El hidrógeno que queremos: verde, sostenible y pronto también competitivo

“Green Hydrogen Development”, un evento celebrado en Milán, en el marco de la conferencia All4Climate, para debatir sobre el presente y el futuro de esta tecnología y hacer un llamamiento para la consecución de una economía de cero emisiones.

Hoy en día, cuando hablamos de lucha contra el cambio climático debemos considerar también el uso del hidrógeno verde, una solución muy prometedora para descarbonizar en los próximos años algunos sectores industriales como el transporte aéreo y marítimo.

“El proceso de descarbonización es una necesidad, no una opción, tanto para el sector público como para el privado”, sostiene Salvatore Bernabei, CEO de Enel Green Power. “El hidrógeno verde no genera emisiones, por este motivo se considera el único método de producción de hidrógeno realmente sostenible, con cero emisiones de gases de efecto invernadero”. “El objetivo – explicó Bernabei- no es atenuar o capturar las emisiones, sino dejar de producirlas completamente”.

Este tema fue el protagonista de un evento organizado por Enel Green Power en el ámbito de ALL4Climate, llamado “Green Hydrogen Development”, en el que participaron empresas productoras de tecnologías para el hidrógeno verde que trabajan para reducir sus costes, así como instituciones, investigadores, startups y jóvenes, demostrando el gran interés que existe por este sector.

De hecho, el hidrógeno verde va a desempeñar un papel fundamental en la descarbonización del sistema energético. En palabras de Francesco La Camera, director general de IRENA (Agencia Internacional de Energías Renovables): “Según nuestras estimaciones, el hidrógeno verde representará casi el 12% de las necesidades energéticas globales y contribuirá en un 10% a la reducción de las emisiones de Co2 de aquí a 2050”.

El motivo es que “el hidrógeno verde es el complemento ideal de la electrificación, sobre todo, en la descarbonización de aquellos sectores en los que los que la electrificación con energías renovables o no es viable o no es económicamente sostenible”, como explicó Paola Brunetto, responsable de la Unidad de Negocio de Hidrógeno de EGP, quien agregó: “En la actualidad, el reto principal se refiere a la reducción de los costes de producción del hidrógeno verde, aunque creemos que representará la opción más económica ya antes del 2030, sobre todo si los esfuerzos de empresas e instituciones se dirigen en esta dirección”.

También Nicola Rossi, responsable de Innovación de EGP, hizo hincapié en la necesidad de reducir los costes: “Estamos seguros de que esto se producirá en los próximos 10 años. El auténtico desafío es acelerar este proceso. Podemos actuar en dos frentes: reducir el coste de los electrolizadores y aumentar la eficiencia, porque si ganamos en eficiencia limitamos los costes operativos”.

Los paneles fotovoltaicos y las baterías nos demuestran que es posible una reducción rápida de los costes. Con este fin, según Rossi, “tenemos que trabajar en tres ámbitos: aumentar la escala de la industria manufacturera, aumentar el tamaño de los módulos que constituyen los electrizadores e innovar para introducir nuevas tecnologías y nuevos materiales y para optimizar la creación de nuevos componentes y su integración. Es fundamental trabajar en la construcción de nuevas competencias que serán necesarias para construir y gestionar las plantas de producción del hidrógeno verde”.

Del mismo modo, el resto de participantes, incluidos los representantes de algunos proveedores de tecnologías y algunas startups seleccionadas por Enel para colaborar en el plan de reducción de costes -a partir de un modelo de “open innovation”-, han perfilado los elementos que contribuirán a aumentar la competitividad del hidrógeno verde. Entre ellos, la economía de escala en la fabricación de los electrolizadores y el precio de las emisiones de dióxido de carbono, que impacta sobre las tecnologías contaminantes, pero no sobre el hidrógeno verde.

Además, las plantas para la producción de hidrógeno verde pueden cambiar fácilmente la potencia absorbida y, por tanto, como notó La Camera, “el hidrógeno verde puede otorgar flexibilidad al sistema energético y facilitar la integración de nuevas energías renovables”. Esto constituye una doble ventaja para la transición energética hacia un sistema menos contaminante.

Por todo eso, el hidrógeno verde ya se ha incluido en la agenda política europea, como puso de manifiesto Bernabei citando el subtítulo de la conferencia: “One year after the launch of the European Union hydrogen strategy” (Un año después del lanzamiento de la estrategia de la UE sobre el hidrógeno). Y también en este caso EGP empezó antes que los demás: “La Unidad de Negocio de Hidrógeno se creó en junio de 2020”, recordó Brunetto, quien posteriormente habló de lo que estuvimos haciendo desde entonces y de lo que estamos haciendo ahora. En concreto, en septiembre empezaron en Chile las obras de construcción de la primera central de Hidrógeno Verde a escala industrial, la cual, según Brunetto, “nos permitirá analizar las mejores tecnologías disponibles, adquirir experiencia y mejorar nuestros conocimientos, que después podremos exportar a todos los proyectos que tenemos distribuidos por el mundo”. Además de la de Chile, contamos con más plantas de este tipo en fase de desarrollo en Estados Unidos, España e Italia, donde gracias a nuestros laboratorios podremos también testar las diferentes tecnologías innovadoras y maduras en un entorno real.

Finalmente, Evelyn Araripe, cofundadora de Youth Climate Leaders, llamó la atención sobre la importancia de la transición energética para las nuevas generaciones, ya que las energías limpias, con su gran potencial en términos de empleo, pueden responder a las dos preocupaciones principales de los jóvenes respecto a su futuro: la crisis climática y el desempleo.