En cuanto a la cobertura de la demanda, la nuclear cubrió el 21,9 % (un 21,2 % en 2013), la eólica el 20,4 % (un 21,2 % en 2013), el carbón el 16,4 % (un 14,6 % en 2013), la hidráulica el 15,4 % (un 14,2 % en 2013) y la cogeneración el 10,4 % (un 12,5 % en 2013). Por debajo de una participación del 10 % se han situado los ciclos combinados que han aportado el 8,5 % de la demanda (un punto menos que el año anterior) y las tecnologías solares y la térmica renovable que conjuntamente han cubierto el 7 % de la demanda, aportación similar a la de 2013. Las energías renovables han mantenido un papel destacado en la producción global de energía en el sistema eléctrico cubriendo el 42,8 % de la producción total (un 42,2 % en 2013). En términos absolutos la generación renovable ha descendido un 1,0% respecto al año anterior, debido principalmente a la caída de un 6,1 % de la producción eólica. A pesar de este descenso, cabe destacar que la eólica ha sido la tecnología con mayor contribución a la producción total de energía en el sistema eléctrico español peninsular en los meses de enero, febrero y noviembre. En cuanto a emisiones de CO2 del sector eléctrico peninsular, el aumento de generación con carbón se ha compensado con la generación de fuentes renovables, situando el nivel de emisiones en 2014 en 60,4 millones de toneladas, valor similar a los 60,1 millones de toneladas en 2013. La demanda peninsular de energía eléctrica durante el 2014, una vez tenidos en cuenta los efectos del calendario y las temperaturas, ha descendido un 0,2%, lo que supone una caída sensiblemente menor que la registrada el pasado año, que descendió un 2,2%. La demanda bruta fue de 243.486 GWh, un 1,2% inferior a la del 2013. Potencia instalada al 31 de diciembre del 2014 (102.259 MW) Red Eléctrica publica estos datos en el Avance del informe del sistema eléctrico español del 2014 que adelanta el resultado anual del comportamiento del sistema eléctrico. El 4 de febrero, se alcanzaron los valores máximos de potencia instantánea, con 39.948 MW a las 20.18 horas, y de demanda horaria, con 38.666 MWh entre las 20.00 y las 21.00 horas. Además, el máximo de demanda de energía eléctrica diaria se registró el 11 de febrero con 798 GWh. Evolución anual de la demanda eléctrica peninsular (año móvil) Balance de renovables y cobertura de la demanda Las energías renovables han mantenido un papel destacado en la producción global de energía de este año cubriendo el 42,8% de la producción total (un 42,2% en el 2013). En términos absolutos, la generación renovable ha descendido un 1% respecto al año anterior, debido principalmente a la caída de la producción eólica en un 6,1%. Sin embargo, la energía eólica ha sido la tecnología con mayor contribución a la producción total en el sistema eléctrico peninsular en los meses de enero, febrero y noviembre. El producible hidráulico se situó en 32.655 GWh, un 18% superior al valor medio histórico y prácticamente igual al del 2013. En cuanto a la cobertura de la demanda, la nuclear cubrió el 21,9%, la eólica el 20,4%, el carbón el 16,4%, la hidráulica el 15,4% y la cogeneración el 10,4%. Por debajo del 10% se han situado los ciclos combinados, con una participación del 8,5%, y las tecnologías solares y la térmica renovable, que conjuntamente han cubierto el 7% de la demanda anual, aportación similar a la del 2013. Respecto a las emisiones de CO2 del sistema eléctrico peninsular, el aumento de producción con carbón se ha compensado con la generación de energía renovable, lo que produce un saldo de emisiones de 60,4 millones de toneladas en el 2014, valor similar al del 2013. La potencia instalada peninsular se mantiene estable La potencia instalada en el parque generador peninsular se ha mantenido prácticamente estable respecto al 2013 y al finalizar el año, se sitúa en 102.259 MW, un 0,1% menos que en diciembre del pasado año, debido principalmente a la reducción de 159 MW de potencia que ha registrado el carbón con el cierre de la central de Escucha. Sistemas no peninsulares La demanda anual de energía eléctrica en el conjunto de los sistemas no peninsulares ha descendido en el 2014 un 0,9% respecto al año anterior. Por sistemas, en Baleares ha caído un 1,7% y en Canarias, un 0,5%, mientras que en Ceuta y Melilla, ha crecido un 5,4% y un 0,3%, respectivamente. El enlace Península-Baleares ha registrado un saldo exportador hacia el archipiélago de 1.293 GWh, un 1,9% superior al 2013, lo que ha permitido cubrir el 23,2% de la demanda del sistema eléctrico balear. La potencia instalada también se ha mantenido en estos sistemas en niveles similares al 2013, a excepción de Canarias donde destaca la incorporación de 12 MW en la isla de El Hierro, correspondientes a una nueva central que combina eólica y bombeo (hidroeólica). Saldo exportador en el programa de intercambios internacionales El saldo de intercambios internacionales de energía eléctrica ha mantenido un año más el signo exportador con 3.543 GWh, un 47,4% inferior al del 2013. Las exportaciones alcanzaron 15.772 GWh y las importaciones 12.228 GWh. Saldos de los intercambios internacionales de energía eléctrica Red de transporte eléctrico nacional Durante el 2014 se han puesto en funcionamiento 621 km de circuitos de nuevas líneas, por lo que la red de transporte eléctrico nacional alcanza los 42.760 km de circuitos. Asimismo, la capacidad de transformación se ha incrementado en 3.535 MVA, elevando la capacidad total de transformación nacional a 84.779 MVA. Para consultar el Avance del informe del sistema eléctrico español del 2014 en la web de Red Eléctrica, pulsa aquí. http://www.evwind.com/2014/12/23/energias-renovables-eolica-fotovoltaica-termosolar-y-otras-aportan-el-428-de-la-produccion-electrica-en-espana/ http://santamarta-florez.blogspot.com.es/2014/12/energias-renovables-eolica-fotovoltaica.html

