El proyecto de eólica marina Zèfir

El proyecto de estación de pruebas Zèfir, impulsado por el IREC (Instituto de Investigación en Energía de Catalunya) consiste en desarrollar e instalar una estación marina (offshore) de energía eólica en la costa de Tarragona que sirva como laboratorio de pruebas para esta tecnología y poderla llevar al mercado. Zèfir es uno de los proyectos del consorcio InnoEnergy, formado por 35 empresas, universidades y centros de investigación de toda Europa, para incentivar y promover la investigación, la formación y la innovación en el sector energético.

La previsión de EWEA (European Wind Energy Association ) para el año 2020 es que la potencia instalada de energía eólica marina sea de 40.000 MW. Pero en la actualidad sólo existen parques eólicos marinos comerciales en Dinamarca, Reino Unido, Holanda, Suecia e Irlanda y ninguno de ellos se encuentra en aguas profundas (>50m).

La estimación española es que en el año 2020 se llegue a los 4.000 MW de potencia instalada. Pero una forma de limitar su impacto visual y de lograr su aceptación social es que los aerogeneradores no se vean desde la costa. Para ello, deben estar situados a una distancia superior a 20 kilómetros, donde las aguas son profundas –se consideran así las que tienen más de 50 metros de profundidad.

Los objetivos del proyecto son: desarrollar aerogeneradores para aguas profundas, consiguiendo, progresivamente, la disminución de costos, la eficiencia y credibilidad tecnológica, el aumento del conocimiento científico y tecnológico en el sector industrial asociado a los centros de investigación implicados y abrir nuevas oportunidades de negocio. Además, se desea crear un centro de referencia internacional y un entorno favorable para programas formativos y de I+D.

De esta forma, además de desarrollar la tecnología se estimulará la colaboración entre centros de investigación, la industria y las universidades.

Generar energía con el desarrollo de unas plantas eólicas que estén lejos de la costa para eliminar prácticamente el impacto visual. Es también una oportunidad para investigar los impactos reales de los aerogeneradores en el mar y poder aplicar el conocimiento a los futuros grandes parques eólicos, ya que se conocerá: el comportamiento de las ondas sonoras producidas por los aerogeneradores, la repercusión en la flora y la fauna marinas de la instalación y el funcionamiento del aerogenerador, la evaluación del mantenimiento de los estándares medioambientales de la zona y la relación con la geología del fondo marino.

Durante su desarrollo y posteriormente Zèfir servirá para la formación de técnicos y de trabajadores especializados en la fabricación, instalación y mantenimiento de plantas eólicas marinas. Hay que tener en cuenta que la construcción de un parque eólico marino crea entre 4 y 5 puestos de trabajo por MW instalado. Y durante el período de funcionamiento del parque, los puestos de trabajos directos e indirectos estarán alrededor de 1,2 personas por MW instalado. Todo ello debe extenderse a los parques que sea posible montar en diversos lugares del mundo gracias a la experiencia adquirida. Los diversos tipos de trabajo son: construcción de aerogeneradores y otros componentes: palas, torres, subestructuras, transformadores, instalación, cimentación, cableado, grúas, barco, etc.

Se instalarán en una primera fase entre 2 y 4 aerogeneradores a una distancia de la costa de 3,5 kilómetros, donde la profundidad es de 35 metros. Estarán anclados en el fondo. La potencia instalada será de 10 a 20 MW.

En una segunda fase se instalarán entre 6 y 8 aerogeneradores a una distancia de la costa de 20 kilómetros, donde la profundidad es de 100 metros. En este caso, serán flotantes. La potencia instalada será de 50 MW.

La ubicación, en la primera fase, será en aguas interiores, en un sitio por determinar en la línea recta definida entre los vértices del Delta del Ebro y el cabo de Salou.

El coste total del proyecto es de unos 143 millones de euros. Los fabricantes de aerogeneradores, las ingenierías y las empresas promotoras financiarán la instalación y el coste de los ensayos de cada solución constructiva y de los aerogeneradores. La inversión prevista es de 109 millones de euros. Para poner a disposición de fabricantes y promotores las infraestructuras necesarias, con un coste previsto de 34 millones de euros.

Cuando la planta entre en funcionamiento se financiará con recursos propios provenientes de la venta de energía y de servicios a terceros.

¿QUÉ NOVEDADES APORTA?

La energía eólica marina que se ha instalado en determinados países como Dinamarca o Gran Bretaña está anclada en la plataforma continental, ya que en estos lugares hay aguas profundas hasta distancias considerables de la costa. En cambio, en países como España, a una cierta distancia ya se encuentran aguas profundas. Esto limitaría la instalación de parques eólicos marinos si no se establecieran nuevas tecnologías que permitan a los aerogeneradores permanecer flotando, pero con la seguridad y estabilidad totalmente aseguradas.

En el proyecto se ensayarán distintas subestructuras, ancladas en el fondo en la fase 1 y flotantes en la fase 2. Estas tecnologías deben probarse para asegurar que pueden salir al mercado con total garantía. El proyecto Zèfir no sólo servirá de banco de pruebas para desarrollar y probar la tecnología y, por tanto, para poder instalar en el litoral español una fuente de gran potencia de energía renovable, sino que también permitirá crear un gran polo especializado que beneficiará a centros de investigación, universidades y empresas.

Se trata, por tanto, de un proyecto para obtener energía del viento a medio plazo pero también para desarrollar un sector en expansión y de alto valor añadido. Se calcula que el sector ofrecerá una oportunidad de negocio de 100.000 millones de euros para 2020.

La fase 1 y la fase 2 se iniciaron simultáneamente en 2009. La primera debe terminar en 2013 y la segunda en 2017. En estos momentos se sigue trabajando en la determinación de la zona, evaluación de impacto ambiental y estudio de trámites legales y se han firmado convenios con diversas empresas del sector.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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