Empresas españolas de energías renovables, por Antonio Cerrillo

Las empresas españolas de energías renovables protagonizan un fenómeno inusitado. Su tecnología en los sectores eólico y solar es referencia mundial mientras sus inversiones y proyectos llegan a EE.UU. y Oriente Medio. Iberdrola Renovables es líder mundial en potencia eólica instalada; Acciona Energía dispone también de diseños propios que están haciendo despegar la energía solar termoeléctrica, y Abengoa ha introducido en el mundo la explotación comercial de centrales de energía termosolar con torre central. A través de ellas, campos con espejos solares concentran la radiación en una torre para calentar fluidos, producir vapor y generar electricidad. “El sector de las renovables es el más internacionalizado de nuestra economía”, dice Javier García Breva, presidente de la Fundación Renovables.

El éxito del modelo español de energías renovables –que se ha cimentado en las primas que remuneran la electricidad verde– ha creado toda una industria y una tecnología propias. En la actualidad, 118 empresas trabajan fuera y suman 29.000 millones de euros en el extranjero. “Esas inversiones exportan tecnología nacional propia”, destaca Javier García Breva.

Abengoa construirá en EE.UU. las centrales de energía solar más grandes del mundo: una cerca de Phoenix (Solana), en Arizona; y otra en el desierto de Mojave, en California (de 280Mwy 250 MW, respectivamente). Promueve en Abu Dabi la mayor planta solar de Oriente Medio así como las primeras instalaciones solares híbridas, en Hasi Rmel (Argelia) y Ain Beni Mathar (Marruecos), donde se combina la producción en campos con colectores cilindroparabólicos y el sistema de gas de ciclo combinado.

El último éxito se logrará al acabar este mes, pues marzo será el primer mes en la historia de España en el que la energía eólica será la primera fuente de electricidad (el 23%), por encima de la nuclear (22%).

Los expertos valoran que se haya conseguido que todos estos megavatios (eólicos, fotovoltaicos o termosolares) estén en la red de distribución de electricidad, sin que haya fallado el sistema. Muchos agoreros vaticinaron que tanta energía renovable (miles de puntos de conexión) generarían un riesgo inasumible para la estabilidad de la red. Sin embargo, se equivocaron. Los parques eólicos han incorporado protecciones y no se desconectan cuando hay huecos de tensión. El centro de control de Red Eléctrica es una referencia mundial y es motivo de admiración. “Los chinos y los norteamericanos están haciendo un seguimiento de nuestro modelo para ver cómo hemos sido capaces de integrar tantas energías renovables en la red de transporte eléctrica”, destaca la Fundación Renovables.

El despegue de las renovables ha topado los dos últimos años con las trabas del Gobierno, mientras que su decisión de echar el freno a algunas de las primas que reciben los promotores de energías limpias ha sembrado la inquietud en el sector. La reducción de las primas es justificable en algunos casos (las que fueron para las huertas fotovoltaicas eran tan generosas que atrajeron inversiones especulativas); pero las tijeras se han aplicado con carácter retroactivo a las centrales ya levantadas, lo que ha hecho bajar en picado la rentabilidad y los encargos de nuevos proyectos.

“Cualquier freno a estas ayudas puede retrasar el desarrollo de las renovables, que están avanzando en la medida en que aumenta la demanda de estas tecnologías”, recuerda el presidente de la fundación Renovables.

La reducción de primas ha comportado un frenazo drástico en las inversiones en centrales de energía solar fotovoltaica, mientras que los proyectos en termosolar en España están garantizados hasta el año 2013. “Es necesario acabar con las incertidumbres regulatorias porque estos proyectos necesitan estabilidad para ver despejado su horizonte”, dice Javier García Breva.

El tópico de que España importa a Francia más electricidad de la que le exporta se viene abajo. El potencial nuclear francés no es invencible. Nuestro país registró en el 2010, por primera vez desde 1979, un saldo exportador neto en el intercambio de energía con Francia. Y esto se produjo en un año en el que las energías renovables dieron un gran salto, hasta alcanzar el 35% de la demanda eléctrica, gracias a que fueron doce meses lluviosos y de fuertes vientos. En los últimos años, España ha sido un país exportador de electricidad en su balance con Portugal, Marruecos y Andorra; y ahora refuerza esta condición en relación con Francia.

Los datos del 2010 rompen una tendencia ininterrumpida desde hace 31 años. El balance exportador se consiguió gracias a que los costes de generación en nuestro país fueron más baratos que los de Francia (38 euros el MWh frente a 47,5 MWh), debido a la aportación de las renovables. Y la gran paradoja es que Francia pudo beneficiarse de los bajos precios de generación en España, mientras que los consumidores de aquí no pueden hacerlo.

