Gamesa consolida su apuesta por la eólica china

Una de las factorías se sitúa en Tianjin; la otra, en la región de Mongolia Interior, concretamente en la provincia norteña de Jilin, donde Gamesa inauguró hace unos meses un centro de 500 MW, dedicado al ensamblaje de su máquina G9X, de dos megavatios (en la imagen, infografía de esa planta). Con la inversión ahora anunciada, Gamesa pretende consolidar su negocio internacional, que se está convirtiendo en tabla de salvación para la compañía, dada la paralización del mercado español de futuro, congelación que ha conducido a la empresa a acogerse a varios Expedientes de Regulación de Empleo durante los dos últimos años y al cierre total de su planta de palas de Alsasua. Más aún: en el primer trimestre de 2011, y a pesar de que la compañía incrementó sus ventas mundiales un 24%, Gamesa registró cero ventas en España.

La apuesta por la internacionalización, pues, se está convirtiendo en la vía de salida natural para la multinacional española, y China, en el mercado más codiciado. El gran gigante asiático se ha apuntado en los seis primeros meses de 2011 el 43% de la nueva potencia instalada en todo el mundo: ocho gigavatios, lo que supone una marca semestral mundial histórica para el sector. Además, el gobierno de Pekín prevé impulsar la implantación de cinco gigavatios eólicos marinos (cinco mil megavatios) en los próximos cinco años. Más aún: según declaraciones de la Asociación de las Industrias de Energías Renovables Chinas (Chinese Renewable Energy Industries Association), China pretende llegar a ser la primera potencia mundial en 2020, con 30 GW conectados.

De ahí el enorme interés de Gamesa, que se propone introducir en China, a lo largo del próximo bienio, su nueva máquina marina de cinco megavatios, el G11X. El modelo representa una adaptación marina de la máquina terrestre existente G10X de 4,5 MW. A la vez, Gamesa trabaja para desarrollar también el modelo marino G14X de 6-7 MW de potencia, cuyo lanzamiento está previsto para 2014.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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