Deforestación en la Amazonia

Durante un taller en Quito el secretario del organismo, Mauricio Dorfler, manifestó que este estudio servirá para determinar la tasa de deforestación en la cuenca amazónica distribuida entre Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.

Entre las causas que acentúan el fenómeno de deforestación, precisó Dorfler, está la presión sobre el uso de la tierra, la agricultura, la explotación maderera y la extracción de minerales.

El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, destacó la importancia de una estrategia colectiva y la iniciativa ambiental sostenible Yasuní ITT, que pretende dejar bajo tierra el 20 por ciento de las reservas petroleras a cambio de una compensación internacional.

David Cooper, representante del Convenio de Diversidad Biológica, señaló que el "Taller Regional para los Países Amazónicos" es un momento muy oportuno para desarrollar un plan de acción para enfrentar fenómenos como el cambio climático.

Para Cooper, el futuro de la civilización depende en buena medida de lo que se haga en el trabajo por preservar la biodiversidad del planeta.

La región amazónica abarca más de la mitad del bosque húmedo tropical y se expande en 7,4 millones de kilómetros cuadrados, es una zona rica en biodiversidad y un gran espacio de riqueza cultural, donde habitan en la actualidad unos 420 pueblos indígenas.

A pesar de su riqueza, la Amazonía es un territorio altamente vulnerable debido a procesos como la deforestación, la agricultura, la explotación ilegal de madera y de minerales que la agreden.

"Por eso realizamos importantes esfuerzos para disminuir estos factores de pérdida", comentó Dorfler, para quien es fundamental comprender que la Amazonía dejó de ser una región periférica y se deben incluir medidas para la conservación de su biodiversidad.

La agenda del Taller tendrá una aplicación de hasta ocho años e incluye cuatro parámetros: ciencia y tecnología vinculada a conocimientos ancestrales, áreas protegidas, control de especies silvestres y uso sostenible de la biodiversidad e investigación.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.