La eólica continúa dando alegrías a los consumidores españoles en enero. Gracias a una elevada generación eólica de 6.200 GWh hasta el día 29, el precio medio mensual del mercado mayorista eléctrico se ha situado en 33,6 €/MWh, frente a los 63,64 €/MWh de diciembre, lo que supone una reducción del 47%. Esto ha generado un colchón de 25,9 millones de euros que podría blindar a los consumidores domésticos de subidas en su recibo en el segundo trimestre. Aunque cuando sopla el viento con fuerza esto no se refleja directamente en la factura de la luz de los consumidores domésticos, estos si se benefician indirectamente, ya que alrededor del 20% de la tarifa procede de los precios del mercado mayorista o pool, el que el Gobierno quiere reformar ahora tras el fiasco de la subasta CESUR de diciembre. Tras anular la subasta de diciembre, el Gobierno fijó el precio del Producto Base (que se usa para fijar la antigua TUR y el actual Precio para Pequeños Consumidores) para el primer trimestre en 48,48 €/MWh, que hubiera supuesto un desembolso total de 84 millones de euros hasta ayer para comprar electricidad en el mercado. La generación eólica de los primeros 29 días de enero ha sido superior a lo previsto, con lo que ha evitado que entrasen en el mercado tecnologías más caras, generando un ahorro de 25,9 millones de euros en ese desembolso esperado. Si en los meses de febrero y marzo soplase menos viento o se produjesen otras circunstancias que hiciesen subir el precio del pool, los pequeños consumidores españoles contaríamos con ese colchón de 25,9 millones que nos evitaría subidas de la luz en el segundo trimestre. Es decir que, una vez más, la eólica, la primera fuente de electricidad de los españoles en 2013, actuará como seguro contra las posibles subidas de precios. El informe de la OCDE Inventory of Estimated Budgetary Support and Tax Expenditures for Fossil Fuels analiza los subsidios que los países que forman parte del organismo dan a sus principales tecnologías de generación. La conclusión es que Australia subsidia al carbón. EEUU subsidia el carbón y el gas. Reino Unido subsidia su carbón y su gas. Polonia subsidia su carbón… Y todos esos países tienen regulaciones favorables a esas tecnologías y las defienden a capa y espada. Lo contrario sería impensable. Y, una vez más, España llama la atención: la eólica es su primera fuente de electricidad, baja el precio de la energía, es un seguro contra el encarecimiento de los combustibles fósiles, exporta aerogeneradores… y el Gobierno regula en su contra. Porque, si la Reforma Energética en ciernes sale adelante tal y como ha sido formulada, el eólico será el sector más afectado. Y el Gobierno estará poniendo en jaque a su primera fuente de electricidad. ¿Es o no es contradictorio? Es más, en ese mismo informe de la OCDE, en el apartado sobre España, se puede ver que entre 2005 y 2011 se concedieron subsidios a los productos petrolíferos (procedentes de una fuente de energía importada y contaminante) por valor de 9.719 millones de euros. Según los datos de la CNMC, en ese mismo periodo los incentivos a la eólica (autóctona, gratis y limpia) ascendieron a 8.931 millones (un 8% menos). ¿Más contradicciones? http://www.somoseolicos.com/2014/noticias/la-elevada-generacion-eolica-de-enero-genera-un-colchon-de-26-millones-de-euros-que-frenara-subidas-de-la-luz-en-el-segundo-trimestre/ AEE, eólica, electricidad, factura, generación, luz, reforma energética

Eólica, la más perjudicada de todas las energías renovables por la Reforma Energética

REVE

Se trata de la regulación más perniciosa que se ha dictado jamás en ningún país en contra del sector eólico. La eólica considera inadmisible que la tecnología más eficiente e innovadora sea la más perjudicada por la Reforma Energética.

El Gobierno español pasará a los anales como el que puso fin a la historia de éxito del sector eólico español con la regulación más regresiva jamás adoptada en España. La última pieza de la Reforma Energética, la propuesta de Orden Ministerial que fija los parámetros en los que se basará con carácter retroactivo la retribución de todos los parques eólicos, deja sin retribución a toda la potencia instalada antes de 2005, el 37% del total. Se trata de la normativa más perniciosa que se ha dictado nunca en ningún país en contra del sector eólico, considerado un sector competitivo y de futuro en todo el mundo.

La eólica es, sin duda, la tecnología más penalizada por la Reforma, lo que resulta incomprensible e inadmisible, ya que percibe tan sólo el 25% de las primas y supone el 11,4% de los costes regulados del sistema, además de ser la primera fuente de electricidad de España y haber cumplido escrupulosamente los objetivos del regulador. Con esta normativa, el Ejecutivo está penalizando tanto a las instalaciones más eficientes por haber logrado mejores resultados a lo largo del tiempo, como a las más antiguas e innovadoras, las que en su día se construyeron cuando la eólica era un sector de riesgo. Y aboca al sector a la deslocalización y venta de activos, así como a nuevos ajustes de plantillas.

La Asociación Empresarial Eólica (AEE) considera que tiene que ser un error: no es posible que un Gobierno regule contra la primera fuente de electricidad del país, recortando de golpe el valor de las empresas del sector al condenarlas a una inevitable depreciación de sus activos, problemas de caja para hacer frente a las deudas, y dificultades incluso para refinanciar los proyectos. En cualquier país del mundo sería inadmisible que se pusiese en jaque el futuro de un sector que baja el precio del mercado eléctrico al evitar importaciones de combustibles fósiles, crea empleo y exporta tecnología, entre otros muchos beneficios para España y los españoles. Además, la eólica española ya tenía antes de la reforma la tercera retribución más baja de Europa. A partir de ahora, se situará a la cola del continente.

También sería inadmisible en cualquier país que una regulación de este calado se hiciese con semejante falta de transparencia, sin ningún diálogo entre el Gobierno y el sector, aplicando criterios arbitrarios y utilizando estándares que no se corresponden con la realidad del sector y que no se conoce de dónde salen.

De hecho, el Ejecutivo fija una rentabilidad razonable del 7,39%  antes de impuestos, frente al 9% después de impuestos que utiliza la Comisión Europea en sus escenarios para que se hagan las inversiones necesarias para cumplir los objetivos de consumo a través de energías renovables de la UE a 2020 y 2030. También se encuentra por debajo de la rentabilidad razonable fijada en la planificación y normativa anterior (Plan de Energías Renovables, Real Decreto 436/2004 y Real Decreto 661/2007), bajo la que se instalaron los casi 23.000 MW eólicos instalados en España.

Además, no hay que olvidar que hay otra serie de normas contenidas en la Reforma Energética que también tendrán un impacto económico en la eólica: la eliminación del complemento por energía reactiva supondrá que, sólo en 2014, la eólica dejará de ingresar 140 millones de euros. El borrador de real decreto sobre pagos por capacidad y mecanismos de hibernación obligaría a la eólica a financiar una parte de estos costes regulados. Además, se baraja que el sector asuma parte del coste del servicio de interrumpibilidad. Y la eólica deberá hacer frente también a una parte de los desvíos del déficit de tarifa si estos se producen, tal y como prevé la Ley 24/2013.

En definitiva, el impacto será a todas luces desproporcionado.