Eólica en Uruguay: parque eólico de 10 MW en la capital

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El Director Nacional de Energía, Ramón Méndez, explicó que, debido a los costos, se había pensado en comenzar por la instalación en Punta Yeguas  de  4 o 5 aerogeneradores, los que alcanzarían para poder cubrir el gasto energético de la IMM, sobre todo en alumbrado público, que era en ese entonces de 10 megavatios (MW).

En 2009, a pedido de la Intendencia de Montevideo (IMM), el Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería Ambiental (IMFIA) realizó un estudio de las capacidades del territorio de la capital para instalar un parque eólico. En ese entonces, bajo el gobierno de Ricardo Ehrlich, la intendencia tenía entre sus prioridades el poder generar su propia energía, pero una vez analizados los costos, el proyecto fue desestimado. Luego de seis años, la senadora y candidata a la IMM por el Frente Amplio Lucía Topolansky pretende reavivar esta iniciativa.

La intención de la candidata es que la IMM pueda producir su propia energía y, de esa forma, bajar los costos del alumbrado, poder desarrollarlo en lugares donde todavía hay deficiencias o que funcione como forma de autoabastecimiento, previendo la posible implementación del transporte eléctrico.

Montevideo es uno de los pocos departamentos que no tienen molinos y, si bien actualmente el costo del alumbrado no es un problema para ninguna intendencia debido a un subsidio que da UTE para este propósito,  Topolansky considera necesario seguir desarrollando alumbrado, por ejemplo, en la zona rural. “Me han reclamado mis vecinos que por lo menos en las arterias principales haya iluminación porque pasa que de noche viene una ambulancia y, si no conoce el barrio, se pierde”, explicó la candidata a la IMM.

Según el estudio realizado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República, hay en Montevideo dos lugares en los que se podrían ubicar parques eólicos, proyectados teniendo en cuenta la medición de vientos. Estas zonas son Punta Yeguas y Cuchilla Pereira.
El proyecto, realizado en 2009, preveía la posibilidad de instalar un total de 46 aerogeneradores de 90 metros de altura cada uno y con una capacidad de generar 2 megavatios (MW). Topolansky maneja también la opción de instalar un parque en la zona del Banco Inglés, donde según explicó, “hay un corredor de viento permanente de alta productividad”. En este caso, los molinos deberían construirse en el agua.

Sin embargo, “no hay (dinero) para empezar con tres”, dijo Topolansky por lo que, de llevarse  acabo, se comenzaría por la instalación de uno de los parques.  El mismo razonamiento se había hecho durante el mandato de Ehrlich. Según empresas del ramo consultadas, para instalar 25 aerogeneradores se necesita una inversión de unos US$ 100 millones.

De ser así, a costos actuales, la IMM debería invertir entre US$ 15 y US$ 30 millones, dijo Méndez, para lo que UTE estaría dispuesta a realizar un convenio con la IMM. “La  intendencia no ha manifestado la decisión pero la forma de implementarlo sería que haya un intercambio de energía con UTE. Cuando el parque propio genera, no necesita tomar de la red eléctrica”, agregó.

Si bien los informes de la Facultad de Ingeniería concluían que el proyecto era “factible” tanto desde el punto de vista técnico como económico, el plan se dejó de lado. Según había explicado a El Observador la directora de Planificación Estratégica de la IMM, Ana María Martínez, los “números no daban”. Además, la decisión de ser productor de energía se postergaba porque la actividad “no era parte de las competencias” de la intendencia.

Pese a que ya se han hecho avances en relación con esta propuesta, retomar la idea de tener un parque eólico propio no será tan sencillo. El director del proyecto, José Cataldo, explicó a El Observador que dados los posibles cambios en los vientos y, por ejemplo, de población en las zonas proyectadas, sería necesario realizar el estudio nuevamente. Esto se debe a que, para obtener la autorización de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), se debe tener en cuenta las distancias desde los molinos a las viviendas, comercios cercanos y rutas. También se debe pensar en los ruidos y sombras que producen los aerogeneradores para que no perjudiquen el ambiente.

Topolansky dijo tener propuestas de privados que, como contrapartida, realizarían viviendas. “Hay muchas fórmulas pero lo importante es tener la innovación y poder proyectarlo”, indicó la candidata.

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