Avances en eólica marina

En el Mediterráneo aún no hay instalado ningún parque eólico marino. Es necesario que los países mediterráneos aprendan de la experiencia conseguida en el resto de Europa y que afronten nuevos retos tecnológicos con el desarrollo de plataformas flotantes.

La organización internacional de conservación marina aplaude los pasos que se están dando tanto en Canarias con el lanzamiento de su Atlas Eólico Marino como en Portugal con la propuesta de desarrollar un primer prototipo de aerogenerador flotante, así como las diferentes iniciativas que se han venido desarrollando en Cantabria o Cataluña para el definitivo despegue de la eólica marina en el sur de Europa.

“Necesitamos que los países mediterráneos sigan la ruta ya trazada por el norte de Europa, aprendiendo por una parte de la experiencia ya conseguida y afrontando nuevos retos como el desarrollo de tecnología flotante”, ha manifestado Xavier Pastor, Director Ejecutivo de Oceana en Europa. “Sólo conseguiremos un verdadero avance si seguimos potenciando la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación y si los diferentes gobiernos se deciden a dar un verdadero impulso a este sector”.

Durante el año 2010 se instalaron en Europa 308 nuevos aerogeneradores marinos, con lo que la potencia instalada ascendía a finales del año a 2.946 MW. Esta cantidad de MW se encuentra distribuida en 9 países del norte de Europa, con un claro liderazgo del Reino Unido. Sin embargo, aún no existe ningún parque eólico offshore en el Mediterráneo, en parte por el menor recurso eólico disponible, en parte por las grandes profundidades cerca de la costa y en parte por la poca iniciativa e impulso de los diferentes gobiernos.

En este sentido, Oceana considera fundamental que los gobiernos y las comunidades autónomas entiendan el enorme potencial energético que nos ofrecen a largo plazo los mares y océanos y que se encaminen a un aprovechamiento sostenible con el medio. La enorme dependencia de las economías respecto a las importaciones de petróleo y gas, la alta volatilidad de los precios de este tipo de energía y la creciente concentración de sus reservas y sus producciones en regiones políticamente inestables hacen aumentar de manera alarmante la incertidumbre en los mercados. La única vía para frenar esta tendencia es una mayor diversificación en el suministro de fuentes de energía primaria y una mayor participación de energías limpias y renovables.

Según el portavoz de Oceana, “necesitamos reducir las emisiones de CO2 de origen humano provenientes principalmente de la quema de combustibles fósiles, como es el caso del petróleo. Seguir concediendo permisos de investigación de hidrocarburos que terminan en futuras plataformas petroleras y que inevitablemente se transforman en más CO2 en nuestra atmósfera y en nuestros océanos no sigue las políticas de cambio climático marcadas por la UE. Si queremos frenar esta tendencia, debemos continuar apostando por una mayor participación de la cuota de energías renovables en el mix energético global.”

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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