Auge de las energías renovables en Argentina

La energía eólica tiene amplias posibilidades de desarrollo en la región patagónica y en el sur de la provincia de Buenos Aires, en tanto que el noroeste es propicio para la electricidad proveniente de la energía solar y las áreas cordilleranas se prestan para la explotación de la geotérmica.

Tales son las afirmaciones del presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables, Carlos James, quien, a la vez, puntualizó las perspectivas existentes en diversas zonas agrícolas para participar del impulso a los biocombustibles con sus productos tradicionales. Hasta la basura brinda campo propicio para su aprovechamiento.

Todas estas referencias fueron formuladas a propósito del auge de las energías renovables, que en todo el mundo vienen ganando terreno y se consolidarán en el futuro inmediato, como una forma de garantizar la protección del ambiente, tan vapuleado por las acciones del hombre. Una de aquellas alternativas, la energía eólica, se multiplicó por diez a nivel mundial, en la última década. Y todo indica que el avance continuará sin pausa. A tal punto que los expertos afirman que esta industria se está desarrollando a tasas de dos dígitos anuales desde hace seis años, índices que compiten con Internet y la telefonía celular.

Si bien las provincias patagónicas ofrecen el ámbito más favorable en esta materia, también el suroeste bonaerense es apropiado para encarar nuevos proyectos, que vendrían a sumarse a los ya existentes en Pehuen Co, Darregueira y otros lugares. En la Asociación Civil Energía Sustentable, se comentó que la Argentina se está convirtiendo en un proveedor internacional de aerogeneradores eólicos, lo cual le otorga una posición muy favorable para participar de futuros emprendimientos.

No menos relevante es lo que puede esperarse con respecto a la energía solar, que todavía se halla en planos de menor avance en nuestro país. Un dato es sumamente esclarecedor: según la Asociación Internacional para la Investigación sobre Energía Solar, en un solo día, la luz que llega a la Tierra produce energía suficiente para satisfacer durante ocho años la actual demanda energética del mundo. Esto debiera inducir a que los organismos específicos persistan en acciones conducentes a un mayor aprovechamiento del recurso.

A todo ello puede añadirse que Argentina es el cuarto productor mundial de biodiésel (inclusive, superó, el año último, a los Estados Unidos), con unos dos millones de toneladas anuales, y el principal exportador. La producción creció el 51 por ciento en 2010, con respecto a 2009, y los negocios formalizados ascendieron a 1.900 millones de dólares. El renombre del país en los mercados internacionales es considerable y se descuenta que ese rol puede afianzarse. Para fines de 2011, se calcula que la demanda de biodiésel nacional llegará a los 3 millones de toneladas. En suma, la explotación de las energías limpias representa un desafío que la Argentina debe asumir en plenitud, ante el progresivo agotamiento de los combustibles convencionales.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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