Cuba estudia la instalación de ocho nuevos parques de energía eólica

La utilización de la energía eólica como fuente de energía renovable en la producción de electricidad constituye una de las tareas desplegadas en Cuba como parte de la Revolución Energética iniciada en 2004.

Cuba estudia la instalación de ocho nuevos parques de energía eólica con una potencia total de 280 megavatios de cara al año 2020, según informó este el periódico oficial Juventud Rebelde.

El director de Generación de Emergencia y Fuentes de Energías Renovables, Aleisly Valdés Viera, explicó que para la instalación de esos aerogeneradores habría que desembolsar “un monto significativo”, en la inversión para el proyecto eólico.

Indicó que la inversión “se recuperaría en un período de menos de diez años” a partir de las más de 216.000 toneladas de combustible que se ahorrarían anualmente para generar electricidad con las tecnologías convencionales.

De acuerdo con los estudios realizados, se ha evaluado que de los nuevos emplazamientos eólicos, seis tendrían una potencia de 30 megavatios (MW) y dos de 50 MW.

Tres se ubicarían en las localidades orientales de Banes, provincia de Holguín; dos en Jesús Menéndez (Las Tunas); uno en Sierra de Cubitas (Camagüey); uno en Chambas (Ciego de Ávila), y otro en Corralillo, Villa Clara (centro de la isla).

El especialista señaló que para lograr ganancias resultarán “imprescindibles” los resultados operacionales de las cuatro instalaciones eólicas que funcionan en el país desde hace varios años, el primero de ellos, desde 1999.

Esos emplazamientos que tienen como objetivo aportar energía al Sistema Electroenergético Nacional, operan en las provincias orientales de Ciego de Ávila y Holguín, y el municipio Isla de la Juventud, situado al sur de La Habana, son de tecnología francesa, china y española y solo tienen una potencia total de 11,70 megavatios, según las fuentes.

En ese sentido, Valdés Viera subrayó que esos cuatro parques precedentes “evidenciaron insuficiencias que lastran su rendimiento energético, disponibilidad técnica y fiabilidad operacional, lo que encarece su mantenimiento y operación”.

No obstante, consideró que la apuesta de Cuba por esta alternativa repercutiría “no solo en el orden económico”, sino que estas torres gigantes “nos salvarían”, apuntó, de la emisión de 184.000 toneladas al año de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero.

Precisó que habría que realizar una “sólida preparación técnica y comercial” para contratar los futuros parques, que incluya elaborar instrucciones técnicas y comerciales que establezcan los requerimientos de los equipos y las condiciones de verificación de su calidad.

Según estudios, Cuba podría disponer de entre 1,200 y 3,500 megavatios sólo con la energía del viento.

En 2011, la isla produjo unos cuatro millones de toneladas de petróleo y gas, y la generación eléctrica es su principal destino.

La isla produce 80.000 barriles diarios de petróleo, lo que representa el 50 por ciento de su consumo nacional, por lo cual continúa siendo un país importador de petróleo.

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