Eólica en México: campaña de hostigamiento contra el proyecto eólico de Mareña Renovables

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La empresa Mareña Renovables ha informado que ese proyecto eólico de clase mundial tiene una capacidad de 396 MW de energías renovables con aerogeneradores de Vestas y generará el equivalente al consumo eléctrico de medio millón de hogares.

Las autoridades de Arriaga, del vecino estado de Chiapas, ofrecen todas las facilidades para atraer el proyecto eólico de Mareña Renovables, aunque las corrientes de aire en aquella entidad, no son de la calidad de las que registra San Dionisio del Mar, en el Istmo de Tehuantepec, señaló el diputado Francisco García López.

De no comenzar la construcción del parque eólico en Santa María y San Dionisio del Mar en este mes de diciembre, la empresa Mareña Renovables podría retirar su inversión de más de mil 100 millones de pesos, confirmaron fuentes de la empresa.

Los dirigentes de organizaciones regionales que se han opuesto al proyecto, Carlos Beas Torres, Mariano Santana y Lucila Bettina Cruz Velásquez, entre otros, serían los responsables de que no sólo Oaxaca, sino México, envíe un mensaje al exterior de un clima impropio para la inversión.

Los vínculos con el gobierno actual son parte del problema, explica Elías Cortés López, quien preside la comisión de Gobernación en el Congreso de Oaxaca.

Temistocles Muñoz, coordinador del Módulo de Desarrollo Social (MDS) en Matías Romero es parte de la organización Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI) que dirige Carlos Beas, principal opositor al proyecto, quien además no es indígena sino extranjero, pues es originario de Chile.

Lucila Bettina Cruz Velásquez es esposa de Rodrigo Flores Peñaloza, un dirigente de la Sección 22, por lo que esta gremial ha hecho manifestaciones de rechazo al proyecto. Otro de los opositores es Mariano Santana, ex presidente municipal de Juchitán y miembro del Partido del Trabajo (PT), uno de los partidos que se coaligó en la elección que resultó electo Gabino Cué como Gobernador de Oaxaca.

Los tres dicen representar a los indígenas del municipio de San Dionisio del Mar y la agencia de Santa María, sin que ninguno de ellos viva en la localidad y haya participado en reuniones con los verdaderos indígenas, agregó Elías Cortés.

En San Dionisio, por ejemplo, los opositores al proyecto eólico son quienes perdieron la elección ante Miguel López Castellanos, quien ha recibido el respaldo de la asamblea para aprobar el proyecto.

Por ello, el legislador por el Distrito de Juchitán, llamó a sus compañeros que presiden las Comisiones Permanentes de Energías Renovables, Ecología y Asuntos Indígenas, a instalar de inmediato una mesa de trabajo plural orientada a resolver los conflictos sociales en esa zona del Istmo y generar garantías para el aterrizaje del proyecto eólico.

Ello, en cumplimiento al punto de acuerdo que con carácter de urgente y obvia resolución, aprobó el pleno de la LXI Legislatura el miércoles pasado, el cual consiste en la instalación de una Comisión plural para coadyuvar y aportar salidas inteligentes de solución a los conflictos derivados del proyecto eólico que promueve la empresa Mareña Renovables.

El amasijo de conflictos políticos por el poder municipal, la disputa por los recursos que derivarán del proyecto y la oposición de algunos aliados de la actual administración ponen en riesgo este proyecto, catalogado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como el segundo más importante a nivel mundial.

El 24 de noviembre de 2011, el BID informó sobre la aprobación de un préstamo de hasta un mil 100 millones de pesos mexicanos, unos 72 millones de dólares, para la construcción de este parque eólico que prevé la generación de 396 megavatios.

El proyecto, explicó el BID, permitirá expandir el suministro de energía renovable en México y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

“Teniendo en cuenta su magnitud, este emprendimiento constituye un paso importante en el desarrollo de proyectos viables de energía renovable en América Latina”, comentó Jeff Easum, jefe del equipo de proyecto del Departamento de Financiamiento Estructurado y Corporativo del BID en el documento expedido esa fecha.

“Estamos ayudando a México a aprovechar sus abundantes recursos eólicos a fin de satisfacer la creciente demanda de energía y, al mismo tiempo, reducir la importación de combustibles fósiles para la generación de electricidad”.

