Nueva subasta de energías renovables en Colombia

Después de un intento de éxito, el Gobierno prepara una nueva subasta de energías renovables para octubre de este año. Ofrecer energía por bloques, según la hora del día, entre las posibilidades para atraer a las empresas participantes.
La administración de Iván Duque vuelve a tirar los dados en una subasta eléctrica, programada para el octubre de este año, que busca fortalecer las bases de un mercado de las redes limpias, que se expanden por el mundo al ritmo del cambio climático.
Con la participación de un número importante de generadores de energías renovables no tradicionales, el mercado mayorista sería más fuerte y podría presentarse una presión a la baja en el precio de la electricidad. En los últimos años, la cotización de la energía en la bolsa ha estado siempre al alza.

Para antes de 2022, el propósito del gobierno es pasar de 50 MW (que necesita una ciudad como Ibagué) a 1.500 MW (que requiere Medellín y Cali juntas), de la capacidad en las fuentes de energía renovables. Es decir, se pasa en menos del 1% en la matriz energética colombiana para alcanzar el 6% de fuentes renovables alternativas con energía solar, eólica o biomasa, principalmente.

En la actualidad, cerca del 70% de la energía que se produce en el país proviene de fuentes hídricas. Esto hace que nuestra matriz sea considerada como la sexual más limpia del mundo, según el Consejo Económico Mundial. Sin embargo, también nos permite ser uno de los países más vulnerables a la variabilidad climática, argumenta el Ministerio de Minas y Energía.

“La alta dependencia de Colombia en sus recursos hidroeléctricos se pone en riesgo de reducir la energía”, precisa un estudio de la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME). Sin embargo, la presidenta de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía (Acolgén), Ángela Montoya, considera que el sistema eléctrico colombiano es confiable, que ha sobrevivido a cinco fenómenos de El Niño y no se ha apagado. El sistema le ha respondido a Colombia ”.
Por su parte, la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, recuerda que “en su primer año de gestión, el gobierno del presidente ha logrado que la revolución de las energías renovables sea una realidad en Colombia”. La funcionaria destaca que con la subasta de carga por confiabilidad (de febrero pasado) que se mantiene que la participación de este tipo de energía en la matriz energética de menos de 50 megavatios a unos 1.400 megavatios de capacidad instalada, al año 2023. » Esto es casi 30 veces la actual. Es decir, pasar de menos de 1 a un 6% de participación de renovables en nuestra matriz, en cualquier caso, en una mayor diversificación y resistencia ante eventos de variabilidad climática como el fenómeno de El Niño «, resalta.

Una subasta renovada

Luego, en el año de febrero de este año con la subasta de fuentes de energía renovables, que terminó sin adjudicaciones, el Ministerio de Energía y Energía se concentró el 31 de octubre. Varios gremios, como Acolgén, Andeg, Asocodis, Asoenergía y la Andi, hicieron recomendaciones al Gobierno.

El ministerio reconoce las observaciones y comentarios de los distintos grupos de interés y los agentes del sector, buscando el mejor balance de las condiciones para los vendedores como para el beneficio final para los usuarios.

Según el Ministerio, uno de los cambios más que los generadores es que se puede obtener la energía en los bloques de horarios que se ajustan a las características de los proyectos de fuentes de energía no renovable (como viento o sol). El bloque uno iría desde las 00:00 horas hasta las 07:00; El dos desde las 07:00 horas hasta las 17:00, y el bloque tres desde las 17:00 horas hasta las 24:00.

“Así cada generador podrá hacer sus ofertas de energía y precio, en uno o varios bloques, considerando lo que mejor se ajuste al perfil de generación de su planta (solares, eólicas o de biomasa)”, destaca el Ministerio de Minas y Energía.

Explica que, adicionalmente, en los dos años siguientes a la fecha de inicio de las obligaciones de suministro de energía eléctrica de los contratos adjudicados, que será el 1° de enero de 2022, el vendedor podrá cubrir su obligación con otros mecanismos del mercado. También el aumento del plazo de 12 a 15 años de duración de los contratos busca mejorar las condiciones para la financiación de los nuevos proyectos de fuentes no convencionales de energías renovables que podrán participar en la subasta. El cambio de la capacidad mínima de los proyectos de 10 a 5 megavatios puede ampliar su participación en este nuevo mecanismo de contratación entre generadores y comercializadores.

Para los compradores, uno de los principales atractivos es el tipo de contrato que pasa de ser “pague lo generado” a “pague lo contratado”, con lo que el generador se compromete a suministrar una energía fija al comprador durante el bloque horario pactado y el comercializador se obliga a pagar al generador la energía contratada, independientemente de que la consuma o no. “De este modo se garantiza plena certeza a los comercializadores en la entrega de energía con un precio estable, que puede beneficiar al consumidor final”, explica un funcionario del Ministerio.

El presidente de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), Alejandro Castañeda, hace reparos a lo relacionado con el precio techo que establece la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG). “Ahora se puede adjudicar el contrato teniendo en cuenta el promedio ponderado”, dice.
Es indudable que, instalando una cantidad significativa de fuentes de energía limpia, se evitarían los altos e inciertos costos de operación de las plantas térmicas. “Colombia podría actuar estratégicamente para protegerse contra los riesgos derivados de la dependencia en recursos hidroeléctricos, a través del desarrollo y uso de otras energías renovables en lugar de procurar la expansión de su parque de generación térmica con base en combustibles fósiles, que actualmente depende principalmente de gas natural”, considera la UPME.

Depender de las plantas térmicas para la generación eléctrica abre las puertas a una mayor presión al alza de las tarifas eléctricas, debido a una posible escasez de gas en el país y ante la urgencia de tener que importarlo.

Con la subasta para generación de energías verdes se busca complementariedad y una diversificación de fuentes de generación, como biomasa, solar, eólica y geotérmica para continuar con la confiabilidad del sistema, sostiene Ángela Montoya.

La misma UPME admite que grandes consumidores de energía, como los industriales, están buscando alternativas “para disminuir sus facturas de electricidad de manera sostenible, y la energía renovable podría ser parte del portafolio de soluciones”. Argumenta el informe que “a nivel del mercado mayorista, un incremento en el número de generadores de energía renovable participando en este mercado podría también crear uno mayorista más sólido y líquido, creando presión a la baja en los precios del mercado spot (venta o compra de activos con entrega inmediata)” como consecuencia de los bajos costos asociados con las fuentes no convencionales de energías como la solar, eólica y geotérmica.
Los estudios indican que el potencial de Colombia de energía eólica en la región Caribe es superior a 20 GW, en los Santanderes se podrían obtener 5 GW y 2 GW en Huila.

En cuanto a la solar, el país cuenta con una irradiación promedio de 4,5 kWh/m2/d (kilowatios hora por metro cuadrado-día), que supera el promedio mundial de 3,9 kWh/m2/d. Según el Atlas de radiación solar de la UPME, La Guajira, una buena parte de la Costa Atlántica y otras regiones específicas de Arauca, Casanare, Vichada y Meta, presentan niveles de radiación por encima del promedio nacional que pueden llegar a los 6,0 kWh/m2/d.

Lo cierto es que las nuevas energías van a requerir cierto respaldo, y como su volatilidad es tan alta (cuando hay ausencia de sol y aire) requieren tener a las hidráulicas atentas y al parque térmico disponible y puede haber un efecto de mayor pago de confiabilidad a futuro, cuando comiencen a generar y de servicios complementarios, de todo esto va a depender la afectación para los usuarios.

Jorge Sáenz V. elespectador.com