Abengoa construirá dos centrales de energía termosolar en El Carpio

Las nuevas centrales de energía solar termoeléctrica, cuya primera fase de construcción se inicia este verano, tendrán capacidad para producir la energía suficiente para abastecer el consumo de aproximadamente 52.000 hogares. Además, contribuirán a reducir la dependencia energética y evitarán la emisión cada una de 31.400 toneladas de CO2 anuales a la atmósfera.

Durante el acto, celebrado en el Palacio Ducal, la delegada destacó el importante papel que jugará la termosolar para cumplir con el objetivo europeo de que el 20% de la energía que se produzca en el 2020 sea de energías renovables.

Según apuntó el consejero delegado de Abengoa Solar España, Pedro Robles, las dos centrales supondrán la creación de 450 puestos de trabajo durante el periodo de construcción, y de otros 80, en el de explotación.

El alcalde de El Carpio, Alfonso Benavides, destacó la importancia de este proyecto para la localidad, por los muchos puestos de trabajo que se generan, y reclamó para el pueblo su valor como referente en energías renovables, ya que, según apuntó, de las 4.500 hectáreas de término cerca de 500 están reservadas ya para la implantación de esta clase de energías.

El Carpio, además de las dos termosolares, pronto tendrá una central de biomasa de seis megavatios en el polígono industrial de la Azucarera y las tres instalaciones de energía solar fotovoltaica de 11,6 megavatios con los que ya cuenta.

Abengoa explicó que la tecnología cilindroparabólica que utilizarán las centrales Solacor 1 y 2 está considerada como una de las más eficientes para la generación de electricidad mediante el uso de la energía solar. Los técnicos aclararon que esta tecnología utiliza un ciclo termodinámico similar al de las centrales convencionales pero en lugar de quemar carbón o gas, se aprovecha la radiación solar para producir electricidad.

Las plantas Solacor 1 y 2 estarán compuestas por un conjunto de espejos de alta reflectividad y con forma parabólica, ubicados sobre una estructura que les permite seguir el movimiento del sol. Estos espejos concentran la radiación solar sobre un tubo que absorbe el calor, por cuyo interior circula un fluido que alcanza altas temperaturas.

Posteriormente, a través de un intercambiador de calor, se produce vapor de agua, que es enviado directamente a un turbogenerador, donde se expande con objeto de producir electricidad. Por todo esto, la consejera subrayó que se trata de un proceso totalmente limpio que evita las emisiones de CO2 a la atmósfera.

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