El coche eléctrico en Alemania

El Gobierno alemán quiere que en el 2020 circulen un millón de automóviles eléctricos. Investigadores crearon un modelo para calcular si eso será posible.

¿Cómo se comportarán los compradores de automóviles en el futuro? ¿Cuál será la evolución del precio de las baterías? ¿Dónde podrán cargarse los autos con electricidad, y cuánto se demorará en hacerlo? Es difícil aún pronosticar cómo será el desarrollo de la electromovilidad. Investigadores de la Escuela Europea de Gestión y Tecnología (ESMT, por sus siglas en inglés) de Berlín han intentado, sin embargo, predecir el futuro de la electromovilidad hasta el 2050.

El licenciado en Física Giselmar Hemmer fue uno de los encargados de diseñar un complejo sistema basado en diferentes variables, un modelo instrumental capaz de simular la evolución de la electromovilidad de acuerdo con las diversas condiciones políticas y socioeconómicas, como, por ejemplo, las ventajas impositivas o el rendimiento de las baterías. Se puede acceder a una versión simplificada de la simulación en internet.

Michael Holtermann, Projektleiter Elektromobilität, ESMT BerlinMichael HoltermannLos supuestos son presentados como un escenario de referencia, en el que se observa que, sin tomar recaudos especiales, el Gobierno podrá cumplir con su objetivo de poblar muy pronto las calles alemanas con un millón de electroautomóviles.

“Aún sin tomar medida alguna”, dice el director del proyecto, Michael Holtermann, “, el 1º de enero de 2020 tendremos, de acuerdo con nuestro modelo, unos 462.000 automóviles impulsados a electricidad en las calles.” Eso incluye no sólo vehículos impulsados sólo por baterías, sino también automóviles híbridos. “Dos años y medio más tarde serán un millón”, dice Holtermann.

Para acelerar este desarrollo, se tiene en cuenta la posibilidad de que el Estado subvencione la compra de coches eléctricos, lo cual aumentaría el número de vehículos, explica el economista Jörg Radeke. Sin embargo, tal subvención no sería sensata, económicamente hablando.

Todo esto depende, claro está, de los supuestos que se manejen. Los investigadores parten de que el Estado no está en condiciones de equilibrar las pérdidas ocasionadas por el impuesto a los combustibles a través de impuestos más altos al consumo de electricidad. En el modelo de cálculo, eso se registra en los costos. Además, de acuerdo con los responsables del proyecto, una mayor proliferación de electroautos hace que los fabricantes de automotores se esfuercen menos en mejorar la eficiencia de los motores a combustión tradicionales. Después de todo, los límites de emisión de CO2 de la Unión Europea rigen como valor promedio para la producción total de una fábrica automotriz.

El Gobierno alemán ya había decidido, antes de conocer los resultados del estudio, no ofrecer estímulos a la compra de electroautomóviles. En lugar de eso, se invertiría en el fomento de la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías y, además, en modelos como el de Berlín, en el se pone a prueba el funcionamiento de una flotilla de electroautomóviles en la práctica.

El modelo de mercado de la electromovilidad, llevado a cabo por la ESMT, fue apadrinado por el ministerio alemán de Medio Ambiente. A Mathias Samson, responsable del área de electromovilidad de dicho ministerio, no lo sorprenden demasiado los resultados obtenidos. “Hace tanto tiempo que lo venimos discutiendo y hemos incluido tantas facetas diferentes, que yo no diría que es una sorpresa”, señala Samson.

Pero al menos está claro que los resultados del grupo de investigadores confirmaron algún que otro aspecto, agrega el experto. Por ejemplo, que la electromovilidad se fundamentará, a largo plazo, en los motores híbridos, es decir, en motores eléctricos que pueden complementarse con un motor a combustión. “Seguramente, el automóvil puramente eléctrico no logrará imponerse ampliamente en el mercado”, cree Mathias Samson.

De acuerdo con los cálculos de los investigadores, no será hasta el año 2050 que haya cerca de 870.000 coches eléctricos –no híbridos- circulando por las calles alemanas.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

Autor: Andreas Becker/ Cristina Papaleo, Editora: Emilia Rojas. www.dw-world.de/