Eólica en Argentina: Ted Turner cree que el futuro está en la Patagonia

"Cuando pasemos de plantas de quema de carbón a aerogeneradores de energía eólica va a ser muy próspero. (…) Es una excelente oportunidad pero hay que trabajar en ella. No se está haciendo mucho actualmente", evaluó Turner en una entrevista publicada hoy por el periódico bonaerense Perfil.

El empresario, propietario de estancias en la Patagonia argentina, consideró que debe haber una transición hacia la energía eólica, solar y la energía geotérmica como recursos. Aseguró, además, que actualmente los problemas del mundo son el medio ambiente y las armas nucleares.

Turner, de 72 años, se mostró a favor de instituir una política internacional que promueva entre las familias la concepción de un sólo hijo para resolver problemas ambientales. Si la población global fuese de dos mil millones de habitantes, en vez de los siete mil millones actuales, "todos tendrían una calidad de vida como la de Estados Unidos y Europa", afirmó Turner en la entrevista realizada en una de sus estancias en Argentina.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

—En 1963 usted heredó el negocio publicitario de su familia, dedicado a carteles en la vía pública. En 1970, en Atlanta, compró una cadena de televisión de UHF que estaba arruinada. ¿Por qué eligió el negocio de la transmisión de TV? Y ante la misma situación hoy, cuarenta años después y con los grandes avances tecnológicos, ¿le interesaría esa misma línea de negocios?

—No. Entré en escena cuando sólo había tres cadenas de televisión en Estados Unidos, y en todo el mundo, prácticamente, había tres o cuatro canales. Estaba llegando nueva tecnología que permitía canales adicionales. Lo analicé y, con el propósito de expandir la distribución de mi pequeña cadena de televisión en Atlanta, decidí que estuviera disponible vía satélite para luego ofrecerla a los sistemas de cable de todo el país. Mientras lo estaba haciendo, pensaba: “Parece que va a funcionar”. Sin embargo, no había ninguna prueba de que aquello funcionaría, porque nunca antes se había hecho. El pasado se supera haciendo cosas que nadie intentó antes. Como lo que hizo Bill Gates con Microsoft: no existía ningún software de esa magnitud antes de que él apareciera. O como Edison y la bombita de luz, o Alexander Graham Bell y el teléfono. Lo que usted está intentando hacer es mucho más difícil: traer nuevas ideas a un negocio editorial que ya existe hace cientos de años. La competencia ya está allí, por lo que tiene que ser muy inteligente. Bueno, también se tiene que ser inteligente cuando se es pionero, como lo fui yo. Pero funcionó, y luego se me ocurrió la idea para CNN. Una vez que me di cuenta de que aquello podría funcionar, comencé a pensar: “¿Cuál sería el próximo paso?”. Lo pensé muchísimo tiempo. Para los negocios, trato de pensar a futuro: “¿Cuál es el camino acertado a seguir?”; “¿Hacia dónde quiero orientar mis esfuerzos?”. Y lo mismo he hecho en los otros ámbitos de mi vida. No sé si me preguntará sobre las armas nucleares, pero uno de los temas en los que más estoy trabajando ahora es librar al mundo de las armas nucleares. Podríamos destruir el mundo ahora. Tenemos suficientes armas como para poder destruir el mundo en tan sólo una tarde. También si destruimos el medio ambiente –tal como estamos haciendo–, donde ya hay demasiadas personas… Mil millones de personas padecen hambre, y vamos a sumar otras mil millones más. Y dentro de 15 años, va a ser imposible. A menos que queramos que mucha gente pase hambre. Sería como Haití pero en todo el mundo. No, no queremos eso. Sería mejor que hubiera menos gente pero que viviera bien, en lugar de mucha gente que viviera mal. Además, quien está viviendo mal no puede pensar demasiado en preservar el medio ambiente: tiene que cortar un árbol porque necesita leña. Y si continuamos cortando todos los árboles, es el fin. Y ni hablar de los océanos y todas las otras cosas de nuestro alrededor que están al borde del colapso.

—Hablemos primero de medios de comunicación y luego de medio ambiente.