Y ¿por qué? La realidad es que a estos bajos costes de producción se deben añadir los extracostes de comercialización o del déficit de tarifa (costos históricos de la tarifa no repercutidos al usuario, subvención al carbón nacional, pagos a las térmicas por estar paradas cuando funcionan los molinos, distribución o primas a las renovables).

“La hidráulica y la eólica han generado mucha electricidad y han sido clave en el abaratamiento de la energía”, dice Heikki Willstedt, director de políticas energéticas de la Asociación Empresarial Eólica. “Gran parte del mérito lo tuvieron los molinos de viento, que evitaron que entraran en el mercado instalaciones de generación con costes más altos”, añade Willstedt. La energía eólica (tras un aumento del 18% respecto al año anterior) alcanzó el 16% de la demanda eléctrica; la hidráulica aportó el 14%, y la solar ya aparece en las estadísticas con un 2%. La producción de energía renovable abarata el sistema eléctrico, pues no tiene costes de combustibles (se nutre del viento, el agua y el sol), y, a medida que se generen kilovatios verdes, abre un hueco en el mix energético expulsando del sistema a las fuentes de energía eléctrica más caras (térmicas de carbón o ciclo combinado). Para favorecer su implantación, la ley obliga a que, tras la nuclear, las fuentes renovables (eólica, fotovoltaica, termosolar…) tengan prioridad a la hora de volcar la energía a la red de transporte. Además, también ha sido posible exportar “debido a la debilidad de la demanda eléctrica y la crisis interna”, añade Willstedt. España es el cuarto exportador neto de laUE(tras Francia, Alemania y Chequia).

El coste total de la electricidad en el 2008 en España fue de 23.221 millones de euros y en el 2009 bajó en 5.728 millones. “La rebaja de costes se debe a la participación de las renovables en el sistema; pero, lamentablemente, ni se reconoció oficialmente ni se notó en el precio de la electricidad para el consumidor final”, dice Valeriano Ruiz, catedrático de termodinámica de la Universidad de Sevilla.

¿Y cuál será el tope de las renovables? El Gobierno prevé que en el 2020 las fuentes renovables aporten, como mínimo, el 22,7% del consumo total de energía (incluyendo petróleo, gas…), un nivel algo superior al recogido en la directiva europea, que exige un 20%. Y, en paralelo, estima que para esa fecha el 42,3% de la generación eléctrica ha ser de ser de origen renovable.

“Comparando el objetivo para el año 2020 (el 38%) con lo alcanzado ya (el 35%) se podría pensar que el trabajo ya está hecho; pero no todos los años la lluvia jugará a nuestro favor, y hay que considerar la evolución de la demanda”, dice Magdalena García Mora, directora del departamento de regulación y cambio climático de Acciona Energía.

Los expertos estiman que las primas que reciben los productores de energías renovables seguirán siendo por ahora necesarias para favorecer su implantación, aunque la plena competitividad de estas energías se abrirá paso a medida que se favorezca su incorporación al mercado. “Si todas las energías asumieran todos los costos que tienen (incluidos los de la contaminación del aire, los gases invernadero, la gestión de residuos o los costes de seguridad), las renovables serían competitivas hoy por hoy”, dice Javier García Breva, presidente de la Fundación Renovables.

“Debemos ser muy ambiciosos en materia de energías renovables. Los hitos alcanzados con la eólica revelan que los apoyos bien estructurados en la fase de despegue, adaptados al grado de maduración de cada tecnología, producen resultados muy positivos”, opina Magdalena García.

Un parque eólico supera el tsunami cerca de la nuclear

Mientras el mundo estaba en vilo ante el tsunami de Japón, el parque eólico marino de Kamisu se ha convertido en uno de los grandes supervivientes. Situado a 300 km del epicentro del terremoto y 180 km de Fukushima, superó su embate y olas de cinco metros. El parque, inaugurado en julio del año pasado, es la primera instalación eólica marina de Japón y dispone de siete turbinas de dos MW de potencia, repartidas entre el mar abierto y la costa. El parque eólico, gestionado por Energía Eólica Ibaraki, resistió gracias a su diseño antisísmico.

Japón tiene 1.746 molinos de viento (2.304 MW) y la mayoría siguen en funcionamiento. El mayor operador eólico nipón, con el 22% de la potencia eólica del país, es Eurus Energy, filial de Tepco, operadora de la nuclear Fukushima. “Es muy probable que la empresa esté muy satisfecha por haber diversificado sus fuentes de energía”, dice Jaume Morron, gerente de la Associació Eòlica de Catalunya. “Tras el tsunami, habrá un impulso de las renovables, una ampliación de los proyectos de parques eólicos marinos y un aumento de las primas”, vaticina.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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