Emigran el viento y el sol

REVE

A finales de 2015, el Consejero de Industria del Gobierno de Canarias, anunció a bombo y platillo que durante este año (2016) las renovables se duplicarían en Canarias. Afirmó Pedro Ortega en aquel entonces que íbamos “a pasar de un 11 o un 12 % a un 22 o un 23 % con toda seguridad el año que viene”. Y se hicieron eco a grandes titulares y en portada los medios de comunicación de este notición. La realidad es que estamos donde estábamos. Durante todo este tiempo no se ha instalado ni un solo MW de energía eólica o solar. Ni uno.

Hace unos días el consejero ha vuelto a arriesgarse y ha insistido en afirmar que será en 2018 cuando alcancemos esa cifra del 21 %, cuando pasemos -dice ahora-, “del 9,9 % al 21 %” en la penetración de las renovables en nuestro archipiélago. Aduce que ya se contaba con una autorización de 436,3 MW, que se ha conseguido ampliar en 435 MW más y que todos deberán estar en funcionamiento antes de enero de 2019, “de hecho –aseguró-, muchos de los proyectos comenzarán durante el mes de octubre con su instalación”. La realidad es que -desgraciadamente-, cumplir estos objetivos se hará muy difícil. Y ojalá me equivoque. Lo cierto es que los aerogeneradores del primer concurso siguen sin instalarse y más de la mitad de ellos no se podrán instalar nunca.

No ha pasado por esta Comunidad ningún presidente o consejero de Industria que no haya lanzado los mismos mensajes. Todos, sin excepción, nos garantizaban que dos años después de su afirmación tendríamos un aumento considerable y hasta el veinte y pico por ciento de renovables… Y lo mismo nos decían Soria, Rajoy, los delegados del Gobierno… Pero nunca han cumplido. En los últimos años no se ha instalado ni un MW y eso que éramos punteros y referencia. Ni se van a instalar de manera efectiva mientras los negocios del crudo, del gas, del propano, del aire propanado… sigan produciendo las ganancias que producen y sigan estando en manos de quien están y sigan contando con la complicidad de los gobiernos de turno…

Es lo que hay. Estamos en Canarias a la cola en la penetración de renovables. Unos dicen y se excusan en que es culpa del planeamiento y las leyes medioambientales que no se hayan construido las subestaciones necesarias para verter a la red la energía limpia producida, cuando en realidad eso no ha sucedido con casi ninguna y cuando es muy fácil suspender el planeamiento para hacerlo posible. No vale esa excusa. Y la realidad es que quedan muchas subestaciones por construir.

La otra excusa es la de la seguridad aérea. Las señales de aproximación al aeropuerto de Gran Canaria impiden la instalación de casi un tercio de la energía eólica de la isla. Y dicen que son inamovibles cuando muchos de los técnicos de Aena y Aesa te comentan en privado todo lo contrario. Y los informes alternativos encargados por ayuntamientos o promotores también dicen lo contrario. Y dice lo contrario lo que se hace en otros lugares: hace unos días el Consejo de Ministros ha aprobado un Real Decreto por el se suprimen las servidumbres aeronáuticas de la instalación radioeléctrica de ayuda a la navegación aérea NDB de Vitigudino, en Salamanca. El NDB es un radiofaro de baja, media o ultraalta frecuencia que emite señales para que un avión pueda determinar y visualizar automáticamente su marcación hacia cualquier estación de radio dentro de su gama de frecuencia y sensibilidad. Esta misma señal está impidiendo la instalación de muchos parques eólicos en el sureste grancanario, además de limitar alturas en la construcción, entre otras cosas… Allí sí y aquí no. Y encima es una señal prescindible. Y encima muchas de estas señales se pueden trasladar al mismo aeropuerto, que por cierto cuenta con aerogeneradores propios.

Esto es lo que, principalmente, impide la penetración de la energía eólica en Gran Canaria. ¿Y qué sucede entonces con el sol? ¿Por qué no se instala entonces energía solar en Canarias cuando tenemos más horas de sol que nadie, cuando podemos aprovechar millones de metros cuadrados en azoteas y techumbres? ¿Por qué España fue en 2008 el segundo país en Europa en instalaciones de paneles fotovoltaicos produciendo el 40% del total europeo y en 2015 ya no está entre los diez primeros? ¿Por qué en 2015 Reino Unido instaló 70 veces más potencia solar que España y por qué España se ha quedado por detrás de Alemania, Francia y el Reino Unido, países con muchísimo menos sol?