Y explicaba: “El proyecto consistirá en la construcción de 132 torres con aerogeneradores y una línea de transmisión de 52 kilómetros que conectará el parque con la red eléctrica. Se prevé una reducción de emisiones de dióxido de carbono en hasta aproximadamente 1 millón de toneladas por año. El préstamo del BID, sin garantía soberana, se otorgará a Mareña Renovables Capital, S.A.P.I. de C.V., controlada por el Fondo de Infraestructura Macquarie México y otros inversores”.

A la fecha, no se ha iniciado la instalación de ningún aerogenerador, que se encuentran en bodegas del Istmo esperando a que puedan construir el parque o retirar la inversión.

Citó los nombres de las Naciones que generan energía eólica sin perturbar a la naturaleza, y destacó que Suecia, uno de los países más respetuosos del medio ambiente, tiene más de 500 turbinas eólicas que produce más de ocho theravatios.

Explicó que Costa Rica tiene cinco proyectos eólicos en marcha, Chile, ocho; Ecuador, seis; Brasil, 14; Argentina 34 en ejecución, y Perú, 17.

Los hay también en Francia, España, Escocia, Inglaterra, Italia, Dinamarca, Bélgica y Suecia, pero Alemania es el país que más conjuntos eólicos tiene en el mundo, la más grande contribución para reducir los efectos devastadores del calentamiento global, apuntó el legislador.

La empresa Mareña Renovable “ha informado en tiempo y forma a los pueblos donde emprende el proyecto eólico Istmeño -San Dionisio”, además de cumplir con todos los trámites legales y respetar las decisiones de las asambleas, indicó en conferencia de prensa Edaena Saynes, gerente de Relaciones Comunitarias de Mareña Renovable.

Acompañada por Laura Pardo, representante de Vestas Mexicana y Alonso Serna, gerente de Medio Ambiente de la empresa, explicaron las bondades del mayor parque eólico de México con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Los representantes de Mareña Renovable argumentaron que han cumplido con todos los trámites, requisitos, permisos y acuerdos de asambleas requeridos para emprender el proyecto, respetando el medio ambiente y las decisiones de los pueblos y comunidades donde se llevan a cabo los trabajos.

“No se viene a imponer nada, como se ha difundido. Legalmente ya se puede construir, porque tenemos todos los permisos adecuadamente legalizados, pues se ha cumplido con los estudios correspondiente de impacto ambiental y arqueológico, somos respetuosos de las voces”, explicó Edaena Saynes. En relación a la conservación del entorno, Mareña Renovable enumeró las acciones ambientales realizadas y planeadas; trasplante de flora, protección del manglar, reforestación, protección de tortuga marina, manejo adecuado de residuos, monitoreo de aves, rescate de animales, protección de la Liebre de Tehuantepec. Además de los beneficios que obtendrá la comunidad; proyectos sustentables, obras de infraestructura comunitarias, generación de empleos y proyectos educativos. El proyecto consistirá en la construcción de 132 torres con aerogeneradores y una línea de transmisión de 54.37 kilómetros que conectará el parque con la red eléctrica. Se prevé una reducción de emisiones de dióxido de carbono hasta 879 mil toneladas de gases con efecto invernadero por año.

El préstamo del BID, sin garantía soberana, se otorgó a Mareña Renovables Capital, S.A.P.I. de C.V., controlada por el Fondo de Infraestructura Macquarie México y otros inversores. Este proyecto de clase mundial tiene una capacidad de 396 megawatts de energía eléctrica renovable que generará el equivalente al consumo eléctrico de medio millón de hogares. 296 propietarios que rentan sus tierras comunales y privadas participan. La vida útil del proyecto es de 30 años a partir de la construcción, aunque no se tiene previsto el abandono y desmantelamiento debido a que la demanda de la energía eléctrica no disminuirá sino al contrario se incrementará. La generación de energía se dará a través de 102 aerogeneradores de 2. 5 MVA en la Barra de Santa Teresa, más 30 en Santa María del Mar. Los aerogeneradores son de 2 mil 270 KW nominales con una altura de 80 metros de torre y tres palas que al girar abarcan una circunferencia de 80 metros de diámetros. Son de la marca Vesta de fabricación danesa. El parque eólico San Dionisio se extenderá en una sólo fila a lo largo de 27 km, se concentrará en un brazo de tierra conocido como “Cabo Santa Teresa”. La infraestructura del proyecto; una Subestación Eléctrica Transformadora (SET) Santa Teresa y SET Tileme. El acceso por tierra se realizará pasando por Álvaro Obregón hasta llegar a la Salinera del Istmo. El polígono del parque colinda con las poblaciones de San Mateo del Mar, Santa María del Mar, Pueblo Viejo y Álvaro Obregón.

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