Se triplica la pobreza energética en España en los últimos 6 años

REVE

El aumento de la brecha entre rentas triplica el número de familias españolas en situación de pobreza energética en 6 años.

El aumento de la brecha entre rentas altas y bajas durante la crisis ha triplicado el número de familias españolas en situación de pobreza energética en seis años, hasta alcanzar a uno de cada diez hogares. El dato se recoge en el informe “Pobreza energética en España. Análisis económico y propuestas de actuación”, presentado esta mañana en la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE (Madrid) por el centro de investigación Economics for Energy. La sustitución del actual bono social por una subvención económica de cuantía fija financiada con fondos públicos, destinada a los hogares más vulnerables y válida para el consumo de todo tipo de energía –no solo para la eléctrica– es la principal recomendación que se formula en el documento para paliar el problema.
En el informe, fruto del principal trabajo de investigación realizado en el último año por el centro, se propone además una revisión de los indicadores utilizados a la hora de medir la incapacidad de las familias para hacer frente a los costes de sus necesidades energéticas básicas –de manera que contemplen la renta además del consumo– para que la orientación de las ayudas tenga como base un escenario ajustado a la realidad y adaptado a los hogares más vulnerables.
El equipo responsable del informe ha realizado un análisis exhaustivo de los indicadores más utilizados para identificar el que mejor refleja la realidad de la pobreza energética. Además de determinar que es importante contemplar el nivel de renta a mayores del consumo, se ha concluido que los indicadores absolutos funcionan mejor que los relativos (basados en la comparación con la situación de otros hogares) y que es imprescindible analizar en profundidad los resultados para intentar aislar los falsos positivos y negativos.
En este sentido, se ponen de manifiesto las limitaciones del indicador más común en Europa para medir la pobreza energética, el denominado umbral del 10%, que considera que un hogar se encuentra en esta situación cuando sus gastos de energía superan el 10% del total de sus ingresos. La ausencia de filtros por nivel de renta y consumo de los hogares hace que los falsos positivos sean inevitables, ya que puede haber familias situadas en los segmentos más altos de renta que, por un consumo excesivo de energía, pueden aparecer como pobres energéticos.
El informe de Economics for Energy concluye que, aunque con ciertas limitaciones, el estándar mínimo de ingresos (MIS, de minimum income standard) es el que refleja de manera más adecuada la realidad de la pobreza energética. Este concepto se define como la renta precisa para disponer de las oportunidades necesarias para participar en la sociedad, es decir, para no estar en situación de exclusión social. Con base en el MIS, el 9,88% de los hogares españoles se encontraría en situación de pobreza energética, lo que se traduce en 1,8 millones de familias.
El estudio encuentra además divergencias entre los distintos indicadores de pobreza general y el de pobreza energética, tanto a nivel agregado como por comunidades autónomas, lo que podri?a confirmar el intere?s de analizar la pobreza energe?tica como un problema especi?fico, no totalmente asimilable a la pobreza general.
Melilla (23,4%), Ceuta (16,58%), Canarias (15,09%), Andalucía (15,05%) y Murcia (14,59%) son las comunidades autónomas con mayor pobreza energética. En el lado contrario se encuentran País Vasco (4,93%), Castilla y León (5,77%), La Rioja (6,18%) y Galicia (6,22%).
 
