Pescarmona cedió el 65% a un fideicomiso

REVE

Enrique Pescarmona constituyó un hólding comercial y financiero en Luxemburgo llamado Venti, con el que controlaba Wind Power Energía, la empresa eólica de IMPSA que opera en Brasil, Venezuela y Argentina, y entró en default por sucesivas crisis de pagos.

Eólica argentina Impsa suspenderá pagos y reducirá personal.
Eólica argentina Impsa suspenderá pagos y reducirá personal.

Refinanció con los acreedores, el principal el BID, una deuda de us$ 1.050 millones, que le costó entregarles en un fideicomiso el 65% de las acciones, quedarse con el 35% restante y retener el manejo industrial. Toda su artillería apunta a la energía eólica, en la que fue pionero en la Patagonia y fuerte protagonista en Brasil. Y en Argentina está la gran oportunidad, ya que el gobierno de Macri prevé que requerirá inversiones por us$ 15.000 millones en los próximos 10 años,y arranca con una demanda asegurada por el mercado mayorista estatal (Cammesa), un precio que duplica al que pagan países vecinos y 8.100 empresas, el 70 % de ellas pymes, que para fin del año que viene tienen que comprar el 8 % de la energía que utilizan de fuentes limpias, para llegar al 25% en 10 años. Para entonces, el gobierno habrá tenido que construir redes eléctricas de conexión. ¿Fideicomiso, electricidad, energías renovables, proximidad con el poder? Todos los caminos conducen a Nicolás Caputo, con Sadesa, Central Puerto y la rivalidad que incubaron como popes nativos de la energía con Marcelo Mindlin.

Afuera de la inquisidora mirada de Elisa Carrió, el empresario Nicolás Caputo ni aparece por la Casa Rosada, lo que no quiere decir que esté desvinculado del gobierno de su amigo, el presidente Mauricio Macri, mientras alterna entre su despacho en la vicepresidencia de la Bolsa de Comercio en 25 de Mayo y Sarmiento y Nueva York, donde, en rol de dueño de 5 compañías cotizantes en Ciudad de Buenos Aires (Mirgor, Transportadora de Gas del Norte, Caputo, Ecogas y Central Puerto), tiene las antenas orientadas hacia los negocios del único sector en la Argentina que tiene un horizonte fehaciente de inversiones por US$36.000 millones en los próximos 10 años: el energético.

Caputo quiere llevar a Sadesa, que controla casi un 35% del paquete accionario de Edesur, la 2da. distribuidora eléctrica de la Argentina, y de la que posee el 23% de las acciones, a las pizarras de Wall Street, aunque en realidad la que busca que entre al panel es la perteneciente al grupo Central Puerto. La firma eléctrica, inclusive, acaba de anunciar una inversión superior a los US$ 180 millones en el partido de Carmen de Patagones para el desarrollo de un parque eólico de 88,2 MW que tendrá 38 aerogeneradores, con una potencia de entre 80 y 140 megavatios, lo que lo convertirá en uno de los principales parques eólicos del país. También, bajo el nombre “CPRENOVABLES”, se presentó en la Ronda (1) del Programa RenovAr que lanzó el Ministerio de Energía con otro emprendimiento en la misma localidad del sur bonaerense, “La Castellanas”, de 99 MW. Pero además, ofertó 2 proyectos más: “Oconnor”, de 50 MW, en Río Negro y “Achiras”, de 48 MW, en provincia de Córdoba.

Inversiones renovables

Las energías renovables tienen reservadas inversiones para la década que viene por US$15.000 millones, según destacó el subsecretario del área, Sebastián Kind, conspicuo consultor del sector hasta su designación, que entre sus clientes contaba a Sadesa. El resto se divide en: US$ 10.000 millones a la generación a través de represas hídricas; US$ 4.000 millones a la termoelectricidad; u$s 2.000 millones a energía nuclear; y US$ 5.000 millones a transmisión.

El funcionario precisó, al disertar en el panel “Energías Renovables” de la 13ra. Conferencia Anual de Moody’s, en el hotel Four Seasons, que “Argentina planifica una ampliación de la potencia de su sistema energético en el orden de los 20.000 megavatios para los próximos 10 años”. Y que “el 50% de esa cifra será desarrollo de energía térmica, nuclear e hídrica; y el otro 50% en renovables”.