—Claro, sólo quería ponerlo en perspectiva porque es en lo que estoy trabajando ahora. Estoy trabajando con relación a las armas nucleares, el cambio climático, el medio ambiente y la paz. Debemos terminar con las guerras. En Tierra del Fuego (donde Turner tiene una de las mayores estancias) había una base aérea argentina, allí estaban los aviones preparados para atacar a Chile. Hace treinta años, Argentina y Chile estuvieron en pie de guerra. Hubiera sido una catástrofe. Y lo sería hoy también si Argentina entrara en guerra con Brasil o con Chile. No puede haber más guerras. Las armas son demasiado destructivas: con ellas volamos las escuelas, los puentes, los hospitales. Todo ello fue muy difícil de construir, ¿verdad? Luchamos para poder modernizar nuestras escuelas, nuestros puentes, nuestros hospitales… No podemos ir por ahí bombardeándolo todo. Debemos comenzar a actuar con inteligencia.

—Difícil que Argentina entre en guerra con Brasil.

—Sólo lo usé como ejemplo, sé que ustedes se llevan de maravilla con Chile y con Brasil.

—En sus inicios, CNN era una cadena pequeña que intentaba cambiar el concepto de las noticias…

—No creo que realmente estuviéramos intentando cambiar el concepto de las noticias. Lo que hacíamos era que las noticias estuvieran disponibles todo el tiempo y se trataran con mayor profundidad, porque teníamos más tiempo que los otros noticieros. Los otros noticieros estaban al aire dos horas al día más o menos; nosotros las 24 horas. Por lo tanto, era obvio que tuviéramos programas más largos. Presentábamos el doble de noticias que los otros, simplemente porque nuestro noticiero central duraba una hora y el de las otras cadenas, la mitad.

—¿Cómo nació su famoso eslogan para definir una noticia –“es lo que está sucediendo”–, y cómo definiría “eso que está sucediendo”? ¿Es el registro de la vida cotidiana, lo que el editor piensa que es noticia, una construcción social de la realidad?

—Es bastante simple. Le llegan todas las noticias, pero no puede abarcarlas todas. Para el siguiente mes o la siguiente semana, debe elegir la que crea más importante para los lectores. Básicamente, así es como lo hacíamos nosotros. Hace lo mejor que puede con lo que le parece que será importante. Una noticia siempre va a tener alguien a quien le resulte interesante. A algunos les resulta interesante que una gata haya tenido 15 gatitos. Para algunos, eso es noticia. Obviamente, un bombardeo es siempre una gran noticia. Si bombardean a su vecino, aparece en los titulares.

—Usted nació en un país que es la excepción a la ley de McLurg (“la importancia de un suceso disminuye con la distancia del lugar en el que se produjo”), porque todo aquello que ocurra en Estados Unidos es automáticamente noticiable para el resto del mundo.

—No creo que sea así.

—¿No fue una ventaja para su proyecto haber nacido en Estados Unidos?

—Creo que estar en Estados Unidos probablemente fue una ventaja, pero eso fue sólo una cuestión de suerte. Estaba allí por casualidad. Siempre digo lo mismo: si hubiéramos nacido en Haití, hoy no estaríamos donde estamos. Gran parte de lo que tenemos en la vida es simplemente una cuestión de suerte. Así lo entiendo. Como estábamos en Estados Unidos, y allí está la ONU… Estados Unidos tiene ciertas ventajas, pero eso puede cambiar y, de hecho, está cambiando. China, por ejemplo, adquiere cada vez más importancia en comparación con Estados Unidos, porque está creciendo con mayor rapidez y también actúa con inteligencia.

—Mientras usted estaba cazando patos con Fidel Castro y sostenía una escopeta…

—No era una escopeta sino una pistola para cazar aves, que no es para disparar a personas, aunque también puede usarse para ello.

—…y pensó: “¿Cuánto pagaría la CIA a cambio de poder estar ahora mismo en mi lugar?”.

—Pensé lo interesante que era que él confiara en mí lo suficiente como para dejarme tener una pistola justo al lado de él. Pero nos llevamos muy bien. El jugaba al béisbol y, como yo había comprado un equipo de béisbol, le llevé una gorra de los Atlanta Braves y unos bates. Confió en mí de inmediato y no se equivocó, porque no soy capaz de matar ni a una mosca.

—¿Es verdad que fue en ese momento cuando se le ocurrió transformar a CNN en internacional?

