España, potencia mundial exportadora de eólica

España ‘potencia mundial’ en tecnología eólica. El sector eólico, desde la fabricación de aerogeneradores a la promoción de parques eólicos, genera empleo, innovación y exportaciones.

España es la quinta potencia mundial en exportaciones de tecnología eólica. La eólica exporta ya más que sectores tan emblemáticos para nuestro país como son el calzado, el vino o el aceite de oliva, siempre según los datos de la ONU.

España es el quinto país del mundo que más exporta tecnología eólica, tras Alemania, China, Dinamarca y Estados Unidos. Según los datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en 2010 nuestro país exportó torres, palas y aerogeneradores por valor de 2.424 millones de dólares (1.836 millones de euros). De hecho el sector ha multiplicado sus exportaciones por ocho entre 2000 y 2010.

España no tiene tantos sectores que puedan presumir no ya de exportar, sino de exportar tecnología. Y el eólico es sin duda uno de ellos. Los siguientes gráficos, elaborados por la Asociación Empresarial Eólica (AEE) a partir de datos de la ONU, lo demuestran:

España está en el Top 10 mundial de exportadores de tecnología eólica, por encima de Japón, Francia o Reino Unido. El dato que aparece en el gráfico, de 2.424 millones de dólares (1.836 millones de euros) en exportaciones de 2010, incluye exclusivamente las torres, las palas y los aerogeneradores.

El desarrollo ordenado de la eólica en España ha permitido que a lo largo de sus veinte años de historia se forme a su alrededor una potente industria que crea valor en todos los eslabones de la cadena de producción, desde las pequeñas empresas de componentes a los grandes fabricantes de aerogeneradores.

La apuesta de España por la industria eólica ha dado sus frutos. El sector eólico español ha multiplicado por ocho las exportaciones en el periodo 2000-2010, al pasar de 413,6 millones de dólares (313 millones de euros) a 3.118 millones de dólares (2.362 millones de euros). La cifra varía respecto al Gráfico 1 porque aquí se incluyen todos los componentes eólicos, no sólo las palas, las torres y los aerogeneradores.

Finalmente, se ve que la eólica exporta ya más que sectores tan emblemáticos para nuestro país como son el calzado, el vino o el aceite de oliva, siempre según los datos de la ONU.

Este es uno de los motivos por lo que el sector demanda que no se frene a la eólica ahora. Si se trata de un sector líder mundial, que crea valor añadido, de elevado componente tecnológico y ejemplo del modelo productivo que necesita España, ¿qué sentido tiene pararlo en estos momentos? Si la moratoria eólica se prolonga en el tiempo, cuando el Gobierno español quiera reactivar al sector ya sea para cumplir con los objetivos europeos de cara a 2020 o porque la factura de los combustibles fósiles se ha hecho insostenible, lo más probable es que ya no tengamos una industria propia en España.

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