Brecha entre rentas y precio de la energía
La consideración de la renta en el cálculo de la pobreza energética es especialmente relevante para analizar la situación de los últimos años, ya que los datos confirman que la crisis económica ha contribuido a intensificar las diferencias entre las rentas más altas y las más bajas en España. Dado que la pobreza energética, como faceta de la pobreza general, afecta en gran medida a los hogares con menos ingresos, se trata de un indicador claro de que el problema se ha incrementado de forma importante. La evolución de la pobreza energética entre 2007 y 2013 revela un incremento de cerca del triple (del 3,60 al 9,88%).
Tal y como señala el informe, al incremento de la brecha entre rentas se suma como agravante el considerable aumento de los precios de la energía. Entre 2007 y 2014, la factura eléctrica de un hogar medio en España se incrementó un 76% y la factura de gas natural un 35% en el mismo período, tanto por el afloramiento de costes como por la inclusión en la tarifa de conceptos derivados de políticas varias.
Por otra parte, el informe señala que la configuración del hogar influye de manera determinante sobre la probabilidad de que este se encuentre en situación de pobreza energética. El perfil que se extrae de la investigación realizada señala en especial riesgo de vulnerabilidad a las familias con hijos –sobre todo las familias numerosas– de ingresos bajos, viviendo en régimen de alquiler y con su sustentador principal en situación de paro o inestabilidad laboral (en especial si tiene una ocupación elemental como administrativo o trabajador de servicios y comercio). No se han detectado diferencias significativas entre los hogares situados en zona urbana en relación a los de zonas rurales.
 
Alternativa al bono social
Las recomendaciones de los autores para erradicar la pobreza energética se enmarcan en la necesidad social de terminar con la pobreza en general. Por lo que respecta a las medidas concretas, la principal propuesta es sustituir el actual bono social por una transferencia monetaria a tanto alzado (de cuantía fija) financiada con cargo al presupuesto público.
El bono social fue instaurado por el Gobierno español en 2009 y supone un descuento del 25% en la factura de la electricidad. Se aplica en caso de tener contratada una potencia inferior a 3 kW, de que todos los miembros de la unidad familiar estén en paro, de ser beneficiario de una pensión no contributiva o de tener familia numerosa. Según los autores del informe, este instrumento presenta dos debilidades importantes: solamente es aplicable a la factura eléctrica y no protege específicamente a los consumidores más vulnerables. La prueba de esto es que el 78% de los hogares beneficiados por el bono social lo son por tener una potencia inferior a 3 kW, cuando los datos prueban que un consumo bajo no implica vulnerabilidad a la pobreza energética. Además, esta fórmula puede incentivar un mayor consumo.
La alternativa propuesta por Economics for Energy es una transferencia a tanto alzado de cuantía fija, restringida a hogares vulnerables, que sea utilizable únicamente para pagar facturas de energía y que comprenda los gastos en todas las fuentes de energía para el hogar. En este sentido, se recomienda también que la ayuda se financie a través de los presupuestos públicos, en lugar de a cargo del sistema eléctrico como ocurre con el actual bono social, dado que siendo aplicable a todos los tipos de consumos energéticos (gas, gasóleo, etc.) lo más equitativo es que sea sostenido por el conjunto de los contribuyentes.
También se plantean otras medidas de apoyo, como las de fomento de la eficiencia energética e información o que las tarifas energéticas recojan fielmente todos sus costes y se excluyan los que no tienen relación directa con ellas.