Bolivia construirá el próximo año una planta piloto de litio en el Salar de Uyuni

"El proyecto es hacer la planta piloto para el próximo año para la fabricación de carbonato de litio que es, podríamos decir, la materia prima", afirmó el director Nacional de Minería, Freddy Beltrán, al agregar que, de manera paralela, se negocia con firmas extranjeras su postindustrialización.

El Gobierno del presidente Evo Morales negocia con las privadas Sumitomo y Mitsubishi (Japón) y con Bolloré (Francia), la industrialización del carbonato de litio que ya en ese estado es útil para fabricar celdas de energía, cerámicas, industrias de vidrio y producción de aluminio.

La planta piloto estará cerca del Salar de Uyuni, un campo de sal de 10.000 km2 en el suroeste andino de Bolivia que, según datos oficiales bolivianos, contiene 140 millones de toneladas de litio, aunque un informe del Servicio Geológico de Estados Unidos coloca el dato en 5,5 millones.

Esa industria tiene un costo de casi 6 millones de dólares, pero para la fase de producción industrial de carbonato de litio se requerirá entre 300 y 400 millones de dólares adicionales.

Para su postindustrialización se precisará del apoyo económico de firmas extranjeras, señaló el director de Minería.

De manera paralela a los planes gubernamentales, sindicatos campesinos que viven alrededor del Salar de Uyuni manifestaron su preocupación por el impacto que tendría en el medio ambiente la explotación intensiva de litio, en una zona con gran potencial turístico, según una ONG.

La ONG Fondo Boliviano de Medio Ambiente (Fobomade) señaló en un documento que la única forma de cuidar el ecosistema es que la industrialización del litio, en todas sus fases, "esté en manos del gobierno boliviano (…) precautelando la protección del medio ambiente".

Corea del Sur está interesada en invertir en minería y manufacturas en Bolivia

El embajador de Corea del Sur en La Paz, Hong-rak Kim, afirmó que su país está interesado en ampliar sus inversiones en minería en Bolivia, incluido la explotación de litio, y ve un potencial para ingresar al área de las manufacturas.

El diplomático forma parte de una misión de funcionarios y empresarios surcoreanos que realizan una gira por la región y que llegó a La Paz desde Venezuela y seguirá por Ecuador y México.

‘El país tiene muchos recursos naturales y áreas donde se puede desarrollar la relación económica para el beneficio de ambas economías’, sostuvo hoy Hong-rak Kim, durante un foro empresarial.

El embajador recordó que actualmente, el mercado coreano es el segundo más importante para la exportación de mineral boliviano, en especial de zinc, plomo y plata.

Agregó que la empresa estatal coreana Kores realiza ‘una fuerte inversión’, inicialmente de diez millones de dólares en estudios preliminares, en el proyecto Corocoro para la producción de cobre en ese yacimiento situado en La Paz.

‘Más adelante vendrá la inversión principal por un valor de 200 millones de dólares, será la inversión más grande de Corea en el área de minería en Latinoamérica’, anunció.

Otra de las empresas interesadas en el sector minero boliviano es Corea Zinc, que quiere exportar ese mineral directamente desde el país y sin intermediarios, explicó el embajador.

El diplomático recordó que varias firmas surcoreanas, entre ellas LG, también quieren participar en el proyecto para industrializar el litio del Salar de Uyuni, situado en el departamento andino de Potosí, en el suroeste boliviano.

Hong-rak Kim aclaró que este tema será discutido en las próximas horas con autoridades bolivianas en la cancillería, en un encuentro en el que el Gobierno de Evo Morales presentará también proyectos en los sectores de electricidad e infraestructura vial.

El embajador dijo, además, que buscarán diversificar las exportaciones bolivianas a Corea y promover la instalación de maquilas para la producción de ropa en Bolivia, con el antecedente exitoso de cerca de 200 industrias similares en Guatemala.

Hong-rak Kim participó en un seminario organizado por entidades empresariales bolivianas a propósito de la visita de autoridades e inversores de Corea del Sur que tiene como propósito ‘profundizar el nexo de amistad y de cooperación con países latinoamericanos’.

Bolivia evalúa gran riqueza de litio

Ahora, sin embargo, los mochileros y los residentes locales que dependen el comercio de sal temen que ese espectacular y vasto paisaje se vea amenazado por las compañías mineras multinacionales.

Porque Bolivia, el país más pobre de Suramérica, tiene en el Salar de Uyuni grandes riquezas minerales.

El desierto contiene 5.4 millones de toneladas de litio, cerca de la mitad de las reservas mundiales certificadas (13 millones), de acuerdo al Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), en tanto el gobierno de Bolivia estima que existen 140 millones de toneladas.

