Energías renovables en México: Eólica duplicará potencia

REVE

El desafío es sincronizar o compatibilizar estas metas o volúmenes de CEL con los proyectos aprobados, con los objetivos de generación total de electricidad con energías renovables que han sido establecidos en la Ley de Cambio Climático y en la Ley de Transición Energética (que probablemente será expedida en breve) para el 2024 (35%), y por supuesto, con los compromisos que México ha asumido de reducción de emisiones para el 2026 y el 2030.

Todo ello no es claro aún. Grave sería que por una deficiente planeación no hubiera suficientes CEL en el mercado, y su precio se disparara, o viceversa, o que tuvieran que pagarse por ello multas cuantiosas. Por último, debe impedirse que se cuele el gas natural como energía limpia, sería desastroso y fraudulento.

Aunque no nos demos cuenta, puede estarse gestando una revolución energética en nuestro país. No es panegírico gobiernista (algo ahora políticamente incorrecto) por la reforma energética. El hecho es que a partir de las modificaciones constitucionales y con la desagregación de la cadena de valor en electricidad, la apertura a la Iniciativa Privada, y con el desarrollo de un mercado, se multiplicaron las posibilidades para las energías renovables, y con ello, para la reducción significativa de emisiones de gases de efecto invernadero y para una verdadera soberanía energética. Más aún, con la nueva legislación secundaria, en particular de la Ley de la Industria Eléctrica, se creó un inédito (en México) instrumento de política pública para la sustentabilidad: los Certificados de Energía Limpia.La ley obliga a los generadores de electricidad (incluyendo a la CFE) y a los grandes consumidores (usuarios calificados) a producir o a consumir un porcentaje de energía limpia a partir del 2018, que es determinado por la Secretaría de Energía; porcentaje que será creciente a lo largo del tiempo. Se ha establecido 5% como primera aproximación, lo que significa grosso modo que en tres años México tendrá que haber instalado alrededor de 3,000 MW de generación limpia (solar, eólica, hidráulica, geotérmica, nuclear, cogeneración y biomasa). Esto significa, alternativamente, duplicar la capacidad eólica en operación en la actualidad, equipar 1 millón de hogares con paneles solares fotovoltaicos, construir unas seis grandes presas hidroeléctricas o dos plantas nucleares del tamaño de Laguna Verde (estas últimas, algo imposible en un periodo tan breve), o multiplicar por tres toda la capacidad geotérmica existente. Como quiera que se vea, las cosas van en serio. Tentativamente, tal objetivo implica inversiones de 10,000 millones de dólares, lo que tendrá un impacto enorme en la economía y en el empleo. Todos ellos deberán ser proyectos nuevos que hayan entrado en operación después de agosto del 2014.

Los productores o grandes consumidores que no cumplan con esta obligación de 5% pagarán una multa considerable o tendrán que comprar en el mercado Certificados de Energía Limpia (CEL), que serán otorgados por la Comisión Reguladora de Energía a los generadores correspondientes. El precio de los CEL dependerá de lo estricto de las metas obligatorias, de la posibilidad de diferir tales obligaciones en un periodo de tres años, de los costos marginales de generación por cada tecnología limpia, y de las conductas especulativas de los actores en el mercado.

Gabriel Quadri de la Torre
Ingeniero Civil, Economista, Ambientalista, Badmintonista