Eólica en Extremadura: parque eólico de la Sierra de Santa Bárbara, por Ana Belén Hernández

REVE

La plataforma contra el parque eólico de la Sierra de Santa Bárbara es una amalgama de asociaciones y colectivos variados que poco o nada tienen que ver. Culturales, vecinales, ecologistas… más de una treintena han acudido a la no menos sorprendente llamada del alcalde, Fernando Pizarro.

Si bien es cierto que el proyecto se gestó con el PP en la oposición, no lo es menos que la promotora hoy cuenta con todos los permisos pertinentes después de pasar los trámites burocráticos de rigor y dispone de los oportunos informes favorables. Un filtro que no todo lo que hay en la Sierra ha cumplido. Ni mucho menos.

Tras más de cuatro años de gestiones, la sociedad Energías Renovables de Extremadura, tiene vía libre para colocar nueve aerogeneradores en la Sierra de Santa Bárbara, en el término municipal de Malpartida de Plasencia.

Porque las alegaciones del entonces Gobierno socialista y del hoy popular no han sido suficientes para modificar el parque eólico proyectado o han sido débiles en comparación con los argumentos empresariales.

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Ante esta realidad, el alcalde ha decidido liderar una plataforma social con no pocas contradicciones tanto en su origen como en su desarrollo. Primero, porque surge del poder político y no de la sociedad civil y, después, porque esgrime su oposición al parque eólico con argumentos peregrinos.

Alega motivos de salud y medioambientales que demuestran la poca confianza que los miembros de esta plataforma tienen en la administración que ha dado el visto bueno al proyecto. Igual de arriesgado, también por lo variopinto, es decir que el sector turístico se resentirá por los molinos o que no se obtendrá por ellos tampoco la declaración de Patrimonio de la Humanidad.

Cuando menos, estos argumentos son simplistas y carecen de cualquier reflexión o tienen la misma que la aseveración de que el parque no supondrán beneficio económico alguno. En este caso, ni la promotora puede firmar ante notario que creará un centenar de puestos de trabajo, ni el alcalde puede hacerlo en sentido contrario.

Más allá del impacto visual de los molinos en Santa Bárbara, los motivos en los que la recién constituida plataforma basa su rechazo al parque eólico son cuestionables. Conforman una defensa endeble y un interés sorprendente por una sierra de la que nadie se ha preocupado hasta la fecha.

Quizás la visión de las construcciones que la decoran guste más que la que se puede imaginar de momento solo de los molinos. Pero hasta la fecha esas cientos de casas no cuentan con los permisos pertinentes, ni han pasado los trámites burocráticos de rigor, ni disponen de los oportunos informes favorables. La gran parte de esas casas, frente al parque eólico, son ilegales.

http://blogs.hoy.es/vuelta-de-tuerca/2012/10/19/la-plataforma-que-no-defendio-la-sierra/

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