Bob Dylan diría que la respuesta está en el viento. Y en el sol. Pero yo me temo que donde está realmente es en una presión brutal de los lobbies que ven peligrar su posición estratégica en el control de la energía. En el caso de las gasistas es que emplearon más de 27.000 millones en infraestructuras que ahora no pueden competir con el viento y el sol y por eso nos quieren endilgar dos regasificadoras a los canarios, que para estas cosas somos más primos generosos que nadie. Y está en el impuesto al sol que dice el Gobierno que no existe pero que impide que las inversiones salgan adelante y disuaden a los promotores empresariales o familiares. La realidad es incuestionable. El año pasado se instalaron en el mundo 50.000 MW de energía solar fotovoltaica, un 25% más que en el año anterior. Se invirtieron 161.000 millones de dólares en esta energía en todo el planeta, más incluso que en energía eólica, que alcanzó la cifra de 110.000 millones de dólares. China instaló 15.200 MW; Japón 11.000; EEUU 7.300; Reino Unido 3.500; Alemania 1.450; Francia 900… ¡Y España 49 MW! ¡Y en Canarias, nada! Y eso que ya no necesita subvenciones, que el precio de instalación ha bajado considerablemente, que el autoconsumo privado ya es rentable directamente, que nos sobran horas de sol y de viento… En la actualidad la energía solar en Europa es equivalente a la que producen 100 plantas nucleares y ha superado los 100 gigavatios a pesar de que en 2008 apenas contaba con 5 gigavatios. Y es más, en 2020, el 100 % del consumo eléctrico del norte de Reino Unido será de renovables… Según El Mundo, las fuentes renovables han batido numerosos records de producción y de cobertura eléctrica por todo el mundo en 2016. Y nosotros por aquí columpiándonos mecidos por intereses políticos- empresariales torticeros.

No cabe la menor duda: el futuro energético de Canarias pasa por las renovables. No hacemos, por otra parte, otra cosa que ser sensibles con la comunidad científica y la Cumbre del Clima que exige un cambio de modelo y actuaciones urgentes para frenar el deterioro del planeta. Y aquí en este archipiélago atlántico el esfuerzo debe ser mayor: nuestros indicadores medioambientales son preocupantes, los efectos del cambio climático se hacen cada vez más visibles: calentamiento de las aguas, desvíos de los alisios, más periodos de sequía y precipitaciones intensas… Como afirmaba recientemente Patricia Espinosa, secretaria de la convención de la ONU sobre el cambio climático, existe un riesgo evidente – “una situación crítica”-, con el calentamiento global para las islas del mundo: “son las más expuestas a fenómenos hidrometereológicos que tanta devastación y pérdidas de vidas humanas provocan”. Desde 1990 hasta ahora solo cinco regiones españolas han reducido los gases de efecto invernadero. Canarias es la segunda que más ha aumentado las emisiones con un 51,5 % según los últimos datos oficiales del Ministerio de Medio Ambiente. Incumplimos además más de cien parámetros medioambientales… Está claro que el fracaso de la política energética canaria nos ha alejado de los objetivos 20-20-20.

La Agencia Internacional de Energías Renovables y la Organización Mundial del Turismo han unido su tarea para promover el uso de las energías verdes en las islas del mundo… pero aquí pasan los años y no se instala un megavatio limpio… Y se empeñan en imponernos el gas para el negocio de unos pocos… La UE considera prioritario en espacios insulares turísticos la implantación de renovables y por eso ha creado el programa neZEH (hoteles de energía casi nula)… Y por aquí nos empeñamos en introducir el propano… Ya está bien de fiarnos un futuro renovable para no se sabe cuándo. Suecia, Costa Rica, Finlandia, Noruega… van camino de ser soberanos energéticamente auspiciando una total independencia de los combustibles fósiles… Y por aquí erre que erre con un mix de no sé qué y no sé cuánto para quedar muy bien con las gasistas y sus socios canarios.

PD. Fernando Bañolas es un político amortizado. Ya no engaña a nadie. Fue alcalde de su pueblo y se volvió a presentar en las últimas elecciones y le mostraron que ya no le quieren. Se presentó al Cabildo de Gran Canaria y los hombres y mujeres de esta isla le demostraron que no les despierta ninguna confianza. Salió él solito y raspando. Todo el mundo sabe a quién sirve Fernando Bañolas. Está cuidando de unos intereses que no son los grancanarios precisamente. De vez en cuando se mete conmigo en articulitos de dudosa solvencia y muy mala baba. Fundamentalmente cuando cuestiono las políticas de CC. El último ha sido para defender las estrategias gasistas del Gobierno canario. No se merece mi contestación. El solo se descalifica. Y tiene la credibilidad que tiene por ser la voz de su amo con residencia en otros predios.

(*) Antonio Morales es presidente del Cabildo de Gran Canaria.