—Yo lo venía pensando pero luego, me dijo que me invitó porque había leído acerca de CNN. Había averiguado y descubrió que podía tener CNN en Cuba, porque en esos tiempos no contralaban si la señal iba más allá de las fronteras. Así que tenía una antena parabólica y lo veía. Me comentó que la noche en que asesinaron al presidente de Egipto, Sadat, fue a su oficina –que es donde estaba su televisor– y se pasó toda la noche allí. Nunca pasaba una noche entera allí, o casi nunca. Iba a lugares diferentes porque nunca sabía cuándo Estados Unidos nuevamente intentaría asesinarlo. Lo intentaron unas veinte veces más o menos. Eso es lo que me han dicho. Me contó que estuvo despierto toda la noche para ver lo que sucedería después de Sadat. Me dijo: “Tengo que tener CNN”. Y agregó: “No sólo yo tengo que tenerlo, sino también todos los líderes del mundo”. Entonces, pensé: “Tiene que estar disponible para todo el mundo. Porque si Fidel Castro, un comunista, pidió tenerlo, la gente en Nigeria, en Egipto y en todo el mundo también necesitan tenerlo”.

—La cobertura de CNN del accidente del Challenger en 1986 y de la Guerra del Golfo en 1991 estableció el concepto de la “noticia en vivo” e instaló en el mundo la posibilidad de presenciar catástrofes naturales o guerras como testigos instantáneos de la historia. Como creador de uno de los pilares de la llamada “aldea global”, ¿qué opina de WikiLeaks?

—La realidad es que sobre ese tema no sé más de lo que la mayoría de la gente sabe. Sí sé que publican mucha información y que algunos no están de acuerdo. No tengo una opinión ni a favor ni en contra, pero me gusta que el gobierno se comunique abiertamente. Creo que estaríamos mejor de lo que estamos si todos los gobiernos del mundo se comunicaran abiertamente. Por lo general, más información es mejor que menos información.

—¿Cuál es su perspectiva sobre el futuro de las noticias en Internet y cómo afectarán a los medios off line y al periodismo como profesión?

—Ya ha afectado enormemente al periodismo y a todo en general. Creo que seguirá haciéndolo, pero quizás aparezca algo más moderno que Internet. Eso es lo que ha estado pasando. La velocidad a la que la tecnología está cambiando y evolucionando parece estar aumentando, no disminuyendo. Transcurrió mucho tiempo antes de que las mejoras tecnológicas se convirtieran en algo de todos los días. Ahora todo se mueve más rápido. Por ello, es muy difícil predecir cuál será el futuro de los medios dentro de veinte años.

—Como creador del primer medio global en tiempo real, ¿qué siente al ver que la revista “Time” eligió a Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, como el “hombre del año 2010”, la misma distinción que usted recibió en 1991? ¿Lo percibe como un sucesor, como un par, o como un fenómeno temporal tal como lo fue America On Line?

—No lo he pensado demasiado. Como dije anteriormente, mi mayor esfuerzo está centrado en el tema de las armas nucleares, el calentamiento global, el medio ambiente y mis restaurantes. Lo bueno de estar en el negocio de los restaurantes es que la tecnología no cambia mucho. He trabajado a un ritmo vertiginoso durante muchos años y entonces es agradable desacelerar un poco.

—Pero los cambios de la tecnología han sido una excelente herramienta para usted.

—Me di cuenta de ello, pero también me di cuenta de algo más, algo que no he leído en ningún lado: no ha existido una sola persona que a lo largo de su vida haya liderado más de una revolución. ¿Cuál fue el revolucionario que trajo libertad a Sudamérica?

—San Martín y Bolívar.

—Bueno, a lo largo de sus vidas, hicieron sólo una revolución. Yo hice la revolución de la televisión por cable. Es bastante. No más, amigos. Eso queda para los más jóvenes. Yo ya hice una. Tengo 72 años, quiero ir a pescar. Intento desacelerar un poco.

—Hablando de tecnología, hoy estamos atravesando tiempos de inmediatez extrema: todo se registra, todo es “presenciable” a través de la Web y de la televisión en vivo. ¿Cuál es su postura con relación a esta “nueva realidad” y cuáles son los desafíos para esta revolución conceptual en los medios?

