Se espera que la energía eólica en Brasil tenga 24,2 GW para 2024

Con 16 GW de potencia eólica instalada en el país, se espera que la energía eólica alcance los 24,2 GW en 2024, considerando las subastas ya realizadas y los contratos firmados en el mercado libre. El Infovento 2019, un boletín producido por la Asociación Brasileña de Energía Eólica y publicado el lunes 15 de junio, Día Mundial del Viento, muestra que el año pasado se generaron 55,9 TWh y el 9,7% de toda la generación eléctrica en el Sistema Interconectado Nacional. Los aerogeneradores ya han atraído inversiones de R $ 31,3 mil millones. Hay 637 parques eólicos en 12 estados, con un total de 7.738 aerogeneradores eólicas en funcionamiento. La empresa norteamericana GE Renewable Energy lideró la instalación de nuevas turbinas eólicas en Brasil en 2019, seguida por Siemens-Gamesa y el fabricante local WEG (WEGE3). Además de los primeros tres lugares, el grupo alemán Nordex (Acciona) en la cuarta posición, con 4.9%.

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En un seminario web realizado en referencia a la fecha conmemorativa, el presidente ejecutivo de Abeeólica, Élbia Gannoum, señaló que la energía eólica representa el 9,3% de la matriz eléctrica brasileña, solo superada por la hidroeléctrica, con el 59,6%. Según Abeeólica, la energía eólica creció el 15,5% en 2019, mientras que la generación de todas las fuentes en el Sistema Interconectado Nacional creció 1,5%. El progreso de la energía eólica ha estado haciendo en el mercado libre se destacó en el seminario web. De los 24,4 GW en 2024, 8,2 GW de ellos irán a la ACL. En 2018, se contrataron 1,9 GW para el mercado libre, mientras que en 2019 creció a 2,9 GW, suplantando al mercado regulado, que creció 1,8 GW. Este movimiento viene a raíz de la modernización del sector eléctrico presentada por el gobierno.

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El modelo de financiamiento de BNDES lanzado en 2019 ha atraído muchas inversiones. «La energía eólica tiene un gran potencial en el mercado libre». Con respecto a los impactos de la pandemia de Covid-19, el ejecutivo recordó que la agencia internacional de energías renovables IRENA ya ha revelado que las inversiones en fuentes alternativas serán factores fundamentales para la reanudación de la economía: «Generarán empleos y dinámicas para la actividad económica, no esperarán a que la economía crezca, pueden ser un punto de partida para la reanudación”, advierte. El año pasado, el factor de capacidad en Brasil fue del 42,7%, por encima del promedio mundial del 34%.

El CEO del Global Wind Energy Council, Ben Backwell, quien también asistió al seminario web, dijo que 2020 se consideraría un año récord para la industria eólica, con más de 76 GW instalados. Con la pandemia, la expectativa global es ahora de 61,34 GW para este año. Según él, en 2021, habrá una recuperación importante en el sector en 2021 debido a estos proyectos que se implementarán en 2020. «Estos proyectos no desaparecerán, pasarán a 2021», señala. Con eso, 2021 debería tener un récord de 77,7 GW instalado. Otro aspecto que terminó causando que el sector tenga poco impacto es que el primer trimestre del año tiene poca actividad en China, el mercado más grande. Backwell advierte que una recesión económica tendrá un impacto en los precios de la energía y los procesos de cambio de mercado proyectados para algunos países también deberían ser un foco de atención.

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El mercado libre también fue el foco de Luís Augusto Barroso, CEO de PSR, quien participó en el evento virtual. Según él, con la expansión de la ACL prevista en un nuevo modelo, el entorno regulado tendrá una participación cada vez más reducida. Este consumidor tendrá más enfoque a largo plazo, en soluciones personalizadas e innovadoras. «Para aquellos que compran o venden, será esencial especificar el producto que están vendiendo bien», señala. En su opinión, los impactos de los precios por hora y el fin de los subsidios se consideran cuestiones clave para la energía eólica en Brasil. Para Barroso, la estabilidad actual en el medio ambiente es un buen momento para discutir la fuente de energía eólica marina en el país, que ya es una realidad en el mundo, a diferencia de Brasil.