China ha hecho progresos en la lucha contra el cambio climático

Un estudio realizado por Climate Policy Initiative (CPI) ha descubierto que en 2009, China estaba camino de cumplir con el objetivo de reducción del 20% de intensidad de energía del undécimo plan a cinco años, invirtiendo la tendencia de aumento de la intensidad de energía de 2002 a 2005. La intensidad de CO2 cayó como resultado del descenso de la intensidad energética, demostrando la importancia de la eficacia energética en la transición hacia una economía baja en CO2; con políticas adicionales específicas de CO2, China espera que la intensidad del CO2 caiga de forma más rápida que la intensidad energética en el futuro.

El análisis inicial de CPI ha descubierto también que muchas de las medidas implementadas en el undécimo plan a cinco años fueron medidas destacadas administrativas que utilizaron recursos importantes, y que algunas políticas, como los cierres de plantas, serán más caras de implementar de modo avanzado. En el estudio se revisó el rendimiento bajo de C=2 y las políticas implementadas en los sectores energético, industrial, de construcción, transporte, agrícola y forestal de China. De todos ellos, los sectores energético e industrial proporcionan el mayor potencial para el ahorro de CO2.

Dentro del sector energético, la producción de electricidad creció un 39% de 2005 a 2008, pero este aumento se vio ensombrecido por un descenso de un 5% del uso de combustible por kWh en las centrales energéticas de funcionamiento por carbón, además de una reducción de un 6,5% en la cifra de CO(2) por kWh total producido. Los descensos por unidad se debieron a: — mejora de la eficacia media de generación por carbón como nueva capacidad de generación añadida, que generalmente ha sido mayor y más eficaz. — cierre en China de una capacidad de 70 GW en centrales más antiguas, pequeñas y menos eficientes, con un ahorro de más de 100 millones de toneladas de emisiones de CO(2). — adición de generación de CO2 baja, incluyendo una capacidad adicional de energía hidráulica de 90 GW, casi 25 GW de energía eólica y 2 GW de energía nuclear.

Como se ha producido un aumento de la eficacia media y se cerró una gran parte de las plantas menos eficientes, las mejoras de eficacia de combustible serán más complejas y la mejora de intensidad de CO2 podría necesitar basarse más en la generación de bajo CO2. Dentro del sector de la industria, el descenso de la intensidad de CO(2) fue de un 14,8%, y el uso energético por unidad del valor industrial añadido cayó un 13,3% de 2005 a 2008.

Los cambios estructurales contribuyeron, al igual que el gran crecimiento industrial se ralentizó en relación a otras industrias, a la vez que la industria avanzó hacia productos con un valor añadido superior. Además, las eficacias por unidad de producción mejoraron de forma importante, cerca de un 5% dentro de la industria del acero, un 17% en la industria del cemento y casi un 35% en la fundición de cobre durante el periodo que abarca de 2005 a 2009. Muchos de los instrumentos utilizados dentro del sector de la industria fueron medidas normativas destacadas que necesitaron de importantes recursos administrativos, que podrían no ser la forma con un coste más contenido para conseguir los objetivos futuros. Dentro del sector forestal, la reforestación contribuyó de forma importante a la construcción de un sumidero de CO2.

"Mirando hacia el duodécimo plan a cinco años, los responsables de políticas pretenden ampliar las medidas en las que hemos trabajado, además de maximizar la eficacia de costes", indicó QI Ye, director de CPI en Tsinghua. "Esperamos que CPI continúe investigando en torno a la eficacia de la política de cierre de plantas y que el Top 1000 Enterprises Program sea valioso".

Climate Policy Initiative es una organización de análisis y asesoría de efectividad política. Su misión es evaluar, diagnosticar y apoyar los esfuerzos de las naciones para lograr el crecimiento de bajo CO2. Una organización independiente sin ánimo de lucro con un soporte a largo plazo de George Soros, la sede de CPI está en San Francisco y las oficinas regionales están en Berlín, Pekín, Río de Janeiro y Venecia.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

www.climatepolicyinitiative.org