—Esta es una pregunta muy compleja. Se podría escribir un libro entero sobre esta pregunta. Realmente no lo he pensado demasiado. Trato de responder sus preguntas lo mejor que puedo. Si mis respuestas no lo satisfacen, lo siento. Le daré respuestas honestas, lo mejor que puedo.

—¿Cuál es su opinión sobre el tratamiento hipercrítico que realiza Rupert Murdoch desde su canal Fox News hacia el presidente Obama?

—Veo más que nada CNN, porque quiero ver qué están haciendo, pero no he notado que en Fox News sean súper críticos de Obama. He escuchado que a veces sí lo son pero, en algún momento, todo el mundo es crítico del presidente. Sin embargo, no lo he visto de un modo que llegara a preocuparme o que pudiera llegar a causar una revolución en el país. Espero que no.

—El rating de Fox News ha venido creciendo; ¿cree que Murdoch ataca a Obama para ganar audiencia o por convicciones conservadoras?

—Creo que probablemente sea un poco por ambas cosas.

—¿Hay un empobrecimiento del gusto de la audiencia estadounidense al permitir que Fox News y otros medios similares sean tan exitosos?

—Cada lector o televidente es diferente. El periodismo sensacionalista ha existido siempre. Diría que la gente que ve los noticieros más serios y la gente que ve los noticieros sensacionalistas son más o menos la misma proporción de siempre.

—¿Encuentra algún paralelo entre las quejas que Obama realiza por el trato duro que le da Fox News y las similares de la presidenta argentina por un trato equivalente del Grupo Clarín hacia su gobierno?

—Como no hablo español, no leo ni veo las noticias locales. No puedo responder esa pregunta con precisión.

—¿Es correcta la influencia que le asigna el documental “Outfoxed” a Fox News en los triunfos electorales de Bush?

—Imagino que Fox News probablemente haya ayudado a Bush. Pero es difícil saber con precisión en qué medida.

—¿Qué piensa acerca del intento de asesinato contra Gabrielle Giffords, representante demócrata de Arizona, y de la responsabilidad que tuvieron Sarah Palin y su equipo en este suceso?

—No creo que sea justo culparlos a ellos. Ese hombre estaba loco. Hay gente como él en todo el mundo. En Texas, hace unos años, un estudiante universitario subió a una torre, empezó a disparar con un rifle y mató a 28 personas. Es difícil saber qué es lo que motiva a una persona que está loca.

—Como canales de noticias, además de CNN en Español, Argentina tiene TN, Crónica, Canal 26, C5N y América 24. ¿Alguna vez vio alguno de ellos? Y en ese caso, ¿qué impresión le dejó los canales de noticias de Argentina?

—Como le comenté anteriormente, no hablo español lo suficientemente bien. Por lo tanto, no los he visto. Cuando estoy por aquí veo CNN International, porque es en inglés.

—¿Qué reflexión le merece que siendo la Argentina un mercado cien veces más pequeño que el estadounidense, tenga cinco canales de noticias?

—Me parece genial. Mejor que haya más canales de noticias. Creo que cuanta más información tengamos de puntos de vista diferentes, mejor.

—Turner es la mayor productora de contenidos de TV por cable de Latinoamérica, con 13 canales: I.Sat, Space, Much Music, Retro, Fashion TV, HTV, Infinito, CNN International, TNT, Cartoon Network, Boomerang, CNN en Español y TCM Classic Hollywood. Además, Turner Broadcasting eligió la Argentina con base de producción para toda la región. En la Argentina se aprobó una nueva Ley de Medios que obliga a mayor porcentaje de producción local. ¿Cuál es su opinión sobre esta nueva ley, si es que la conoce, y en general sobre las leyes que regulan a los medios en todo el mundo?

—¿Se aprobó esa ley?

—Sí. Y ahora está bajo discusión judicial porque algunos canales solicitaron a la Justicia que la frenara.

—Cuando comencé, quería llegar a todo el mundo en la mayor cantidad de idiomas posible. Es muy conveniente que en Latinoamérica todos los países, excepto Brasil, sean hispanohablantes. De este modo, un único idioma sirve para todos. Es por ello que fue tan fácil traer CNN en español. Fui el primero en programar televisión satelital en español. Fui el primero en lograr muchas cosas, pero esa fue muy importante porque fuimos los primeros en llegar aquí. Llegamos antes que el resto, antes que las empresas locales. Muchos años.

