Apuesta de Escocia por energía eólica enfurece al magnate Donald Trump

Donald Trump, el empresario inmobiliario de Nueva York, acusó al gobierno escocés de traición, diciendo que lo “atrajeron” a invertir millones de libras en un resort de golf cerca de Aberdeen, asegurándole que no se construiría un parque eólico cerca del sitio.

Un emocional Trump dijo a los legisladores en Edimburgo que había recibido garantías de Alex Salmond, el ministro principal de Escocia, y de Jack McConnell, el predecesor de Salmond, de que el proyecto de energía eólica no se realizaría.

“Me atrajeron, gasté este dinero y ahora podría arrepentirme”, afirmó. Trump entregó evidencia al comité de economía, energía y turismo del parlamento escocés, que está realizando una investigación sobre si Escocia puede cumplir sus metas de energías renovables.

Murdo Fraser, miembro del comité de economía del parlamento, preguntó si Trump había cambiado simplemente de idea sobre el resort de golf a la luz del deterioro económico y estaba ahora buscando una excusa para retirarse. Fraser calificó la oposición de Trump al parque eólico como un “ejercicio para salvar la dignidad”.

Describiendo a Escocia como la “Arabia Saudí delas energías renovables”, Salmond quiere que toda la demanda eléctrica del país se satisfaga con energías renovables hacia 2020, con la energía eólica como protagonista.

Las autoridades dicen que la industria eólica podría atraer cerca de 30.000 millones de libras de inversión en Escocia y generar la creación de hasta 28.000 puestos de trabajo.

Pero los proyectos de energía eólica en el Reino Unido están siendo blanco de quienes aseguran que arruinan el paisaje y podrían dañar al turismo.

El parque eólico en la vista de Trump es el European Offshore Wind Deployment Centre, un joint venture de once turbinas y 230 mil millones entre la empresa de servicios básicos Vattenfall, la firma de ingeniería Rechnip y Aberdeen Renewable Energy Group. El empresario afirma que arruinará la vista de los visitantes de su campo de golf en la costa de Aberdeenshire, que comenzaría a operar en julio.

David Rodger, vocero del proyecto, dijo que los socios estaban “decepciones por la campaña desproporcionada” en su contra y de la industria de energía eólica de Escocia. Cualquier fracaso en seguir adelante “pone en riesgo de desarrollo de las ambiciones escocesas, británicas y europeas de tener energía eólica de bajo costo y un impulso de 7 mil millones a la economía británica”, aseguró.

Trump, de 65 años, cuya madre Mary Macleod nació en la isla de Lewis en 1912, comentó por primera vez sus planes de un resort en el estado de Menie, en Aberdeenshire, en 2006, cuando Lord McConnell era el ministro principal de Escocia. Estaría entre los mayores resorts de Europa, con dos canchas de golf, un hotel de lujo, 500 casas y 950 casas de veraneo.

Trump dijo a los legisladores que, cuando supo de los planes del parque eólico, consideró trasladar el proyecto a Irlanda. Pero afirmó que la administración de Lord McConnell le aseguró que no se construiría porque interferiría con rutas de navegación hacia el puerto de Aberdeen y con las instalaciones de radar del Ministerio de Defensa.

También dijo que Almond desestimó el campo eólico y le aseveró que no debía preocuparse por eso. Entretanto, Vattenfall dijo que no sería visible desde la costa. Basado en esas garantías Trump decidió seguir con el proyecto. “Después de que hemos invertido esta enorme cantidad de dinero, de pronto aparece este parque eólico detestable y feo”.

“Creo que perderán su industria de turismo frente a Irlanda y otros países que se están riendo de lo que Escocia está haciendo”, agregó.

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