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Guatemala: desarrollo de las energías renovables (eólica, geotérmica y energía solar fotovoltaica)

REVE

Guatemala no explota la energía eólica y es el país centroamericano más retrasado en el desarrollo de las energías renovables.

Profesionales que trabajan en la búsqueda de soluciones para la generación de energías renovables, también llamadas energías limpias (debido a que no contaminan el ambiente ni contribuyen al efecto invernadero), consideran que Guatemala tiene mucho potencial para generarlas. Estas son energía geotérmica (proveniente del subsuelo), eólica (aprovechar el viento) y solar.

Sin embargo, el país se encuentra muy lejos de explotar esas potencialidades. Datos del Ministerio de Energía y Minas (MEM), dados a conocer este año, señalan que Guatemala solamente aprovecha el 15% del potencial hidroeléctrico y 5% del geotérmico. También establecen que la energía eólica es “prácticamente inédita”.

Actualmente existen diferentes propuestas para fomentar la generación de energías renovables, que van desde la creación de microcentrales hidroeléctricas al uso de calderas de biomasa. Algunos de estos proyectos se mencionan a continuación.

Quienes residen en las áreas urbanas difícilmente pueden imaginar una vida sin energía eléctrica ni combustibles. “La mayor parte (si no todas), las actividades que se realizan en la actualidad están relacionadas con estas fuentes de energía, que determinan desde la refrigeración de los alimentos hasta la recreación nocturna”, afirma Pedro Armas, ingeniero de la organización Semilla del Sol (Rijatz´ul Q’ij), que impulsa un proyecto de hidroeléctricas comunitarias en localidades que no tienen energía eléctrica.

Miguel Cruz Cobo, uno de los promotores del proyecto de hidroeléctricas comunitarias impulsado por Semilla de Sol, expresa: “La idea de implementar microhidroeléctricas surgió de las tres comunidades. Al momento ya está lista toda la infraestructura pero falta la distribución. Ya estamos pensando en instalar computadoras, taller de carpintería y mecánica, además de otras actividades productivas que beneficiarán significativamente a la comunidad”.

“Actualmente estamos trabajando con dos pequeñas centrales en Quiché. Una de ellas proveerá de energía a tres comunidades, dos de Nebaj y una de Chajul, donde no llega la energía de red. El proyecto tiene como característica que aprovechará la red hídrica de la región y abre muchas posibilidades de desarrollo. Por ejemplo, en el área no existe un centro de salud que pueda tener vacunas porque no hay refrigeración. Igualmente, se extenderán los horarios para los estudios. Unas 160 familias serán beneficiadas”, refiere Armas.

Aunque todas las intervenciones humanas en la naturaleza tienen diversos grados de impacto, este ingeniero cuenta que la generación a través de pequeñas plantas comunitarias no representa desplazamiento de pobladores ni ocasiona que baje el nivel de los ríos. Según Armas: “Por otra parte, las poblaciones que se benefician con esta forma de generación se conciencian sobre la importancia de mantener los bosques para que se mantengan los caudales de agua”.

 

Secar el café al sol

Aunque es de importancia vital para la existencia de la civilización, la generación de energía también puede tener un impacto negativo para el medioambiente, especialmente cuando se realiza con combustibles fósiles, comenta Juan Rodríguez, de Global Tree Co., empresa que ha desarrollado un sistema llamado Read System, basado en paneles de energía solar para el secado del café.

Rodríguez y Samuel Coronado son dos ingenieros que se conocieron en 1989, cuando iniciaban sus estudios diversificados. Coronado estudió ingeniería industrial en la Universidad del Valle y Rodríguez cursó sus estudios en la escuela agrícola Zamorano, de Honduras.

Ambos desarrollaron un sistema llamado Read System, que propone realizar el secado de granos, especialmente café, utilizando paneles solares.

“Es un sistema de secado que consta de paneles solares, bombas de recirculación, tuberías de agua, aislamientos térmicos, tanques de almacenaje, ventiladores de precisión e intercambiadores de calor”, relata Coronado, quien agrega: “Los paneles absorben la energía solar con una eficiencia del 95%, ésta es transmitida al agua que circula por las tuberías. El líquido caliente se almacena el tanque central, de donde circula hacia las secadoras mecanizadas. En este punto, intercambiadores de calor agua-aire deshidratan y calientan el aire ambiental, lo que seca el café”.

“Una de las principales ventajas para los caficultores es que el secado con energía térmica solar permite un mejor control de la temperatura, puesto que se logra mantener un calor constante. Con el sistema actual, esto depende mucho de la habilidad que tenga el fogonero”, advierte Rodríguez.

En la aldea El Novillero, de Santa Lucía Utatlán, Sololá, se encuentra el parque ecológico y área protegida Corazón del Bosque, proyecto de la Asociación Artesanal para el Desarrollo La Guadalupana.

Vincular el beneficio a la comunidad con el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales fueron las inquietudes que originaron este proyecto, que a la fecha genera 13 puestos de trabajo permanentes y más de 800 temporales.

Corazón del Bosque ofrece tours para conocer el lugar, que cuenta con cabañas, hospedaje, área para acampar, temascales (sauna maya), un altar para rituales mayas y avistamiento de aves.

Entre sus prácticas de sostenibilidad cabe mencionar la reforestación y una minicentral hidroeléctrica que provee de energía a todo el proyecto, que tiene un restaurante con capacidad para 100 personas; un hospedaje para 34 y varias cabañas con espacio para 7 visitantes cada una, además del proyecto de reforestación y artesanías. Contar con una generadora de electricidad propia les permite atender a sus huéspedes y turistas con todas las comodidades.

Al mismo tiempo, la generadora implica que deban mantener vigente la reforestación, puesto que la existencia de la planta depende del caudal del río que la alimenta, y este depende de los árboles, lo que implica que debe mantenerse el bosque.

Es posible obtener energía aprovechando el calor interno de la Tierra, que eleva la temperatura del agua del subsuelo transformándola en vapor. Si las características de las rocas que rodean este vapor son adecuadas, se forman grandes reservas que pueden ser utilizadas para generar energía eléctrica o para baños de vapor.

En el país existen condiciones para desarrollar la energía geotérmica, pero hasta el momento solamente existen tres centrales geotérmicas, propiedad de una empresa internacional llamada Ormat: en Zunil, Quetzaltenango; Amatitlán, Guatemala, y San Vicente de Pacaya, Escuintla. Todas ellas tienen instalada una capacidad para producir 24MW, aunque generan aproximadamente 17MW cada una.

El recurso geotérmico es, por ley, propiedad del Estado y solo puede ser explotado mediante concesiones que otorga el INDE en contratos a las empresas interesadas en generar con este recurso.

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