—Si esta ley se sanciona, será un gran problema para todos estos canales porque no tiene el 30% de la producción local.

—Claro. Roguemos que no suceda.

—Usted explicó que durante la década de los 70, la promoción de la diversidad, el localismo y la competencia por parte de la Comisión Federal de Comunicación, que otorgó decenas de licencias VHF y UHF, de transmisión satelital y por cable, y todos los otros métodos orientados hacia la descentralización durante esa década, le permitieron competir con las grandes cadenas y construir su imperio. Esta Ley de Medios de la Argentina procura perseguir esas mismas aspiraciones. ¿Aún está de acuerdo con esas metas?

—Sí. Creo que sí. Porque cuantas más voces y más opiniones haya, mejor. Creo que es mejor que haya muchas ideas y no unas pocas.

—Usted dijo que en los medios nuevamente hay centralización, porque los gigantes no sólo son dueños de las cadenas y estaciones locales, también son dueños de las empresas de cable que transmiten la señal de sus competidores y los estudios que producen la mayor parte del contenido. Para ser más claro: usted señaló que en 1990, a las cuatro mayores cadenas sólo les pertenecía el 12% de las series que emitían; en 2002, ese porcentaje trepó al 77%. ¿Los gobiernos deberían descentralizar los medios? ¿Cómo? ¿A través de regulación?

—Me gustaría que hubiera descentralización a un nivel razonable.

—¿Y cómo podría lograrse?

—Existen varias maneras para hacerlo. Pero en sí, el gobierno debería hacer que las empresas dejen de lado algunas de sus operaciones y así, se crearía mayor competencia.

—¿Cuando las empresas sean muy grandes, el gobierno debería dividirlas?

—Si pudieran convertirse en empresas demasiado grandes. Pero, obviamente, ello es muy difícil de medir.

—Alguna vez dijo: “Es difícil sobrevivir si tus competidores son dueños de tus proveedores”. ¿Debería prohibirse que las empresas que ofrecen servicio de cable o de teléfono también sean productoras de contenido?

—Creo que depende de cuánta centralización haya. También creo que mientras menos reglamentaciones hay, mejor funcionan los negocios. Por lo general, la falta de reglamentaciones es buena para los negocios. Sin embargo, si una compañía adquiere mucho control, hay que considerar la posibilidad de implementarlas.

—Usted escribió: “Si las nuevas tecnologías como la televisión por cable y satelital y los servicios digitales y de Internet son controlados por una única compañía de medios, la diversidad tecnológica no es más que una mera ilusión ya que no se podrá evitar que se forme un único conjunto de voces y opiniones. Entonces, si el servicio de Internet es monopolizado por una sola compañía, ¿no hay diversidad? ¿La tecnología no puede resolver el problema?

—Si se consolida demasiado, eso sucede. Y para decidir cuándo es demasiado tenemos presidentes y congresistas. Nosotros elegimos a quienes creemos que son las personas más inteligentes que tenemos para resolver este tema. Es un debate que continúa. Alrededor del mundo se debate cuál es el rol de los medios de comunicación; si se los debe controlar o no. Y es una cuestión de juicio, de opinión.

—¿Y cuál es su opinión sobre esto?

—Bueno, ya lo he dicho. Si es posible, una menor cantidad de reglamentación siempre es mejor, de ser posible. Más información es mejor que menos información. Y la prensa libre es importante. Yo creo en la prensa libre y no en una prensa controlada por el gobierno. Eso no sería bueno tampoco porque, si la prensa es controlada por el gobierno, como en Venezuela, eso implica más concentración. Chávez está controlando todo. No creo que eso esté bien. Y es así que su economía es un desastre. Y creo que eso es por él. El líder que tengamos tendría que poder aceptar críticas de la prensa. Uno de los trabajos más importantes de los medios de comunicación es hacerle saber a la gente si el presidente o el Congreso no están haciendo un buen trabajo. Espero que ustedes lo hagan con sus publicaciones. Si ustedes creen que el gobierno, por alguna razón, no está haciendo un buen trabajo, deberían hacérselo saber a la gente.

—Una última pregunta sobre medios de comunicación. ¿Usted sigue creyendo que se puede innovar sin capital en los medios de comunicación off line de hoy?

