25 aniversario del primer parque eólico

La Direcció de Recerca, Desenvolupament i Innovació del Govern Balear ha editado el libro de José Luis Cardona, "2009 : 25º aniversario del primer parque eólico".

Corrían los años setenta y los países desarrollados vivían una profunda crisis económica. Las reservas de combustibles fósiles no sólo eran finitas sino que los expertos se aventuraban a ponerles fechas de caducidad –unos 30 años para las reservas de petróleo y unos 45 para las de gas-.

Estos vaticinios, junto con los conflictos políticos y toda una combinación de factores que se produjeron en esta época marcó el final de un período de notable crecimiento. Los precios del barril de crudo se dispararon; y si en 1973 los países productores elevaron los precios de 1,5 a 9 dólares, en el año 79 la subida no fue menos espectacular -de 13 a 30 dólares-.

Un revés que, para países que dependían energéticamente del exterior como España, fue un auténtico desastre que quedó reflejado en un extraordinario aumento de las cifras de inflación y de paro.

La crisis de los 70 marcó puso fin a la era de la energía barata, sobre la que se había edificado el desarrollo económico tras la Segunda Guerra Mundial. Tras ella comenzó a plantearse la capacidad del planeta para hacer frente en el futuro a las necesidades energéticas y a la urgencia de armonizar el crecimiento económico y el mantenimiento del medio ambiente.

En este contexto, muchos países empezaron a desarrollar políticas energéticas que buscaban el ahorro y la diversificación y comenzaron a potenciar otras fuentes alternativas. Despegaban las renovables.

Lo que muy pocos saben es que el primer kilovatio eólico de nuestro país se produjo en Mallorca con el viento de la bahía de Palma. El responsable fue un aerogenerador de 22 KW de la marca WIND MATIC, importado de Dinamarca, conectado por GESA (la empresa eléctrica de las Islas Baleares) en marzo de 1982 a la red eléctrica.

De la historia de la energía eólica en España trata el libro 2009: 25è aniversari del primer parc eòlic escrito por el ingeniero aeronáutico menorquín Josep Lluís Cardona y editado por la Dirección General de Innovación y el Institut d’Estudis Baleàrics del Govern Balear, que fue presentado el pasado día 13 de mayo en la Feria de la Ciencia de Baleares.

En él se cuentan los primeros pasos de este tipo de energía, las peripecias vividas para montar el primer parque eólico español y las actividades de otros grupos y de la Administración en los años 80, que han hecho posible que, actualmente nuestro país sea líder a nivel mundial en este tipo de energía.

Corría el año 1977 cuando Cardona, -por aquellas fechas tenía 25 años- atraído por las fuentes alternativas pasó a formar parte del recién creado departamento de Energía Solar en Construcciones Aeronáuticas como responsable del desarrollo de colectores solares cilíndrico parabólicos del proyecto hispano alemán Solar Farm 50 KW, la primera central termoeléctrica del país, que entraron en funcionamiento a finales de 1979 en Getafé (Madrid); y a partir de ahí comenzó a ser conocido en el ámbito de las energías renovables en España.

A finales de 1979 fue llamado por el presidente de GESA Feliciano Fuster, que había creado un Grupo de Investigación en energías renovables, para desarrollar los primeros proyectos eólicos y en ellos trabajó durante una década.

Feliciano dirigía además, programas energéticos de ámbito estatal, en concreto Cardona trabajó en el Programa Energético UNESA-INI (PEUI), construyendo desde Mallorca dos modelos de aerogenerador diseñados y fabricados completamente en España.

“Dinamarca era por aquel entonces el país más avanzado del mundo en el uso de la energía eólica. Nos llevaban al menos 10 años de ventaja, -comenta Cardona-, así que viaje varias veces hasta allí para visitar a diferentes fabricantes y, finalmente, opté por el WIND MATIC, un modelo del que los daneses habían realizado unos 60 aparatos”.

El aerogenerador costó dos millones y medio de pesetas y, según Cardona, fue una de las decisiones más acertadas del proyecto porque les permitió ver de primera mano el funcionamiento de esta tecnología para, a partir de ahí, comenzar a construir la suya propia.

