Canarias busca aprovechar el potencial como laboratorio de energías renovables

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La Consejería de Economía, Industria. Comercio y Conocimiento del Gobierno de Canarias quiere impulsar el papel de Canarias como laboratorio de energías renovables como la eólica y lugar estratégico para el desarrollo de proyectos de I+D+i en materia de energía.

El documento de la Estrategia Energética de Canarias, elaborado por la Consejería de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento, incide en aprovechar la capacidad natural de Canarias para proyectos de I+D+i en materia de energía, aguas y uso de residuos para la generación eléctrica.

El documento de la Estrategia Energética de Canarias (EECan25) 2015-2025, presentado este año por el consejero Pedro Ortega al Observatorio de Energía de Canarias, incluye una serie de ejes de actuación con los que se busca sacar el máximo partido a las condiciones que ofrecen las islas para el desarrollo de proyectos de investigación y desarrollo relacionados con las energías renovables, la gestión y almacenamiento energético y la creación de las redes de distribución inteligentes que contribuyan a realizar un uso eficiente y racional de la energía.

Al mismo tiempo, Canarias cuenta con unas capacidades idóneas como lugar de desarrollo y ensayo de tecnologías verdes, que fomentan la coexistencia del desarrollo económico y la preservación del medio ambiente. En este contexto, la EECan25 hace referencia a las oportunidades que existen de impulsar la valorización de residuos, promoviendo el desarrollo de instalaciones dedicadas a la producción de electricidad a partir de residuos generados en vertederos y en explotaciones ganaderas y agrícolas.

Otro de las oportunidades destacadas en la EECan25 se refiere al desarrollo de proyectos de I+D+i relacionados con la desalación, depuración y regeneración de aguas, aprovechando la experiencia y el conocimiento adquirido que tiene en esta materia las instituciones canarias, como el Instituto Tecnológico de Canarias y las universidades.

 

“Canarias tiene la necesidad estratégica de maximizar el uso de recursos endógenos para conseguir avanzar hacia la autosuficiencia en el abastecimiento de energía y agua   y poder afrontar algunos de los retos que supone el vivir en un territorio insular y fragmentado como son las islas”, explicó Pedro Ortega.

En los últimos años, el Archipiélago ha dado pasos importantes para la implantación de nuevas instalaciones renovables, principalmente eólicas, que son un ejemplo del potencial que ofrecen las islas como laboratorio natural en el que impulsar y promover el desarrollo de fuentes alternativas de energía.

Además, se han puesto en marcha varios proyectos estratégicos en las Islas que validan la capacidad de Canarias para impulsar tecnologías sostenibles como son, entre otros,  La Graciosa Sostenible, que incluye una microrred con elevada penetración de renovables, incorporando almacenamiento energético, uso racional del agua y movilidad eléctrica; Gorona del Viento, proyecto hidroeólico que ha conseguido el 100% del suministro de la isla de El Hierro con renovables; y el proyecto Store impulsado por Endesa, que pretende analizar la viabilidad de las tres tecnologías de almacenamiento de energía: baterías de Ión Lítio, ultracondensadores y volantes de inercia.

También hay ejemplos de proyectos innovadores en materia de gestión de residuos de diversa índole (reciclaje eficiente de residuos electrónicos, aprovechamiento de residuos agrícolas, como los de las plataneras), en construcción sostenible y en gestión eficiente del ciclo del agua, promovidos tanto desde centros tecnológicos públicos como desde el ámbito privado. Cabe destacar diversas actuaciones de desalación con apoyo de energías renovables, que llevan realizándose en Canarias desde hace más de 20 años, así como el desarrollo de sistemas naturales para la depuración de aguas residuales de bajo o nulo coste energético.

El desarrollo de este potencial de Canarias como laboratorio requiere de la máxima transversalidad y cooperación delas diferentes administraciones públicas, de una parte, y de las organizaciones empresariales y entidades públicas con participación socioeconómica, incluidas las Universidades, Centros de Investigación y Fundaciones, tanto públicas como privadas, que inciden en la I+DT, la innovación y la formación de los recursos, según se recoge en la EECan25.