—Es una pregunta muy difícil. Tiene que tener algo de capital, y hay maneras de obtener capital. Yo tuve mucha suerte porque mi padre tenía una pequeña compañía que no era mucho, pero era algo al menos. Eso lo hizo todo mucho más fácil para mí. Igualmente, yo nunca tenía capital suficiente. Siempre estaba tratando de obtener más porque mi compañía estaba creciendo más rápidamente que el capital.

—En su libro “Call me Ted”, manifestó que durante gran parte de su carrera, para maximizar la eficiencia de su tiempo, dormía en la oficina y usaba zapatos sin cordones para no perder tiempo atándose los cordones. ¿Aún mantiene estos hábitos?

—Ya no vivo más en mi oficina pero ahora vivo justo arriba, en el mismo edificio. No tengo que salir del edificio para ir a mi oficina. Sólo tengo que bajar un par de escalones y ya estoy ahí.

—¿No perder tiempo es muy importante para usted?

—Sí, especialmente cuando estaba al frente de CNN, TNT, Cartoon Network. Estaba muy ocupado, estaba el tema de los equipos de béisbol, trabajaba 18 horas por día. Era importantísimo ahorrar tiempo cada vez que podía. Igualmente, todavía uso zapatos sin cordones.

—Usted, que se definió como feminista antes que Jane Fonda, propuso que se les prohibiera a los hombres acceder a cargos públicos durante cien años, y que entonces, durante un siglo sólo puedan ocupar esos puestos las mujeres. ¿Por qué cree que Sudamérica tiene tres presidentas mujeres casi simultáneamente?

—¡Creo que es fabuloso! Lo dije hace unos veinte años, no me acuerdo exactamente cuándo lo pensé. Lo dije porque creo que el hombre tiene testosterona y quiere constantemente ir a la guerra. Por el contrario, las mujeres tienen estrógenos. No quieren ir a la guerra. Les preocupan otras cosas. ¿Y qué pasaría si las mujeres llevaran adelante el gobierno? Los hombres podrían encargarse de otros aspectos importantes y así tendríamos igualdad de oportunidades. Los presupuestos militares serían reducidos, como mínimo, a la mitad, y ese dinero iría al sistema de salud y a la educación. Las mujeres harían eso con el dinero en lugar de construir portaaviones. Y tendríamos un mundo mucho mejor.

—¿Qué fue lo que le faltó a Hillary para ganar las elecciones en 2008? ¿Son simplemente muy sexistas los estadounidenses?

—No. Hemos elegido a un hombre de color como presidente, podemos elegir a una mujer la próxima vez. Creo que eso fue una gran señal de progreso. Fue algo maravilloso que hayamos elegido a Obama como presidente. Y también es maravilloso que Brasil, Argentina y Chile hayan elegido a una mujer presidenta. No es que la gente esté haciendo las cosas mal. Todo lo contrario, estamos haciendo muchas cosas bien. Cien años atrás, ninguna mujer en el mundo tenía los mismos derechos que el hombre. Hoy en día, la mitad de las mujeres los tienen. Eso es un gran avance si consideramos que pasaron sólo cien años. Los problemas son el medio ambiente y las armas nucleares. No tenemos tiempo que perder. Vamos a perderlo todo en los próximos 15 o 20 años, pero con las armas nucleares podemos perderlo todo mañana, porque si Obama presiona tan solo un botón, todo se termina. No tendríamos que haber creado un botón que pueda hacer volar el mundo entero. Vale la pena conservar este mundo: ¿adónde iremos si lo destruimos? Vamos a volar en pedazos nosotros también. Es una locura. Es mucho más lunático que ese hombre que le disparó a la congresista. No hay nada más lunático que tener los medios para hacer estallar el mundo. ¿A quién quieres convencer? Bombardear al Talibán no los hace menos iraquíes. No cambia nada. No cambia su manera de ver las cosas.

—Durante la última Cumbre Mundial sobre el Clima que se realizó en Cancún, usted llamó a los líderes mundiales a instituir una política internacional de un solo hijo.

—Pensé que sería una buena idea porque también sugerí que sea totalmente voluntario. La idea es disminuir la cantidad de habitantes y no sólo evitar que siga creciendo. Intentar reducir la población de los 7 o 8 mil millones de habitantes que hay actualmente a unos 2 mil millones.