El WIND MATIC se levantó dentro de la central eléctrica de San Juan de Dios (todavía no había salido la Orden Ministerial que regularía la conexión de los aerogeneradores a la red), en el Coll d’en Rabassa, y a las tres horas de estar instalado, en cuanto comenzó a soplar el embat en la bahía de Palma, las palas comenzaron a girar vertiendo los primeros kilowatios eólicos a la red.

“En esta época se estaban realizando en España otros proyectos, -continúa Cardona-, concretamente uno en Tarifa. El problema de este aerogenerador, conocido popularmente como Mazinguer, fue que desde que comenzaron a diseñarlo, en el año 80, hasta que pudieron conectarlo a la red en el 85, pasaron cinco años, porque hubo que introducir muchas modificaciones una vez instalado, y finalmente llevaba palas compradas en Dinamarca”.

En el caso de Mallorca los conocimientos obtenidos a partir del modelo danés, les permitió que, justo un año después, en marzo de 1983, pudieran levantar en el mismo lugar que el anterior el PEUI-10-1 de 22 KW, el primer aerogenerador diseñado y fabricado completamente en España que se conectaba a la red eléctrica nacional.

Este prototipo de 10 metros de diámetro y palas de ángulo variable, con una torre reticular de 12 de altura, ideado por Cardona, se desarrolló en el tiempo record de un año, con la colaboración de talleres seleccionados por su capacidad para transformar muy rápidamente los planos y las especificaciones conceptuales en componentes del aerogenerador.

Así las palas fueron construidas por la empresa Fibrester de Tarragona, la góndola por Fidher de Madrid y el sistema de control por Rei de Barcelona. Como anécdota de lo que supuso desarrollar este primer prototipo, el autor cuenta que al no haber empresas especializadas en el sector se seleccionó para construir las palas al que les pareció más idóneo, que fue un fabricante especializado en tablas de wind surf .

A partir del PEUI-10-1, que acumuló unas 250 de funcionamiento conectado a la red eléctrica, se pudieron corregir muchos de los problemas y también vieron que las condiciones eólicas de la bahía de Palma no reunían las condiciones suficientes para ensayar un prototipo de altas velocidades, por lo que en otoño de 1983 se trasladó el aerogenerador a la Sierra de Alfabia, concretamente a una zona con velocidades anuales máximas de viento entre 150 y 210 km/h. Este emplazamiento fue la primera estación de pruebas de aerogeneradores y palas en España, y se presentó en congresos españoles e internacionales.

Paralelamente comenzaron con la construcción de un segundo modelo; entre tanto el primer prototipo se rompió y se reparó, y todo este trabajo se plasmó en el PEUI-10-2 de 24 kW de potencia.

Y en medio de todo este trajín, recuerda Cardona, me llama Feliciano Fuster para decirme que le había telefoneado el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, porque quería instalar el primer parque eólico de España en Catalunya antes de les elecciones de la primavera de1984. Fue un reto que aceptaron y el 9 de Abril se inauguró en el Ampurdán (Gerona) el primer parque eólico del país y el segundo de Europa – el primero fue en la isla griega de Kythnos-.

Hoy en día, España es el cuarto país en el mundo en cuanto a potencia de energía eólica instalada, por detrás de China, EEUU y Alemania, y detrás de siglas como GAMESA, una compañía líder en el mercado mundial, están sin duda las experiencias llevadas a cabo por un grupo de pioneros que, ya en la década de los 80, apostaron por fuentes alternativas.

Cardona termina diciendo que no hace mucho tiempo conoció a través de un especial de negocios la metodología del profesor Chesbrough “Qué es la innovacion abierta –soluciones dentro y fuera de la compañia”, un libro publicado por la Harvard Business School Press en el 2003, que explica los beneficios de gestionar las innovaciones incorporando a los conocimientos internos de la organización, los de otras. Y caí en la cuenta de que, intuitivamente y sin saberlo, esta fue exactamente la manera en la que gestionamos el desarrollo de nuestros aerogeneradores PEUI y que fue una de las claves de su éxito.

Por Elena Soto.

Direcció de Recerca, Desenvolupament i Innovació del Govern Balear, "2009 : 25º aniversario del primer parque eólico", www.caib.es/govern/organigrama/area.do