Este metal blando es ampliamente usado en baterías para teléfonos celulares y computadoras, y es un elemento clave en los automóviles eléctricos que se espera sean de producción masiva en el futuro.

Por eso, los grupos mineros Mitsubishi y Sumitomo de Japón, LG de Corea del Sur y Bollore de Francia presionan para que se les permita extraer litio en la zona.

Pero el gobierno socialista de Bolivia duda. La administración de Evo Morales reclama una gran porción de las ganancias y, aún más importante, exige la construcción de plantas de tecnología de litio en el país.

El récord de Morales de nacionalización de empresas extranjeras en los sectores de energía y telecomunicaciones también da que pensar a las compañías mineras.

Por otra parte, las autoridades bolivianas indicaron que el país extraería el litio por sí mismo si avanza un proyecto para instalar una planta piloto de extracción de carbonato de litio en 2010, aunque expertos estiman que carece del conocimiento y el equipamiento para hacerlo.

Los turistas que hacen el largo viaje para conocer la enorme extensión blanquecina –descrita en la guía turística Lonely Planet como "uno de los espectáculos más imponentes de América del Sur"– ven con preocupación la situación, porque temen que el lugar sea arruinado para siempre.

Hadar Ozer, una israelita de 21 años instalada en una de las decenas de vehículos 4×4 concentrados en un punto del inmenso lugar, se asombra de lo "increíble" que es el Salar de Uyuni.

"También tenemos sal en Israel — el Mar Muerto. Pero aquí es enorme. Uno siente que camina en la Luna, porque todo es blanco y es increíble", afirma.

En otro punto del desierto, una "isla" de rocas cubierta de cactus, varios extranjeros bajaron de los vehículos a tomar fotos. La ausencia total de referencias engaña al ojo humano y a las cámaras, por eso los objetos tanto cerca como lejos parecen estar unos encima de otros.

En una aldea en la periferia del desierto casi todos los residentes locales viven de vender recuerdos tallados en sal y provisiones a los turistas.

Ellos también tienen miedo de que las compañías mineras hagan estragos en el lugar.

"No sabemos qué pasará si hay extracción de litio. No sé. Todavía no sabemos qué sucederá, porque algunas personas dicen que podría haber polución", comenta Marta Flores, una mujer de 35 años que vende baratijas hechas de sal.

Los guías que conducen sus vehículos por el desierto de 11,000 km2 también están preocupados.

Ya vieron su negocio afectado, dicen, por la incertidumbre internacional generada por el gobierno de Morales, que tiene una mala relación con su par de Estados Unidos.

Para varios, cualquier proyecto que traiga prosperidad a la región y al país es bienvenido, aunque son escépticos sobre la existencia de controles suficientes que permitan que la minería conviva con otras actividades en el desierto, como el turismo.

"Será productivo para la región", afirma un guía, Juan Barcelona. "Pero al mismo tiempo veremos los fincas, las granjas, todo eso contaminado, creo, porque habrá mucha actividad minera. Todo el desierto estará lleno de minas de litio".

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Bolivia eyes lithium riches in spectacular salt desert

For years, the Salar de Uyuni has been a remote but popular tourist draw in southern Bolivia: the world’s highest salt desert, whose blinding white expanse stretches to the horizon.

Now, though, the backpackers and locals who depend on their trade fear this spectacular and vast landscape will soon be threatened by multinational mining companies.

Because Bolivia, the poorest country in South America, is sitting on a bonanza in the Salar de Uyuni.

The desert contains 5.4 million tons of lithium, around half the world’s total supply. The soft metal is already used extensively in batteries for mobile telephones and computers, and is a key element for the electric cars expected to be mass-produced tomorrow.

Mining groups Mitsubishi and Sumitomo of Japan, LG of South Korea and Bollore of France are all pressing to be allowed to get at the lithium.

Bolivia’s socialist Bolivian government, though, is hesitating. It is demanding a big share of the profits and, even more importantly, that lithium technology plants be built from scratch in the country.

President Evo Morales’s record of nationalizing foreign firms in the energy and telecommunications sectors is also giving the mining companies pause.

Officials have also said Bolivia could even mine the lithium itself, although it currently lacks the expertise and equipment to do so.

For tourists making the long voyage to see the flat, bone-white area — described in the Lonely Planet guide as "one of South America’s most awe-inspiring spectacles" — there are concerns it will be ruined forever.

Hadar Ozer, a 21-year-old Israeli tourist from one of a dozen four-wheel drive vehicles pulled up at the same spot, raved about how "amazing" the Salar de Uyuni was.