—¿Dos mil millones?

—Dos mil millones.

—¿Y cuándo fue que tuvimos esa cantidad de habitantes?

—Cuando yo nací. Hace setenta años, había 2 mil millones de personas. Durante la vida de un solo hombre, yo en este caso, en 72 años, la población se ha cuadruplicado. Pero la población de elefantes se redujo en el 90%. Los océanos están colapsando. Todo está colapsando. Si la población mundial fuese de 2 mil millones, todos tendrían una calidad de vida como la de los Estados Unidos y Europa. Todos podrían vivir mucho mejor. Además, estaríamos viviendo de un modo mucho más sustentable. Tendríamos más bosques y más pesquerías. Hoy en día, estamos llevando a cabo todas las actividades del sector primario, incluyendo la agricultura, de una manera muy poco sustentable. Cosechar campos sin rotar cultivos o dejar descansar la tierra no es bueno porque el suelo pierde los nutrientes y se daña. Estaba viendo en las noticias las inundaciones en Australia debido a las cuales los ríos están corriendo a través de las ciudades. Y aquí, esta mañana el viento estaba soplando muy fuerte, tanto que el polvo volaba y se nos metía en los ojos aún estando montados en un caballo a casi dos metros del suelo. ¿Tengo razón o no? Tenemos que ponerle fin a eso. Tenemos que desarrollar cultivos que crezcan sin arar. Tenemos que dejar de usar combustibles fósiles. Tenemos el viento. Aquí, en la Argentina, tienen a un paso miles de millones de dólares en energía eólica. La mitad de la gente que vive en la Argentina, vive en Buenos Aires, pero tenemos que crear una conexión digital desde la Patagonia y construir ventanas hacía aquí, y así la Argentina podría quedar libre de combustibles y de cualquier problema de contaminación. Los motores a nafta son cosa del pasado, así como la energía generada a través de la quema de carbón. Tenemos electricidad ahora. Vamos a cargar nuestros autos a la noche con la energía eólica. Los autos no van a ser ruidosos y vamos a limpiar la contaminación de las ciudades. Vamos a limpiar la contaminación auditiva. Estamos usando la tecnología moderna en muchas áreas pero todavía no la estamos usando ni para generar energía ni para el transporte. Y es una de las cosas más importantes que tenemos que hacer.

—El futuro está en la Patagonia.

—Absolutamente. El futuro está en la Patagonia. Aquí lo ven todos. El viento sopla casi todos los días. Es uno de los recursos más grandes del mundo.

—Barato y simple.

—Sí. Y eso es lo que le decía a la presidenta en el Congreso.

—¿De Cancún?

—No, no, acá en Argentina. Es una excelente oportunidad pero hay que trabajar en ella. No se está haciendo mucho actualmente. Hay mucho debate, pero lo que necesitamos es acción.

—¿Qué opina sobre la decisión de cinco provincias chinas de abandonar la política de un solo hijo debido a que la tendencia a abortar bebés de sexo femenino llevó a una clara disminución en la cantidad de mujeres?

—Yo creo que el aborto es algo terrible. No me gusta el hecho de que el programa sea llevado adelante y no creo que China necesite seguir haciéndolo ya. Creo que el pueblo chino ya aprendió la lección. Si no hubiesen tenido la política de un solo hijo, habría 250 millones más chinos que hoy en día. Y el país ya está superpoblado. Si alguna vez fuiste a China, entiendes lo que digo. Gran parte del mundo está superpoblado. La mayor parte del mundo lo está.

—También argumentó que bajo este esquema de política global de un solo hijo los pobres del mundo podrían vender sus derechos de fertilidad. ¿Esa es su idea?

