La eólica en Cantabria-Reflexiones sobre el Plan Eólico por Rafael Pérez Tezanos

Desde hace varios meses, la energía eólica ocupa las páginas en las tribunas de opinión en Cantabria; unas, a favor; otras, en contra, pero casi siempre argumentando criterios con mayor o menor fundamento. El problema surge cuando la propaganda -la del Partido Popular y sus afines, siempre para ir en contra del Gobierno de Cantabria- se basa en conceptos falsos (es decir, otro ejemplo de cinismo), presentándose como adalides de la conservación del paisaje natural.

Se utilizan y se usan afirmaciones como "impacto visual", "daño a las aves", "daño a los montes" y algunas ocurrencias más y, todo ello, aderezado como fenómenos nuevos descubiertos aquí y ahora, en Cantabria. Creo que más adelante podemos hablar de las incoherencias del partido que ejerce la oposición a nivel del Estado y de Cantabria que, según vemos día a día, sigue la estrategia de "cuanto peor, mejor", a pesar de la que está cayendo y que nos afecta a todos.

Entrando en el análisis de contenidos sobre el plan eólico, creo que es razonable afirmar que las cosas no son siempre del todo blancas o negras. Dejo ese "casi" porque ahí estaría encuadrado el Partido Popular de Cantabria. Por tanto, el Plan Eólico no es blanco, ni negro, es más, no puede ser ni éste, ni ningún otro Plan, totalmente blanco o negro. Tiene inconvenientes, naturalmente, y no seré yo quien omita esa realidad.

Por ejemplo, existían inconvenientes -y muchos- cuando Navarra, gobernada por el PP, puso en marcha la energía eólica como una iniciativa de gran calado industrial y tecnológico. No es necesario que insista en recordar el amplio pluralismo de la sociedad navarra que se dibuja en sus instituciones y, sin embargo, el plan salió adelante con importantes beneficios para la Comunidad. No existieron esas obstrucciones políticas y judiciales a las que el PP en Cantabria parece entregado.

En Castilla y León, igualmente, el PP ha pilotado la iniciativa, como en la Galicia, ayer de Fraga y hoy gobernada por Núñez Feijóo, que tiene previsto cuadriplicar el plan eólico.

Naturalmente que en estas regiones gobernadas por el Partido Popular valoraron, en su momento, las consecuencias, estimaron los daños, pero también, evaluaron los beneficios. Y, finalmente, decidieron. Es de sabios aprovechar la experiencia en todo y de todos, máxime cuando nadie ha decidido, hoy por hoy, retirar los parques que por toda la geografía española existen, más bien al contrario, por tanto, sería de necios negar la evidencia, negar el beneficio, negar la necesidad, negar la verdad profunda de que "algo hay que hacer". Allí lo hicieron; aquí también se puede hacer.

Tomar decisiones exige, muchas veces, valentía y fe política. En el mundo y más palpable, en nuestro entorno, a lo largo de los años se han producido actuaciones que han cambiado el aspecto, que han variado hábitats, que han modificado enormemente nuestro medio ambiente. Podemos citar ejemplos, que centraré en los siguientes. Para la fábrica de cañones de La Cavada, se talaron enormes extensiones de bosques en nuestra tierra, pero también para plantar maíz y construir hacer barcos. Nadie repuso entonces lo destruido, nadie valoró las consecuencias, pero., queda el consuelo de que sirvió para quitar mucho hambre y tener medios para buscar nuevos horizontes.

Más recientemente, la introducción de determinada especia arbórea, propició un gran tejido industrial en la segunda ciudad de Cantabria. Todos recordarán la persecución, el desprestigio y la declaración de "non grata" a esta especie por parte de algunos. Hoy, además de haber mantenido durante años a muchas familias, se sabe que regenera con mayor celeridad que otros el tan temido CO2.

Ni siquiera la hermosa bahía de Santander ha sido ajena a estos cambios. La expansión de la propia ciudad y su arco de influencia, la ha mermado casi a la mitad de lo que era, no hace tantos años. En Mataporquera, la cementera; en Reinosa, su siderurgia, años atrás contaminaban el entorno cercano. Hoy ya no. En Los Corrales de Buelna, las fundiciones contaminaban. Hoy ya no. Pero todas han sido el mascarón industrial en sus zonas de influencia y fuente de bienestar y supervivencia para muchos cántabros.

Por tanto., todo ha tenido su lado blanco. A todo se le ha sacado el beneficio buscado y nos hemos acostumbrado a nuevos paisajes y, lo que es más importante, a nuevas maneras o formas de vida, sin duda mejores en todos los aspectos, incluido el valor y la concienciación social en todo lo relacionado con el medio ambiente.

