Llega el coche eléctrico a Colombia

Una vez se da arranque al vehículo eléctrico una de las mayores diferencias es el sonido que produce la máquina: ninguno. En su configuración exterior el coche eléctrico Fluence Z.E es muy similar a su hermano térmico que ya se comercializa en Colombia. Pero existen algunos detalles propios de este modelo.

La primera diferencia es su longitud, que es 13 centímetros mayor (4,75 metros), con el fin de poder ubicar las baterías de iones de litio detrás del asiento trasero. También su espacio de maleta se reduce un poco por este aspecto. La parrilla lleva una moldura de color negro brillante y un embellecedor formado por dos cercos unidos por una barra.

Por su parte, a sus lados se observa en cada una de las aletas un toma corriente para el suministro de la energía que alimenta las baterías. Ah, y la principal diferencia: la ausencia de tubo de escape.

Internamente, también son detalles los que lo diferencian de su hermano. La ausencia de odómetro, que es reemplazado por un sistema de lectura del estado de la batería. Además, otro indicador muestra en tiempo real, por medio de colores, la energía que la batería está jalando en el momento. Va de un azul a otro un poco más claro y finalmente rojo, señalando una baja demanda, una demanda normal de energía y una alta demanda, respectivamente.

También en el tablero se indica la autonomía en kilómetros que le resta al vehículo eléctrico, antes de ser necesaria una nueva recarga. Una vez se da arranque al vehículo eléctrico una de las mayores diferencias es el sonido que produce la máquina: ninguno. Por eso en el tablero un indicador en verde resalta la palabra "GO" (vamos), que le da vía libre al conductor para emprender la marcha.

Sin el ruido del motor se pensaría en la presencia de otros sonidos como el roce de las llantas o el que produce el viento en la marcha. Sin embargo, el trabajo de los ingenieros y diseñadores para desarrollar un auto en el que estos sonidos se minimicen, se plasma de muy buena manera y el desplazamiento por las vías es placentero.

El motor eléctrico del coche eléctrico Fluence tiene una potencia de 70 kilovatios, que equivalen de manera aproximada a 95 caballos. El par de 226 Nm se obtiene desde el principio y por un amplio margen. Su aceleración es muy lineal y gracias a la disponibilidad del torque durante todo el rango, es posible tener recuperaciones muy buenas y realizar con facilidad sobrepasos, por ejemplo.

La autonomía de este vehículo eléctrico está cifrada alrededor de los 170 kilómetros. Depende del manejo y la geografía. En estas zonas puede reducirse en un 15 por ciento aproximadamente. Su sistema permite que la carga se regenere con las desaceleraciones, más no incorpora la regeneración con la frenada.

Renault, EPM en Medellín y Codensa en Bogotá también tendrán a prueba el segundo modelo Z.E de la marca francesa: la Kangoo. Este es un vehículo eléctrico orientado al mercado de los vehículos de trabajo compactos, bien sea para el transporte de carga en su versión panel, o de pasajeros. Por ejemplo, como taxi ruedan algunas versiones de motor de combustión en Colombia y que provienen de la planta que Renault tiene en Santa Isabel, Argentina.

Este es uno de los segmentos a los que más le apuesta la marca con sus automóviles eléctricos, pues se trata de carros de trabajo que ruedan en un entorno urbano, con recorridos cortos y en los que el costo del mantenimiento es más reducido, debido a la ausencia de un motor con toda su cantidad de componentes susceptibles de fallo.

El motor de este Kangoo es de 44 kilovatios, equivalentes a unos 60 caballos de potencia en el motor térmico. Su torque de 226 newton, como en el modelo sedán Fluence, también está presente en un amplio rango del recorrido del vehículo eléctrico y prácticamente desde el arranque del mismo, permiten que el manejo depare un interesante comportamiento por su desempeño dinámico.

En el tablero se encuentran también los indicadores de estado de la carga de la batería (que reemplazaría al medidor de combustible tradicional) y los indicadores de demanda de energía que se está ejerciendo durante el recorrido. De igual manera, la autonomía y la lectura de kilovatios consumidos.

En materia de diseño conserva sus características de una gran altura libre sobre la cabeza de los ocupantes. Además, la posición de manejo es elevada y el carro cuenta con un amplio nivel de visibilidad de la cabina hacia el exterior.

Y para no penalizar el espacio de la carga o la ubicación de las plazas de pasajeros, las baterías se montaron bajo el piso, aprovechando el despeje del auto sobre el pavimento.

Aunque se trata de un carro de trabajo y en el que su diseño no es precisamente el más aerodinámico, su conducción resulta bastante ágil, e incluso divertida, por la versatilidad y respuesta que ofrece a la aceleración y la maniobrabilidad que representa

También en este vehículo esta presente el sistema de regeneración de carga, cuando se reduce la aceleración para contribuir a mantener la autonomía en los niveles óptimos.

Eso sí, en materia de insonorización se percibe un trabajo un poco menos eficiente que el logrado en el caso del sedán Fluence. Se filtran con mayor intensidad algunos ruidos provenientes del contacto de las gomas con el asfalto, y también los del trabajo de vencer la resistencia del aire cuando el vehículo está rodando.

Ya la oferta está servida, queda esperar los resultados de las pruebas y un compromiso real del gobierno para facilitar los mecanismos que hagan de esta posibilidad de movilización una alternativa real.