Conferencia de renovables en Sudáfrica

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Actualmente 164 naciones del planeta cuentan con objetivos enfocados en el uso de las energías renovables. Entre las energías renovables se incluyen la eólica, geotérmica, hidroeléctrica, mareomotriz, energía solar fotovoltaica, termosolar, undimotriz, la biomasa y los biocarburantes.

Trabajar por el acceso global a la energía es uno de los puntos sobresalientes de la declaración final aprobada hoy aquí en la Conferencia Internacional de Energía Renovable (Sairec 2015).

En el documento, los más de tres mil 600 asistentes al encuentro (con sede en el Centro de Convenciones de Ciudad del Cabo), expresaron su convicción en cuanto al impacto que tendrán en el mundo de mañana.

El incremento del uso de este tipo de fuentes guarda relación directa con la mejora en el acceso a la energía a nivel mundial, en la seguridad energética, en la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero y en el desarrollo sostenible, subrayó el texto.

Según plantea la declaración, 2,9 mil millones de personas no poseen formas limpias de cocción y la aspiración es hacer realidad el acceso universal para 1,3 mil millones de habitantes del globo en el año 2030, de las cuales 621 millones viven en la región subsahariana.

Los delegados, de unos 82 países, coincidieron en la magnitud del desafío que representa este tema y enfatizaron que la transición global hacia las energías renovables debe suceder rápidamente.

Recordaron que Sairec 2015 ha sido la primera conferencia internacional dedicada a la energía renovable después de la adopción en la ONU a finales de septiembre de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Además, la energía renovable es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados en Naciones Unidas.

Este encuentro – que comenzó el 4 de octubre, tuvo su apertura oficial ayer y concluye mañana- es el sexto de su tipo que se realiza, pero es la primera vez que tiene como escenario a África.

Estas se obtienen de fuentes naturales virtualmente inagotables, ya sea por la inmensa cantidad de energía que contienen, o porque son capaces de regenerarse por medios naturales.