Autolib: vehículos eléctricos de alquiler en las calles de París

París inicia hoy un programa para que los usuarios compartan automóviles eléctricos a fin de disminuir la contaminación ambiental y el ruido en la ciudad y su periferia.

Se trata de Autolib’, un proyecto basado en el éxito obtenido por la municipalidad con su programa de alquiler de bicicletas. Las autoridades quieren que el coche eléctrico sea algo tan emblemático como la Torre Eiffel o la Catedral de Notre Dame.

Aunque muchas ciudades del mundo han buscado alternativas a los vehículos que emiten CO2, París sostiene que su programa es el mayor de su tipo: 250 vehículos eléctricos entran en funcionamiento hoy, 2.000 para mediados del próximo año y 3.000 coches eléctricos en los próximos dos años.

El vehículo eléctrico compacto de cuatro asientos Bluecar -pintado de gris, aunque su nombre parecería sugerir el azul- es una colaboración de la fabricante italiana Pininfarina y el conglomerado francés Groupe Bollore, que espera resaltar su batería Litio Metal Polímero que impulsa el vehículo eléctrico.

Los usuarios necesitarán una licencia de conducir válida, documento de identidad y una tarjeta de crédito antes de hacer un contrato por internet o por videoconferencia con un representante del servicio al cliente en unos de los 40 puestos especialmente diseñados en París y los suburbios.

La suscripción normal cuesta 10 euros (13,5 dólares) por día, 15 euros (20 dólares) por semana y 144 euros (195 dólares) al año. A partir de ese momento, la hora cuesta de 4 a 9 euros según el plan de alquiler. En caso de que el vehículo eléctrico sufra daños, se harán los cargos correspondientes a las tarjetas de los usuarios.

El dispositivo es una enorme apuesta del grupo Bolloré, que gestiona ya el Vélib’. La empresa ha asumido el grueso del coste de la puesta en marcha del sistema, que se eleva en total a 235 millones de euros. Las Administraciones públicas han participado con 35 millones y el resto corre a cuenta del grupo del empresario bretón y gran amigo del presidente Nicolas Sarkozy.

A esto se sumarán unos 80 millones anuales de gastos de funcionamiento, en los que se incluye al personal -en total la empresa planea emplear a unas 1.000 personas- y el mantenimiento de la flota. Bolloré calcula que para que el servicio de préstamo de coches eléctricos sea rentable tendrá que alcanzar los 80.000 usuarios en los próximos siete años.

Para el empresario, el Autolib’ es sobre todo una vitrina para su gran apuesta industrial. El Bluecar se diferencia del resto del mercado porque cuenta con una batería de metal litio y polímeros, cuando el resto de los coches eléctricos han optado por una de litio. Bolloré asegura que es más ligera y que la autonomía es mayor, de unos 250 kilómetros, frente a los 150 del modelo de Renault, por ejemplo. La velocidad máxima es de 130 kilómetros por hora.

Para hacerlo funcionar, el usuario pasa la banda magnética de su tarjeta contra la ventanilla del conductor para abrir la portezuela. Una llave conectada a la columna de dirección pone en marcha el vehículo.

“La ciudad es la primera interesada en combatir la contaminación ambiental y estos son los únicos vehículos eléctricos que no emiten dióxido de carbono y no hacen ruido”, dijo Sylvain Marty, director de Autolib. Los promotores sostienen que el automóvil eléctrico puede recorrer 250 kilómetros con una sola carga.

www.autolib.fr