La producción de componentes de la turbina eólica debe continuar, y ayudará a amortiguar el Coronavirus

La crisis de COVID-19 ahora tiene impactos en la cadena de suministro de los aerogeneradores de la energía eólica a medida que los países europeos aplican medidas para contener el brote.

Los gobiernos nacionales reconocen el papel fundamental de la industria eólica para garantizar un suministro continuo de electricidad a los consumidores y las empresas europeas. El suministro confiable de electricidad es un requisito previo para el funcionamiento de los servicios públicos, como los sistemas nacionales de atención de la salud, y, por lo tanto, es más importante que nunca. Los gobiernos han tomado medidas para garantizar que la operación y el mantenimiento de los parques eólicos continúen en toda Europa.

Además de esto, es fundamental que la industria eólica pueda continuar produciendo equipos esenciales en sus fábricas. La industria está organizando su fuerza laboral para proteger la salud y la seguridad, en muchos casos reduciendo significativamente el número de trabajadores en el sitio. Pero los gobiernos nacionales deben permitir que continúen los procesos de fabricación esenciales, en particular para la producción de componentes sin los cuales las cadenas mundiales de suministro de energía eólica se detendrán.

El principio rector debería ser la declaración clara de los Jefes de Gobierno de la UE del 26 de marzo: “la UE (…) también hará todo lo posible para fortalecer la sostenibilidad del valor global integrado y las cadenas de suministro para adaptarlas según sea necesario y aliviar los aspectos negativos sociales impacto económico de la crisis «.

300,000 europeos trabajan en energía eólica. Es el 15% de la electricidad de Europa, y la Comisión de la UE considera que será del 50% para 2050. La energía eólica es fundamental para el Acuerdo Verde de Europa y para la recuperación económica que impulsará el Acuerdo Verde. Una vez más, los Jefes de Gobierno fueron claros la semana pasada: «Deberíamos (…) comenzar a prepararnos (…) para volver al funcionamiento normal de nuestras sociedades y economías y al crecimiento sostenible, integrando la transición verde y la transformación digital».

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