Crisis nuclear en Japón refuerza las energías renovables

El terremoto de 9.0 grados en la escala sismológica de magnitud de momento, ocurrido en Japón el pasado 11 de marzo y que originó un tsunami devastador, cuya contabilización de víctimas todavía está en proceso, puso en evidencia la necesidad de generar la energía que demanda el desarrollo industrial y urbano con fuentes que no pongan en riesgo la vida humana.

Japón es el tercer país productor de energía nuclear en el mundo. Algunas de sus centrales son las de Ikata, Onagawa, Tokai, Kashiwazaki- Kariwa y Fukushima I y II. Otras cinco están en construcción. La planta que resultó con graves daños tras el sismo fue la de Fukushima I, a 250 kilómetros al noreste de Tokio. Esta central posee seis reactores, cuatro de los cuales presentan serios problemas de sobrecalentamiento luego de que resultara dañado el sistema de enfriamiento.

Las emisiones radiactivas son elevadas. La peligrosidad de la situación atrajo hasta la nación nipona al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), para seguir de cerca la crisis y recabar información de los esfuerzos que se realizan para controlar las radiaciones en la central.

En tanto, Francia ha anunciado que enviará robots y otros materiales para contribuir a controlar las fugas de la central nuclear dañada, y Alemania puso a disposición de Japón maquinarias diseñadas especialmente para accidentes nucleares. Se trata de equipos que son manejados a distancia para que los técnicos puedan trabajar de forma segura en las zonas altamente contaminadas.

Esa tecnología pertenece al Servicio Técnico de Ayuda Nuclear, una iniciativa de los consorcios energéticos atómicos alemanes. Alemania, donde funcionan 17 centrales nucleares, se ha comprometido a cerrar para el año 2020 todas las instalaciones construidas antes de 1980.

Ante la magnitud del desastre, Venezuela ha anunciado la paralización de su programa nuclear pacífi co, Tailandia ha dicho que paralizará la construcción de cinco centrales nucleares, mientras China, Francia, Rusia, Suiza, Alemania, España y Bélgica anunciaron exhaustivos análisis de seguridad en sus centrales, cuyos resultados se harán público hacia fi nales de año.

Tras la tragedia de Japón, el Partido Verde Europeo, conformado por la fusión de 32 entidades políticas ecologistas nacionales de 29 países, ha reclamado el cierre de todas las centrales nucleares construidas en la Unión Europea antes de 1980. Además, demanda la desactivación progresiva de todos los reactores operativos en Europa y su sustitución por fuentes de energía renovable.

Mientras, Greenpeace México ha expuesto que la energía atómica se puede sustituir por fuentes más limpias y menos riesgosas como la solar, geotérmica y eólica, entre otras. ¿Cuál es el peligro potencial de la energía nuclear? Las centrales nucleares son instalaciones con uno o varios reactores o vasijas, que generan energía eléctrica a partir de combustibles como el plutonio y el uranio.

Esas materias proporcionan calor mediante reacciones nucleares, las que pueden resultar peligrosas si se pierde su control y se producen escapes de radiación. En adición, esa actividad genera residuos radioactivos que por su alta peligrosidad se almacenan en construcciones de máxima seguridad para evitar la exposición de las radiaciones.

En los países con varias centrales nucleares, la tendencia es la construcción de un único gran cementerio para depositar los desechos generados por todas ellas. Holanda, Suecia, Alemania, Suiza, Francia y Reino Unido, donde existen centrales nucleares, han construido en sus respectivos territorios Almacenes Temporales Centralizados (ATC), para un mejor manejo del material radiactivo.

De esa manera concentran la generación de desechos en un solo establecimiento para su gestión. Por ejemplo, en el ATC de Borssele, Holanda, depositan los desperdicios que genera la central nuclear localizada en esa ciudad y los que producen otros dos reactores experimentales, así como los de la central de Dodewaard, en proceso de desmantelamiento.

En España, donde operan ocho centrales nucleares, el gobierno ha propuesto la construcción de un ATC como parte del Plan General de Residuos Radioactivos, que gestionaría 7,000 toneladas de combustible de sus centrales nucleares, así como los residuos de actividades procedentes del reprocesado de combustibles y unos 1,900 metros cúbicos de residuos de desmantelamiento de instalaciones nucleares que, por sus características, no pueden gestionar en la actualidad.

Antes que buscar otras fuentes energéticas menos riesgosas, los países que conforman el Foro Internacional Generación IV (GIF) -Estados Unidos, Francia, Japón, Reino Unido, Rusia y China-, desarrollan investigaciones para la reutilización de los desechos radiactivos en la generación de energía nuclear, reduciendo la emisión de residuos.

Esa nueva tecnología, llamada Generación IV, estaría disponible comercialmente posterior al 2030. Previo a la tragedia de Japón, organizaciones ecologistas han advertido que la solución defi nitiva a la generación de los desechos radiactivos de las plantas nucleares radica en un calendario progresivo de cierre de las mismas.

Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) y Will Web for Food (WWFF) han considerado los ATC como una solución temporal para gestionar los residuos radiactivos y han considerado que la inversión en energía nuclear ha sido el mayor obstáculo para el aprovechamiento de las fuentes renovables y limpias.

El abanico de opciones que presenta la naturaleza es amplio. La generación de energía utilizando como fuentes el agua dulce (energía hidráulica), el sol (energía solar), el viento (energía eólica), el mar (energías mareomotriz y olamotriz), la confl uencia de los ríos y mares (energía azul), y las altas temperaturas provenientes del interior de la Tierra (energía geotérmica), entre otras.

Esas fuentes se encuentran en la naturaleza en cantidades abundantes y no producen emisiones de efecto invernadero, como el petróleo y el carbón, que han contribuido a acelerar el calentamiento de la Tierra, ni emisiones radiactivas altamente peligrosas para la salud, como la energía nuclear.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) reporta el funcionamiento en el mundo de 442 centrales nucleares en 29 países. Estados Unidos lidera la lista con 104 plantas; Francia, con 58 y Japón tiene 54. Otros países con centrales nucleares son Rusia, con 32; Corea del Sur, con 21; Reino Unido, con 19; Canadá, con 18; Alemania, con 17; Ucrania, con 15; China, con 13; Suecia, con 10; España, con ocho; Bélgica, con siete; República Checa, con seis, y Suiza, con cinco.

En tanto, Finlandia, Hungría y Eslovaquia tienen cuatro, respectivamente; Argentina, Brasil, Bulgaria, México, Pakistán, Rumania y Sudáfrica, dos, respectivamente, y Armenia, Países Bajos y Eslovenia tienen sendas centrales nucleares. También reporta otras 65 centrales en construcción.