La bicicleta salva vidas y evita la emisión de CO2

El Bicing de Barcelona, el sistema público de bicicletas de la capital catalana, evita anualmente una docena de muertes y la emisión de más de 9.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2), según un estudio del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (Creal).

La investigación, que publica la revista ‘British Medical Journal’ y que se completará con datos de otras ciudades europeas hasta 2013, apunta que los beneficios para la salud de la actividad física al desplazarse en bicicleta dentro de la ciudad son mucho mayores que los riesgos por la contaminación del aire y los accidentes de tráfico. El uso habitual del Bicing disminuye un 24% las muertes anuales, según destacan los datos del estudio Transportation, Air Pollution and Physical Activities (Tapas), el primero que analiza el impacto sobre la salud de moverse en bicicleta en el interior de las ciudades.

El Bicing de Barcelona cuenta en la actualidad con 6.000 bicicletas, 420 estaciones y 120.000 abonados, que realizan un desplazamiento medio diario de 3,2 kilómetros durante 14 minutos. El servicio se ha extendido a otras 70 ciudades –Bilbao, Córdoba, Gijón, San Sebastián, Santander, Sevilla, Valencia, Zaragoza y Girona, entre otras–, y en el caso de Barcelona en 2009 estaba suscrito al servicio el 11% de la población.

"Todavía hay mucho margen para mejorar estas cifras y, por tanto, aumentar los beneficios para la salud y el medio ambiente", ha explicado el investigador David Rojas-Rueda, sobre un estudio motivado por las altas tasas de sedentarismo, obesidad e incremento de los niveles de contaminación del aire. El proyecto Tapas cuenta con la colaboración de ciudades como Basilea, Copenhague, París, Praga y Varsovia, por lo que Rojas-Rueda confía en incluir en un futuro estimaciones sobre los efectos de la bicicleta en el cáncer y la diabetes.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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