Turismo del CO2: Aprueban en Durban hoja de ruta hasta 2015 para salvar la cara

La delegación española regresó antes de tiempo, aunque nadie les echó de menos; están en funciones y no dicen ni pío. Los representantes de unos 190 países aprobaron este domingo en la conferencia sobre el clima de Durban (Sudáfrica), bajo los auspicios de la ONU, una hoja de ruta para un acuerdo global en 2015 destinado a reducir las emisiones de gases con efecto invernadero.

El objetivo es que este acuerdo, cuya naturaleza jurídica exacta debe ser todavía discutida, entre en vigor hacia 2020. El alivio reinaba entre los representantes congregados en esta conferencia, que estuvo al borde de la catástrofe, al cabo de 14 días y dos noches blancas de negociaciones. Una vez más, como desde hace 20 años en Río 92 se pospone la acción.

La Unión Europea, que puso todo su peso para conseguir un acuerdo jurídicamente vinculante, debió contentarse al término de esta reunión –oscurecida por la crisis del euro — con un texto que deja abierta la cuestión del carácter obligatorio del futuro pacto climático.,

El objetivo de la comunidad internacional es limitar el aumento de la temperatura global a +2°C. La suma de las promesas de los distintos países en términos de reducción de emisiones está lejos, sin embargo, de alcanzar este objetivo. Según un estudio presentado esta semana en Durban, el mundo está en camino de un aumento de 3,5°C en el termómetro global.

Los ministros y delegados, al borde del agotamiento después de esos 14 días de negociaciones y dos noches en blanco, también llegaron a un acuerdo para prolongar más allá de 2012 el Protocolo de Kioto.

La decisión sobre el futuro del Protocolo de Kioto, el único instrumento jurídico vinculante que limite las emisiones de gases de efecto invernadero de la mayoría de países industrializados, era uno de los puntos clave de la cumbre sobre el clima sudafricana.

Los países en desarrollo, que están exentos del mismo, lo apoyan con firmeza pues proporciona una "pared sellada" entre los países del norte, que tienen una responsabilidad "histórica" en la acumulación de CO2 en la atmósfera, y el resto del planeta.

Ese Protocolo, que fue firmado en diciembre de 1997, entró en vigor en febrero de 2005 e impone a los países industrializados, con la excepción notable de Estados Unidos, que no lo ratificó, reducir sus emisiones de seis sustancias responsables del calentamiento, en particular la de CO2.

Los delegados se pusieron de acuerdo sobre el lanzamiento de un segundo período de compromisos, que concernirá principalmente a la Unión Europea. Canadá, Japón y Rusia han señalado desde hace tiempo que no desean comprometerse de nuevo.

La implementación del mecanismo de funcionamiento de un Fondo Verde, destinado a dar ayuda financiera a los países en desarrollo frente al cambio climático, también fue adoptado en Durban.

La ONG Oxfam ha criticado duramente los resultados de la reunión, diciendo que los negociadores habían "evitado con las justas un colapso" del proceso al ponerse de acuerdo sobre "el estricto mínimo posible".

La ministra sudafricana de Relaciones Exteriores, Maite Nkoana-Mashabane, que presidió la conferencia, reconoció, desde el comienzo de la sesión plenaria, en la noche, que el paquete de decisiones sobre la mesa "no era perfecto", pero invocó a "no dejar que la perfección sea enemiga de lo bueno".

La conferencia de Durban, que terminó con 36 horas de retraso, pasará a la la historia de las reuniones sobre el clima por haber batido el récord de las prórrogas en las negociaciones. La próxima gran cita climática se celebrará en Catar, el mayor emisor de CO2 per cápita en el mundo.

Más viajes, más CO2 emitido y ya veremos si sirve de algo, además de gastar el dienro de los contribuyentes en el turismo del CO2.