Del interés que despierta este renglón de las energías renovables en un paisaje inanimado para las inversiones como el argentino de hoy da la pauta la oferta eólica, que superó el cupo que licitó Nación en un 578%: de los 600 MW que solicitó se entregaron sobres por 3.468 MW. Por su parte, la solar la excedió en un 945 %: se licitaron 300 MW y se entregaron ofertas por 2.834 MW. En lo que respecta a proyectos eólicos, sorprendió la cantidad de ofertas (17) que hubo en provincia de Buenos Aires (1.278 MW), que superó a la región del Comahue, conformada por las provincias de Río Negro y Neuquén (se presentaron 11 ofertas por 760 MW) y la Región Patagonia, constituida por Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, donde se presentaron 15 ofertas por un total de 1.085 MW.

Uno de los pioneros en el desarrollo de la energía eólica ha sido Industrias Metalúrgicas Pescarmona SA (IMPSA), que además de erigir proyectos en la Patagonia se expandió a Brasil, donde construyó 5 parques que la estatal Electrobras no canceló (US$ 770 millones), lo cual llevó a Wind Power Energía, subsidiaria de IMPSA, a convocatoria. El 30 de octubre del año pasado, el conglomerado mendocino entró oficialmente en default al no cumplir con el pago de US$ 20 millones de intereses de una serie de ON que vence en 2020 y corresponden a una emisión por US$ 390 millones realizada por WPE International Cooperatief U.A, brazo financiero de WPE, a su vez controlada por Venti, holding creado en enero de ese mismo año para unificar sus ingresos en pesos y reales y que tiene sede en Luxemburgo.

El holding entró en crisis ante la falta de liquidez disparada por deudas impagas que arrastra de grandes proyectos energéticos en Venezuela y Brasil. Ahora, y luego de negociaciones con un importante núcleo de acreedores mayoritarios logró la firma de un Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE) para reorganizar su pasivo.

Los acreedores son: Corporación Andina de Fomento (CAF); el Eximbank y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID); varias entidades bancarias oficiales como en Banco Nación y el Provincia. También en Superville; el Hipotecario; ICBC; HSBC; Galicia, además de bancos extranjeros como el Bradesco y grandes empresas del estilo de Usiminas; Microsoft; Telefónica; y hasta el Tesoro Nacional de Venezuela.

El convenio crea la figura de un fideicomiso que contendrá el 65% de las acciones a ser vendidas por IMPSA. Y se comprometió a pagar u$s 546 millones hasta 2031, ya que los acreedores perciben US$ 221 millones de deuda «sustentable nominal» con un bono «par«, a cancelar en 15 años. Y otro tipo «discount» (a una tasa menor) de u$s 225 millones, más un pago adicional de US$ 100 millones.

Un punto importante que cobró actualidad es la cláusula que otorga a los acreedores el derecho a designar y remover a la mayoría del directorio que hoy preside Pescarmona, y les otorga mandato para contratar a un asesor financiero independiente que deberá liderar el proceso de venta de la mayoría del capital de IMPSA.

Acá es donde los caminos se tocan con Sadesa, en la que son socios de Caputo (23%), Carlos Miguens Bemberg, con el 33,9% de las acciones; Guillermo Reca, con el 22,5%; los Escasany, con el 13,6%; y los hermanos Ruete Aguirre, con el 7%.

Reca es, en la práctica, quien delinea y lleva adelante la estrategia en el negocio eléctrico.

Caputo, por su parte, participa todos los miércoles de las reuniones de directorio que el holding realiza en las oficinas de Central Puerto, en la costanera porteña.

Conocedor de la regulación del sector eléctrico y de su complejo escenario, impulsó la oferta que hicieron al Gobierno para ampliar el parque termoeléctrico mediante la construcción de un complejo con una potencia total de 1.812 megawatt (Mw) de potencia eléctrica que, en total, demandará una inversión cercana a los US$ 1.600 millones, según El Inversor Online.

La apuesta de Sadesa es ambiciosa: prevé la instalación de dos centrales de ciclo combinado de 906 Mw de potencia cada una en el puerto de Zárate. A su vez, prevé la construcción de un muelle para amarrar un barco regasificación de Gas Natural Licuado (LNG), con capacidad para procesar alrededor de 15 millones de metros cúbicos (MMm3/d) del fluido.

Sadesa, que además de Central Puerto, posee las centrales Piedra del Aguila, Centrales Térmicas de Mendoza y Ensenada, ya adquirió 2 turbinas de gas (TG) para una de las usinas y tiene pensado avanzar rápidamente con la compra de otras 2 si el Ejecutivo aprueba el proyecto. La meta es que la construcción de las dos plantas a ciclo abierto esté terminada a fines de 2017, según precisaron las fuentes consultadas. En esa primera etapa, la obra demandará una inversión de US$ 600 millones.

