Las primas a las energías renovables no han encarecido la electricidad por Valeriano Ruiz Hernández

Cuando leo, oigo o veo noticias acerca de la energía me da la impresión del gran desconocimiento que sobre el tema tienen todos los que opinan sobre el asunto. Y no puedo evitar el pensar que el que puede estar equivocado soy yo. Por eso me apetece compartir con todos algunos razonamientos elementales alimentados con datos que extraigo de los organismos oficiales correspondientes, desde el ministerio del ramo hasta la CNE (Comisión Nacional de la Energía) y la REE (Red Eléctrica Española).

Lo primero que me llama la atención es que cuando se nombra la palabra energía todo el mundo está pensando en electricidad que, sin duda es una forma energética intermedia muy valiosa e importante. Tan valiosa es que cuesta tres unidades de energía de un combustible (carbón, petróleo o gas natural) o de la energía que se libera en una reacción nuclear para generar una de electricidad.

Pero es que, además, en España los combustibles que se emplean en el transporte suponen más de 3 veces más energía en cantidad que la electricidad. En concreto, en el año 2008 los combustibles de uso final supusieron 78981 ktep y la electricidad 22253 ktep y en el 2009, 72023 ktep y 21008 ktep respectivamente; es decir, 3,55 y 3,43 veces más combustibles (sobre todo en el transporte) que electricidad. Por eso es bueno saber que cuando hablamos de electricidad aun siendo muy importante es solo una parte relativamente menor del sistema.

España mantiene en pleno siglo XXI un peculiar ‘latifundismo’ en el sector energético, ya que tan sólo el 0,1% de los abonados consumen el 42% del total de la electricidad generada en el país, según desvela en su blog personal uno de los máximos expertos en energía, Valeriano Ruiz Hernández, catedrático de Termodinámica de la Universidad de Sevilla (www.valerianoruiz.com).

En una entrada titulada ‘¿Quién paga la electricidad?’, el profesor de la Hispalense revela otro llamativo dato en relación con el ‘latifundismo’ energético: los usuarios domésticos pagan la factura de la luz a un precio (13,81 céntimos el kWh) que es un 37% más caro que el que pagan los grandes fabricantes (8,71 céntimos el kWh). “¿Alguien entiende por qué –se pregunta el profesor Ruiz en su blog- ocurre esto de que los que más consumen paguen menos y los que menos consumimos paguemos más?”.

Según el análisis realizado por Valeriano Ruiz a partir de datos oficiales de organismos como el Ministerio de Industria, la Comisión Nacional de la Energía y Red Eléctrica Española, cerca de la mitad de la electricidad es consumida por el 0,1% (uno entre mil) de los puntos de consumo; algo menos de la cuarta parte es utilizada por pequeñas y medianas empresas, las pymes (suponen el 3% de los consumidores) y la inmensa mayoría de los usuarios sólo consumen el 36% del total.

El catedrático de Termodinámica desmonta otro falso mito del sistema energético nacional: el de que las primas a las energías renovables son las causantes de la subida de la electricidad. Para ello hace una comparación entre los años 2008 y 2009, últimos de los que existen datos totalmente actualizados.

En el año 2008, los españoles demandaron 279.392 GWh, con un valor de mercado de 23.221 millones de euros, cantidad en la que están incluidas las primas a la generación en el régimen especial, que comprende no sólo las renovables, sino también la cogeneración con combustibles fósiles y el secado de purines, aplicación esta última “absurda desde el punto de vista de la energía”, escribe Valeriano Ruiz.

En el año 2009, la electricidad consumida en España fue algo menos que en el año anterior (268.324 GWh) y se vendió en el mercado “libre” por un total de 17.493 millones de euros, incluyendo las primas a las renovables y al resto del régimen especial. “Con una simple resta –asevera Valeriano Ruiz en su blog- se comprueba que fueron 5.728 millones de euros menos en 2009 que en 2008, por lo cual el precio del kWh en un año y otro fue muy diferente: 6,961 céntimos en 2008 y 4,263 céntimos en 2009. Esos -continúa- son los valores de la casación de oferta y demanda del sistema de valoración de la electricidad, el llamado ‘pool’, pero esta diferencia no se notó en el precio final a los consumidores ni en una disminución del déficit tarifario y no entiendo muy bien por qué”.

El catedrático de Termodinámica de la Universidad de Sevilla expone que cuando se habla de electricidad en España se suele olvidar algo elemental: tenemos una capacidad de generación (103.000 MW a finales de 2010) muy por encima de las necesidades (44.000 MW en puntas de consumo). De ello se infiere, entre otras conclusiones, que “nuestra capacidad industrial en el sector eléctrico –afirma- puede ser sobrada y no parece lógico que algunos se empeñen en hacer más instalaciones con tecnología extranjera (nuclear, por ejemplo). En ese sentido, parece más lógico emplear tecnología española (energías renovables, por ejemplo). Las repercusiones sobre el empleo nacional y la competitividad de nuestras empresas son evidentes”.

Según Valeriano Ruiz, si profundizamos algo más y entramos en los detalles del sistema (dependencia, cambio climático, I+D+i, balanza de pagos, etcétera) “iríamos viendo que el asunto tiene mucha mayor complejidad, por lo que ciertas “simplezas” como la de Felipe González haciendo creer a todo el mundo que la electricidad que consumimos en España viene de las centrales nucleares francesas son, además de falsas (en el año 2010 España vendió a Francia 1.387 GWh y no al revés), una estupidez, pero que crean confusión y falsas expectativas del estilo de “si ya los franceses nos venden electricidad nuclear -además muy barata- ¿por qué no tener nosotros más centrales nucleares?”.

Valeriano Ruiz Hernández, www.valerianoruiz.com

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.