BMW ha iniciado la producción de su primer coche eléctrico, el BMW i3, en la factoría de Leipzig, que funciona gracias a la electricidad generada por energía eólica. BMW destacó que el i3 es el primer vehículo eléctrico del mundo producido en serie con fibra de carbono, material un 50% más ligero que el acero y con la misma resistencia. BMW i3 utiliza el sistema denominado LifeDrive, formado por dos elementos. El primer es el módulo Drive de aluminio, que incluye el motor, el chasis, el acumulador, los componentes estructurales y de protección contra impactos. El segundo elemento es el módulo Life, de polímero reforzado con fibra de carbono, que forma el habitáculo. Este sistema LifeDrive reduce a la mitad el tiempo necesario para la producción en comparación con los métodos tradicionales de fabricación, al tiempo que reduce entre 250 y 300 kilos el peso del coche en comparación con otro automóvil de su tamaño. La factoría de Leipzig ha reducido en un 50% el consumo energético y en un 30% el consumo de agua. Además, dispone de un sistema inteligente de ventilación con efecto de refrigeración que renueva el aire varias veces al día, por lo que no es necesario un sistema de aire acondicionado adicional.

Coche eléctrico: BMW inicia la producción del vehículo eléctrico i3 con energía eólica

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BMW ha iniciado la producción de su primer coche eléctrico, el BMW i3, en la factoría de Leipzig, que funciona gracias a la electricidad generada por energía eólica.

BMW destacó que el i3 es el primer vehículo eléctrico del mundo producido en serie con fibra de carbono, material un 50% más ligero que el acero y con la misma resistencia.

BMW i3 utiliza el sistema denominado LifeDrive, formado por dos elementos. El primer es el módulo Drive de aluminio, que incluye el motor, el chasis, el acumulador, los componentes estructurales y de protección contra impactos. El segundo elemento es el módulo Life, de polímero reforzado con fibra de carbono, que forma el habitáculo.

Este sistema LifeDrive reduce a la mitad el tiempo necesario para la producción en comparación con los métodos tradicionales de fabricación, al tiempo que reduce entre 250 y 300 kilos el peso del coche en comparación con otro automóvil de su tamaño.

La factoría de Leipzig ha reducido en un 50% el consumo energético y en un 30% el consumo de agua. Además, dispone de un sistema inteligente de ventilación con efecto de refrigeración que renueva el aire varias veces al día, por lo que no es necesario un sistema de aire acondicionado adicional.