Energía eólica se empleará para calefacción en Xinjiang de China

China, a la vanguardia de la transición energética mundial

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La compañía Lanzatech, que convierte los residuos de gas industrial en combustible y productos químicos, intentó buscar acuerdos en Estados Unidos para introducir su tecnología en el mercado. Sus esfuerzos fueron infructuosos.

Los primeros apoyos industriales los consiguió en China. Los grupos Baosteel y Shougang, dos grandes del acero, establecieron filiales conjuntas con Lanzatech que dieron los primeros pasos para la comercialización de la empresa.

Varios socios globales se unieron posteriormente para ayudar a reunir financiación para la sociedad, a la vez que la ayudaron a ganar premios internacionales en el campo de las energías limpias.

Sin la participación inicial de los dos gigantes chinos del acero, la tecnología propuesta habría tenido pocas posibilidades de llegar al mercado, recuerda Andrew Chung, antiguo socio general de Khosla Ventures, uno de los primeros inversores de Lanzatech.

El entusiasmo de China con las energías limpias está impulsando la transición mundial hacia un futuro de bajas emisiones de carbono. Con inversión pública y privada aportada y un compromiso con la colaboración, China está desempeñando un rol cada vez más importante en el campo de las tecnologías limpias globales.

China ha invertido en energías renovables e instalado más en su infraestructura que cualquier otro país en los últimos años, según un informe del Banco Mundial.

La capacidad solar y eólica aumenta veloz a medida que el país trata de saltar de un modelo de consumo basado en la energía del carbón a otro más dependiente de las energías limpias.

«El desarrollo de la tecnología de energías limpias en China en los últimos años ha sido notable», declaró a Xinhua en un aparte de una reunión sectorial celebrada en Beijing la semana pasada Adnan Z. Amin, director general de la Agencia Internacional de Energías Renovables.

«Esto ha traído beneficios para todo el mundo, porque la escala de la inversión tecnológica, producción y manufactura ha llevado a un drástico descenso de los precios», apunta.

China planea invertir 2,5 billones de yuanes (unos 368.000 millones de dólares) en energías renovables durante el periodo 2016-2020, creando de paso más de 13 millones de puestos de trabajo en el sector, según la Administración Nacional de la Energía.

Este compromiso oficial ha abierto el apetito del sector privado. Fabricantes de coches eléctricos chinos como BYD han experimentado un alza de las ventas que le ha permitido codearse con competidores internacionales como Tesla y Nissan.

China fue de largo el mayor mercado mundial para los coches eléctricos en 2016, pues acumuló más del 40 por ciento de las ventas mundiales y más del doble que en Estados Unidos, según un informe de la Agencia Internacional de la Energía.

Además de apostar fuerte en el plano nacional por las tecnologías limpias, China también escruta activamente el campo internacional en busca de conocimiento y comparte el que ha adquirido con el mundo.

Durante un encuentro en Beijing con el secretario de Energía de EE. UU., Rick Perry, el vice primer ministro chino Zhang Gaoli señaló que confía en que los dos países puedan reforzar la cooperación en las áreas de los combustibles fósiles y las energías renovables para impulsar juntos la transición hacia las energías limpias y contribuir al desarrollo sostenible global de la energía.

El gobernador de California, Jerry Brown, también manifestó su interés en colaborar con los funcionarios y las empresas chinos durante su visita de la semana pasada, durante la que indicó que el conocimiento chino en campos como la tecnología de baterías y los coches sin emisiones de gases podría ayudar al propio impulso de California a las energías limpias.

La Iniciativa de la Franja y la Ruta, propuesta por China en 2013, dará un empujón más a la cooperación en el campo de las energías limpias para crear un sistema mundial energético interconectado, anticipa Amin.

«China es importante no solo desde la perspectiva climática, sino para la forma en que el mundo afronte la transición energética futura», afirma Amin.