Escuchando al Partido Popular, se tiene la impresión de que todo lo ven negro. O quieren provocar que los ciudadanos así lo perciban en beneficio de sus réditos electorales. Y no digo por lo que les está cayendo con esa lacra tan rechazable como es la corrupción política, sino por el asunto eólico. Sus argumentos van en esta línea: "Que no se vean aerogeneradores" exigen; "que no hagan ruido"; que "no estén" donde se tienen que poner; que "no se pongan tantos", alientan desde sus filas, para añadir otros "que no dañen nuestro paisaje". Mensajes que acompañan con fotos trucadas, que ponen de manifiesto una acción irresponsable.

Todos sus argumentos -demagógicos, sin duda, mientras no demuestren lo que denuncian- serían algo creíbles si existiera en su ejecutoria una trayectoria de respeto a los valores que predican. Lo digo y afirmo porque sólo se encontrará incoherencia e, incluso, traición a esos valores, más si analizamos sus acciones que son muy distintas si se toman desde el poder o se vociferan con radicalidad desde la oposición.

No se trata, como hace habitualmente el PP, lanzar la piedra y esconder la mano. Por ejemplo, podemos preguntarle por qué, no hace tanto, callaron cuando la Autovía de Cantabria hacia la Meseta, rasgó el paisaje y colmó de hormigón los montes. Lado negro de la cuestión, pero. con un lado blanco, que considero innecesario el relatar. Claro que, entonces, gobernaban. O mejor dicho, obedecían sin rechistar al llamado "general secretario" de su partido, Álvarez Cascos, ministro entonces de Fomento.

Otro ejemplo, si quieren. Todos los días insisten con el tema del AVE que, por cierto, indican que fue su idea estrella. Sin embargo, solo hablan del lado blanco, de la oportunidad que supone para Cantabria y callan sobre el nuevo ‘arañazo’ que le espera a nuestra orografía para su llegada a Santander. Por cierto. a Santander, pero pasando por otros municipios, donde no tiene previsto parar.

En consecuencia, si el Alcalde de Santander pide compensaciones por su "capitalidad" afirmando que ‘soporta’ la llegada de "el resto", porque, limpia lo que mancha. "El resto", refiriéndose "al resto" de cántabros y foráneos que visitan la Capital y dejan unos euros allí, cada vez que van, en consecuencia digo qué se podrá pedir por las consecuencias del paso de autovías y AVE por otras poblaciones, siendo como es, el destino final, su ciudad. Ah. menos mal, menos mal que demuestran más sensatez, solidaridad e inteligencia "el resto" que "aquel".

Afirmo, por supuesto, que necesitamos generar energía. Necesitamos cumplir con Kioto. Necesitamos hacer más competitivas nuestras empresas, porque no podrán asumir costes de cuotas ambientales, necesitamos todos, seguir manteniendo nuestro nivel y calidad de vida y todo dentro de la producción más limpia que podamos. No olvidemos que hay otras fuentes de generación, pero más contaminantes. No olvidemos que la falta de una limpia, se suple con otra menos limpia.

Este Plan del Gobierno de Cantabria representa en sí mismo un gran compromiso con la sociedad y con el Medio Ambiente. Su ejecución que será definida cuando toque, contará con la participación social e institucional con el fin de conciliar todo lo que a nuestro pueblo interesa y valora, destacando sin duda el medio ambiente y el paisaje natural. Sabemos que desde la oposición los objetivos son otros, pero para nosotros este plan formará parte de la herencia que dejemos a nuestros hijos y que pasa y se sostiene sobre un medio más limpio y más sostenible. Este Plan va a ser en estos inicios del siglo XXI, lo más importante que desarrollemos en Cantabria, desde la apertura y engrandecimiento del Soplao a la puesta en marcha del proyecto Comillas o las adjudicaciones del proyecto AVE para hacer realidad la alta velocidad Santander-Madrid. Los ciudadanos así lo perciben y saben diferenciar aquello que se dirige a engrandecer a Cantabria del más puro maniobrerismo político para no dejar hacer.

Rafael Pérez Tezanos es diputado del Grupo Parlamentario Regionalista.

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El Gobierno de Cantabria ha condicionado la participación en el concurso eólico a la presentación de proyectos industriales de fabricación de aerogeneradores a las empresas que obtengan las concesiones eólicas, que deberán vincularse al futuro desarrollo industrial de Cantabria.

La respuesta ha sido masiva y ha superado todas las expectativas del Gobierno de Cantabria, incluso "algunas de las más optimistas", indicó el consejero de Industria y Desarrollo Tecnológico, Juan José Sota.