En total, Cammesa recibió ofertas para instalar 6.607 Mw de potencia eléctrica en el marco de la licitación lanzada por la empresa para ampliar el parque eléctrico en el corto plazo. Son 24 ofertas que generarían una inversión superior a los US$ 5.000 millones.

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Nicolás Caputo y Enrique Pescarmona.

Caminos que se juntan

Pero volviendo a Pescarmona y a las vidas paralelas, no como las de Plutarco, si es que se encontraron, reapareció en estos días en Mendoza inaugurando la nueva planta para la fabricación de aerogeneradores de US$ 15 millones, la primera inversión que completa luego de dar el primer paso que la aleja del default. Tanto, que su propio fundador, Enrique Pescarmona, lo consideró como un hito del «renacimiento de IMPSA«.

Cuando las noticias indican que se tuvo que quedar con el 35% de IMPSA por el concordato con los acreedores, principalmente el BID, y que el 65% pasó a un fideicomiso con potestad para transformar cuotas-parte en acciones, resulta que hace la presentación de la planta rehabilitada junto al gobernador Alfredo Cornejo y el ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, Lino Barañao, quien dio el aval a un subsidio de $ 17,5 millones para el proyecto.

Antes destinada a desarrollos nucleares, la nueva planta de 1.000 m2 fue reciclada para fabricar componentes eólicos, un proceso discontinuado con el cierre de la antigua nave de la calle Ceretti, de Godoy Cruz, de donde salían palas para los aerogeneradores. Esta vez, la evolución es mayor: desarrolló la patente del modelo Unipower IWP100, fabricado con 80% de componentes hechos en Mendoza, y álaves importados de Dinamarca. Tiene capacidad para producir 150 máquinas por año de hasta 111 metros de diámetro.

En la alocución, el empresario contó cómo fue la reestructuración del pasivo de US$ 1.050 millones.

Pescarmona pudo ejercer de “profeta en su tierra”, precisamente, porque dejó de ser el dueño de IMPSA, se quedó con una parte porque es el que sabe de ‘fierros’, el fundador de una empresa de ingeniería que, como la provincial INVAP, no quería perderle pisada a la tecnología de punta. A lo largo de su trayectoria, se ve que las finanzas nunca han sido su fuerte y tuvo varias crisis, con clubes de bancos, convocatorias de acreedores, defaults, pero se las compuso siempre para sobrevivir.

Los que saben de números parecen haber tomado el control y constituido oficinas fuera del alcance de la fábrica, en la provincia cuyana. Se manejan dentro del fideicomiso que tiene la mayoría porcentualmente y en el que se recorta una figura que, en cuanto se reforme la ley del mercado de capitales (en la que tiene fundamental protagonismo), podría dar el ‘sorpasso’ al paquete de Venti, que controla a Wind Power Energía, a la vez subsidiaria de IMPSA: Nicolás “Nicky” Caputo.

Las energías renovables le abren una enorme perspectiva a Sadesa, inclusive superior a la termoelectricidad donde descuella, con demanda asegurada, condiciones naturales inmejorables y precios que atraen a los inversores extranjeros.

El propio presidente de Enel para la Argentina, Mauricio Bezzeccheri, lo afirmó en exclusiva con El Inversor Online durante el foro de Inversiones: que las ofertas en la licitación para instalar plantas de energías renovables, que recibió el Gobierno en marco del ‘RenovAR – Ronda 1’, tendrán un precio por Mw “del orden de US$ 70 u US$ 80 (por MWh) en los proyectos de energía eólica”.

Socio de Caputo en Edesur y a la vez con la central Costanera en su órbita, el titular de la compañía italiana aseguró que se atraviesa una etapa en la cual “el tema de la financiación y la infraestructura para este tipo de obras tiene una relevancia importante”, y comparó el desarrollo de las renovables en Argentina con antecedentes similares en la región.

“La experiencia que hemos tenido en mercados como Brasil o México siempre se han caracterizado por una complejidad importante en términos de disponibilidad de mano de obra, transporte y grúas para realizar los trabajos”, explicó. Además sostuvo que con “precios de US$50 por MWh, nosotros hemos ganado una licitación en Chile hace un mes y allí llevamos 4 ó 5 años de trabajo”.

La subsidiaria de IMPSA, Wind Power Energía, volverá a Brasil por la revancha, pero con espaldas financieras que Pescarmona no tenía.

 

 

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