ventajas comparativas que tiene la región en cuanto a recursos renovables (particularmente eólicos y solares); proveerán los servicios energéticos que necesita una economía moderna y mejorarán la formación técnica y tecnológica.

Es necesario también fomentar la eficiencia energética para aprovechar todo el potencial de la puesta en marcha de este volumen de energía. Muchos países de la región presentan consumos de energía per cápita muy bajos y al mismo tiempo elevadas tasas de intensidad energética, utilizan mucha energía para producir bienes y servicios.

Las excelentes condiciones naturales para el desarrollo de la energía eólica y solar han de servir para que los países de la ribera sur creen núcleos de conocimiento (clusters) y empleo cualificado para expandir la experiencia y las buenas prácticas a otros ámbitos de la economía.

En este sentido, es necesario articular sistemas de respaldo y de cooperación y transferencia de conocimiento para poner a disposición de los países que lo necesiten la experiencia que ha acumulado Europa en el desarrollo de las renovables.

Financiación de los proyectos

La identificación de los proyectos que mejor contribuirían al cumplimiento del PSM está avanzada y, según los estudios realizados para evaluar el potencial de energía renovable existente en la región, la mejor opción es una combinación de energía eólica, solar termoeléctrica y solar fotovoltaica, tecnologías que hoy en día presentan costes competitivos con combustibles fósiles en determinadas zonas de la región.

No obstante, las energías renovables todavía necesitan que se garantice su viabilidad, lo que requiere la articulación de sistemas de apoyo económico equilibrados que prevean su adecuación a los costes y su disminución en el tiempo hasta extinguirse cuando las distintas tecnologías alcancen la rentabilidad por sí mismas.

La instalación de los 20 GW de potencia objetivo del PSM requiere movilizar una gran cantidad de financiación en un momento de dificultad de acceso al crédito y crisis económica global.

Los mercados financieros de los países en desarrollo presentan insuficiencia de fondos y condiciones inadecuadas para el tipo de proyectos que se deben desarrollar. Por tanto, la financiación del PSM debe basarse en la concurrencia de fondos públicos y privados, fondos comunitarios, préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y de organismos financieros internacionales y regionales, así como una amplia participación de inversión extranjera directa.

Para dotar de confianza a los inversores, la regulación debe ser previsible e incentivadora, tanto en los aspectos económicos como en los estándares técnicos utilizados en los proyectos

VIII Conferencia de FEMIP

Un día antes de la Conferencia sobre el PSM, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) celebró la VII Conferencia sobre Mecanismos de Inversión y Partenariado en la Zona Euromediterránea (FEMIP), un foro que ha recibido el mandato de coordinación financiera del Plan Solar del Mediterráneo.

Durante la inauguración de la VIII Conferencia, el secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, destacó que la coincidencia en el tiempo y en una misma ciudad de las conferencias sobre FEMIP y el Plan Solar del Mediterráneo muestran el compromiso de las distintas instituciones para impulsar la cooperación en el campo de la energía.

Marín insistió en la necesidad de crear marcos regulatorios armonizados y en la importancia de la eficiencia energética como motor de crecimiento económico sostenible, al tiempo que llamó la atención sobre la necesidad de realizar interconexiones para aprovechar los beneficios de los esquemas de financiación que pueda implantar el BEI y otras instituciones o países.

El ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, afirmó este martes en el Senado que el Gobierno se ha fijado el 1 de julio como la fecha en la que espera tener cerrado un acuerdo con los grupos políticos acerca del futuro energético nacional y el encaje de las energías renovables.

"El Gobierno trabaja para que antes del 1 de julio de este año, y de acuerdo con el sector y los grupos políticos, podamos adoptar un marco en el que las energías renovables jueguen un papel clave", afirmó el ministro en respuesta a una pregunta de la senadora del PNV Miren Lore Leanizbarrutia.

Sobre las primas a las energías renovables, Sebastián dijo que Industria trabaja en un nuevo modelo "que no perjudique a la competitividad de la economía española" y sea "consistente con los objetivos a largo plazo" marcados para el conjunto del sistema eléctrico.

Junto a esto, recordó que la potencia eólica instalada ha pasado de 8.479 megavatios (MW) en 2004 a 18.200 MW en la actualidad, y que la propuesta presentada por el Gobierno a los partidos contempla 40.000 MW eólicos en 2020, de los que 35.000 MW será de eólica terrestre y 5.000 MW de eólica marina.

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