Un nuevo informe advierte al mundo del inmenso potencial energético renovable que todavía está por explotar

En la COP27, el Director General de IRENA insta a los líderes mundiales a cerrar la brecha en el desarrollo de las renovables.

Las renovables son la columna vertebral de la transición energética y una solución climática viable. Pero de las 183 partes del Acuerdo de París que tienen componentes energéticos renovables en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN), solo 143 tienen objetivos cuantificados y la inmensa mayoría se refieren al sector eléctrico. Solo 12 países se habían comprometido a incorporar un porcentaje de renovables a su cesta energética total.
En el documento Objetivos de energía renovable en 2022: una guía para el diseño, publicado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), se evalúa el grado de ambición en materia de energías renovables que se expresa en los compromisos y objetivos climáticos nacionales establecidos con respecto al objetivo climático global de limitar el ascenso de la temperatura a 1,5 °C. Se demuestra claramente que el nivel colectivo de ambición de la transición energética hasta la fecha no es suficiente pese al Pacto Climático de Glasgow para actualizar los objetivos de 2030 en los compromisos nacionales.
Según el Director General de IRENA, Francesco La Camera: «En este tiempo en que necesitamos desesperadamente una implementación rápida, hago un llamamiento a los líderes mundiales para que cierren con urgencia la brecha en el desarrollo de las renovables en busca de unas economías resilientes, energéticamente seguras e inclusivas. El informe de IRENA advierte a la comunidad internacional que las renovables ofrecen una solución climática fácilmente alcanzable, pero que requiere acción inmediata. Los compromisos climáticos deben potenciar la ambición de aprovechar todo el potencial de las renovables que todavía está por explotar».
«Hay una necesidad de urgencia real. A pesar de algunos avances, la transición energética queda lejos de estar encaminada», agregó. «Cualquier falta de acción a corto plazo reducirá todavía más la probabilidad de mantener el objetivo de 1,5 °C al alcance de la mano. De acuerdo con el eslogan de la COP27 together for implementation (juntos por la implementación) debemos pasar de las premisas a las soluciones concretas que beneficien a las personas y las comunidades sobre el terreno».
En la Perspectiva mundial de las transiciones energéticas de IRENA, se estima que la mitad de la energía
que se consuma en 2050 provendrá de la electricidad. El 90 % de la descarbonización implicará el
consumo de energía renovable a través del suministro directo de electricidad de bajo costo, medidas de
eficiencia, electrificación, bioenergía sostenible e hidrógeno verde. Sin embargo, que se alcance el objetivo
climático de 2050 dependerá de que se adopten medidas suficientes para 2030.
El nuevo análisis de IRENA señala que, para 2030, los países se han marcado el objetivo de alcanzar una
capacidad de generación eléctrica renovable instalada de 5,4 TW. Esta cifra solo sería la mitad de los
10,8 TW de capacidad instalada que hacen falta según el escenario de 1,5 °C de IRENA. Para conseguir la
neutralidad climática, el objetivo de capacidad de generación eléctrica renovable marcado para 2030
tendría que duplicarse en comparación con el nivel de ambición expresado en los objetivos actuales.
Esto es fácil de alcanzar al día de hoy, ya que los objetivos actuales de generación eléctrica renovable van
por debajo de los niveles de despliegue recientes, según el informe de IRENA. A fin de cumplir los
objetivos actuales para 2030, los países tendrían que agregar 2,3 TW de capacidad, equivalentes a un
promedio de adición anual de 259 gigavatios (GW) en los nueve próximos años. Esta cifra es inferior a la
capacidad instalada efectivamente añadida en los dos últimos años: en 2020 y 2021, pese a las
complicaciones provocadas por la pandemia y las consiguientes alteraciones de las cadenas de suministro,
se agregaron casi 261 GW al año en el mundo.
Por otra parte, los objetivos de electricidad renovable para 2030 siguen concentrados en un pequeño
número de regiones del planeta. Asia representa la mitad de la capacidad mundial prevista, seguida de
Europa y Norteamérica. En comparación, Oriente Medio y África del Norte representan apenas un 3 % de
los objetivos de despliegue mundial para 2030, pese al elevado potencial de la región. Y África
Subsahariana representa poco más del 2 % del total mundial para 2030.
Los países que tienen previsto el mayor nivel de despliegue son todos parte del G20 y representan casi el
90 % del objetivo agregado mundial. Aunque constituyen una pequeña parte del despliegue de renovables
en el pasado, los objetivos agregados de los países menos desarrollados (PMD) y de los pequeños Estados
insulares en desarrollo (PEID) duplicarían su capacidad renovable actual.
Consulte el informe «Objetivos de energía renovable en 2022: una guía para el diseño»
www.irena.org
Secretaría de IRENA Sede de IRENA, Ciudad de Masdar
P.O. Box 236, Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos
El análisis de IRENA se basa en el Informe de síntesis de las contribuciones determinadas a nivel nacional
en 2022, recientemente publicado por UN Climate Change, que demuestra que los planes climáticos siguen
siendo insuficientes para limitar el ascenso de la temperatura del planeta a 1,5 grados centígrados a finales
de siglo.
Acerca de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA)
IRENA es la principal agencia intergubernamental para la transformación energética mundial que apoya a los países en su
transición hacia un futuro energético sostenible y actúa como la principal plataforma de cooperación internacional, centro de
excelencia y repositorio de conocimiento sobre políticas, tecnologías, recursos y financiación de las energías renovables. Con 168
miembros (167 Estados y la Unión Europea) y otros 16 países en proceso de adhesión que participan activamente, IRENA
promueve la adopción generalizada y el uso sostenible de todas las formas de energía renovable para lograr el desarrollo sostenible,
el acceso a la energía, la seguridad energética, y un crecimiento y prosperidad bajos en carbono.