"We have salt in Israel also — the Dead Sea. But here it’s huge. You feel like you walk on the moon because it’s all white and it’s amazing," she said.

At another popular spot in the desert, a rock "island" covered with cactus, foreigners spilled out of the cars to take pictures. The total absence of features fools both eyes and cameras, so that objects near and far seem to be sitting on top of each other.

In a village on the periphery of the desert, almost all the locals draw their livelihood from selling souvenirs carved from salt or providing supplies to the tourists.

They, too, feared that mining would ravage the place.

"We don’t know what will happen when there is lithium mining. I don’t know. We still don’t know what’s going to happen, because there are some people who say there could be pollution," said Marta Flores, a 35-year-old woman selling salt trinkets.

The guides who drove their vehicles deep into the 11,000 square-kilometer (4,200-square-mile) desert were likewise concerned.

They have already seen their business affected, they said, because of international uncertainty generated by Morales’s government, which has confrontational relations with the United States.

Several said they welcomed anything that would add prosperity to the region and to the country, but were skeptical that sufficient controls would be put in place to allow mining to co-exist with other activities in the desert, including tourism.

"It’ll be productive for the region," said one guide, Juan Barcelona.

"But at the same time we’ll see the ranches, the farms, all that polluted I think, because there will be a lot of mining. All the desert will be full of lithium mines."

In the meantime, those visiting the Salar de Uyuni are now wondering whether they will be the last to see this panorama in its pristine state.

For all the lithium in Bolivia

Some economists have called lithium the next big thing in investing. Let me cut through the hype with a little geology and tell you why Bolivia is important to our future prosperity.

Lithium is our best hope to reduce the hundreds of billions of dollars we send abroad each year to import oil. In order to do this, we simply must develop solar energy. Solar collectors in a small percentage of our southwestern deserts connected to a national electric grid could supply all of the energy America uses. There are two problems that we have to overcome, however.

One problem is to develop a method of storing energy for use when the sun doesn’t shine on the collectors. Several methods are being investigated, and many of them involve enormous banks of rechargeable batteries. We can charge batteries from the grid when the sun is shining and then discharge them into the grid when the sun is down.

Another problem is to design ways of using solar energy to run cars and other vehicles. This requires portable batteries that discharge rapidly enough to bring cars to adequate speeds.

Based on current technology — this may change tomorrow — most batteries that are both rechargeable and discharge rapidly contain some form of lithium. Here is where Bolivia enters the scene.

The United States contains only trivial lithium resources, and we import almost all of the lithium we use for only limited purposes now. About 70 percent comes from Chile and 30 percent from Argentina, but China is beginning to price its lithium low enough to become a major exporter of the ore, in addition to all of the lithium products it already exports.

Bolivia does not currently export lithium, but the U.S. Geological Survey estimates that Bolivia contains more than half of the world’s resources. These resources come from the same granites that used to make Bolivia the world’s top producer of tin.

These granites are called "specialized granites" because geologists can’t think of a better term. Their tin is contained in minerals that are mined from veins, but the lithium is derived indirectly.

Rainwater seeping through the granites dissolves lithium and other soluble elements and carries them downstream. Where these streams run into desert basins, they evaporate and form salt flats. The lithium, however, is too soluble to precipitate in the salt flats, and it accumulates in brines in the bottom of the flats.

One of these brines is in the Salar de Uyuni in Bolivia. It is the world’s largest salt flat, and it is there that half of the world’s lithium resources are waiting to be mined.

They may wait for some time. Bolivia’s President Evo Morales is from an indigenous part of the population that was ruthlessly exploited during the peak of tin mining. The mines were owned by a few wealthy Bolivians and by foreigners who rarely visited Bolivia but took all of the profits while paying the miners very little. Because of this background, Morales has refused to allow any foreign companies to invest in the lithium.

It is not clear whether the Bolivians can mine the lithium without foreign investment. Bolivia’s lead in tin production disappeared many years ago, and China now produces more than three times as much tin as Bolivia. If the Chinese decide to increase lithium production, Bolivians can’t hope to compete with all that Chinese money.

So it’s time for America to get involved in the Bolivian problem. The Bolivian government won’t accept direct investment in its mines, but maybe we can sneak some money in by a back route.

How about paying outrageous prices for the Bolivian coca crop and then dumping it in the ocean on the way to America?

Hitachi to Supply GM with Lithium-ion Batteries

Japanese electronics maker Hitachi Ltd. said Thursday it will supply lithium-ion batteries for hybrid vehicles to General Motors Corp. in 2010 and sharply raise production capacity to meet surging demand for gas-electric cars.

Hitachi currently makes 40,000 lithium-ion batteries per month and will lift the capacity to three million units.