El gobierno cántabro valorará especialmente aquellas ofertas que propongan proyectos industriales de inicio más inmediato, porque se quiere que los proyectos estén en marcha a lo largo de 2010, con el fin de que contribuir a la salida de la crisis y a la creación de un nuevo modelo productivo.

El consejero de Industria subrayó la oportunidad que representa el desarrollo eólico para Cantabria, al suponer una inversión directa e indirecta de 2.300 millones de euros. "El desarrollo eólico va a tener un impacto directo muy beneficioso sobre el tejido industrial de nuestra región", insistió Sota.

De las ofertas presentadas, siete empresas eólicas lo hacen en las siete zonas en las que se ha dividido el mapa eólico de la comunidad autónoma que afectará a sólo el 2% de la superficie total de Cantabria, con un impacto ambiental ínfimo. Las siete empresas son la Corporación EGEON, E.ON Renovables, Enerfín Sociedad de Energía, Gecal/Torres Olvega Industrial, Renovalia Cantabria, Vaircan Renovables y EGL Wind Cantabria. Además otras empresas también se han presentado en una o varias de las zonas, como es el caso de Acciona y Gamesa, fabricantes de aerogeneradores, y Endesa.

El área que suma más peticionarios es la llamada zona ‘A’, que afecta a los municipios de Valderredible (centro y Este) y Valdeprado del Río (Norte y Este). En esa zona se han presentado 38 ofertas, una cifra muy similar a la alcanzada en el área ‘C’ de los municipios de Campoo de Enmedio, Valdeolea y Hermandad de Campoo de Suso. Otras 31 empresas se han presentado a la zona ‘D’, en los términos municipales de Las Rozas, Santiurde de Reinosa, Luena, Molledo y San Miguel de Aguayo.

El consejero advirtió de que Cantabria sigue aumentando la energía eléctrica importada desde otras comunidades autónomas, un dato que en 2008 alcanzó al 65% de la electricidad consumida en Cantabria. El consejero de Industria ha afirmado que lo que en otras comunidades autónomas para el PP está bien, no vale en Cantabria.

Según la CEOE, el desarrollo eólico no perjudicará al turismo. "A mí no me preocupa especialmente el plan eólico en cuanto al perjuicio del sector turístico. Andalucía, con un importantísimo desarrollo de las energías renovables, también ha sido la comunidad que más ha crecido turísticamente en los últimos años. Los molinos no perjudican al turismo, una inadecuada gestión de nuestra política turística en el ámbito internacional, sí".

El desarrollo eólico proyectado por el Gobierno cántabro prevé generar una potencia de unos 1.500 megavatios y propiciar una inversión directa de alrededor de 2.000 millones de euros.

El concurso de parques eólicos, que se convocó en junio, dividió Cantabria en siete zonas susceptibles de acoger parques eólicos. Según el Gobierno, la superficie total apta para ubicar estas instalaciones eólicas sólo supone un 2 por ciento del territorio de Cantabria (10.500 hectáreas), determinada en función de los estudios previos de la Universidad de Cantabria y excluyendo zonas como las amparadas por el Plan de Ordenación del Litoral (POL) y los espacios protegidos, entre otras.

El Ejecutivo defiende el impulso de la energía eólica, no sólo por tratarse de una energía limpia y renovable sin residuos radiactivos ni emisiones de CO2, sino también por las implicaciones económicas y de desarrollo que puede suponer para la región.

La energía eólica se traduce en importantes aportaciones económicas a los municipios donde se implantan los parques, y en generación de empleo especializado en las localidades del entorno y desarrollo del tejido industrial de Cantabria.

Además de las inversiones directas, calculadas en unos 2.000 millones de euros, se calcula que el desarrollo eólico generará inversiones indirectas en el desarrollo industrial de Cantabria y en fomento de I+D+i por importe de otros 1.000 millones de euros.

El Plan Eólico de Cantabria prevé 1.500 megavatios para 2011 y trata de recuperar el tiempo perdido con el Plan Eólico, lo que ha desatado la crítica de algún sector conservador del PP local (que diferencia con el PP de Castilla y León y otras regiones donde el PP gobierna), quizás molesto por no poder gestionar 2.000 millones de euros.

El potencial eólico de Cantabria asciende a un total de 3.500 megavatios, según refleja el ‘Estudio del recurso eólico de Cantabria’. Este informe fue elaborado en septiembre de 2005 por Meteosim S.L., ubicada en el Parque Científico de Barcelona, y su autor principal fue José Vidal Pérez.

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