—Sí. Dije que es algo que tiene que ser analizado porque no se lo ha pensado mucho todavía. Cuando uno planifica, cuando estás planificando una publicación, por ejemplo, planea cuál será su circulación, cuál es su mercado y lo cubre con medio millón de ejemplares y, a partir de ese plan, hace los cálculos económicos necesarios para llevarlo a cabo. No tenemos un plan para el mundo. No tenemos una planificación poblacional para el mundo. Sabemos que la población está fuera de control y sabemos que, como mínimo, debemos proveer a las mujeres que así lo deseen con mecanismos de control de natalidad. Hay 500 millones de mujeres en el mundo que quisieran usar mecanismos de control de natalidad pero no pueden solventar ese gasto. Todas las naciones ricas del mundo, y considero que Argentina es una de ellas, debemos contribuir, a través de las Naciones Unidas, para poder hacerlo. De lograrlo, estaríamos reduciendo el crecimiento poblacional y, así, podríamos igualar las posibilidades educativas y de crecimiento profesional de hombres y mujeres. Donde se hace eso, las familias son más pequeñas. En los países desarrollados tenemos familias más pequeñas que en los países en vías de desarrollo, que no cuentan con esas ventajas.

—¿Cuál es su opinión sobre el crecimiento mundial de la inmigración y el progresivo mestizaje de todas las razas? Obama sería un claro ejemplo.

—Creo que es algo bueno. Hay una sola raza, la raza humana. Sólo somos simplemente diferentes adaptaciones. Cualquier hombre puede casarse con cualquier mujer y tener hijos hermosos.

—¿Y qué opina sobre la inmigración?

—Me gustaría ver un mundo en el que cualquiera pueda ir donde quiera. Pero es muy difícil y más aun, o incluso imposible, con 8 mil millones de personas. Todos en el mundo querrían que la gente entrara a sus territorios. Nadie quiere inmigrantes, pero todos quieren turistas. Está bien si viene y se queda un rato pero no puede quedarse para siempre. Es una cantidad enorme de gente. Es muy difícil y no tenemos un plan. Tendríamos que tener una planificación poblacional para el mundo. Es como lo que ustedes harían con su nueva publicación, ¿no es cierto? Es probable que al inicio no logre una circulación de 500 mil ejemplares sino de 300 mil, pero sabe que 500 mil es su objetivo. Nosotros deberíamos tener un objetivo pero no lo tenemos. Y esa es la razón por la que se me ocurrió esa idea.

—En los últimos años se ha dedicado a la compra de estancias en Argentina: La Primavera, San José y Collón Cura. ¿Estos proyectos están vinculados a la protección del medio ambiente?

—Parcialmente sí. Además, me gusta Argentina. Me gusta ir a pescar y observar animales. Estoy, también, particularmente dedicado a traer nuevamente el guanaco como hice con el bisonte en Norteamérica. Traje algunos miles de guanacos a San José. No tenemos ni ovejas ni vacas en la estancia y tenemos también algunos guanacos en Collón Cura, si vas manejando por la ruta podrás ver algunos. Es muy raro ver guanacos en Argentina mientras vas manejando porque han matado a la gran mayoría, como pasó con el bisonte en Norteamérica.

—Usted, que es el mayor propietario de tierras privadas de los Estados Unidos, y utiliza gran parte de ellas para la cría de bisontes, tiene el mayor rebaño del mundo y promueve el consumo de carne de bisonte. Con esos antecedentes, ¿qué reflexión le merece la lucha de los productores agropecuarios argentinos para que sean eliminadas las retenciones a las exportaciones de alimentos?

—Los alimentos son muy importantes. No estoy lo suficientemente al tanto del tema como para opinar al respecto. Simplemente espero que continúen protegiendo al guanaco e intentando traer más porque antes estaban aquí y son buenos animales.

—Pero debe tener una opinión sobre el crecimiento de los precios de los alimentos en todo el mundo.

—Cuando la economía progresa y los ingresos de la gente aumentan, como en China, y quieren consumir más carne, se vuelve mucho más ineficiente producir carne que granos. Se necesitan 5 kilos de granos para producir dos kilos de carne, dos kilos de granos para producir uno de cerdo y un kilo para producir uno de pescado.

—¿Cuál es su opinión sobre el futuro poderío económico y militar de China?

—Creo que los grandes poderosos de mañana no van a ser los grandes poderíos militares de hoy. Los poderosos van a ser aquellos con gran desarrollo científico y tecnológico, con los mejores sistemas educativos y de salud. La guerra terminó. A excepción de Estados Unidos, ninguno de los países grandes está peleando. Brasil no está en guerra con nadie. Ningún país en Sudamérica está en guerra. Es una zona libre de conflictos con excepción, claro, de los problemas con el tráfico de drogas. Pero ésa es una guerra interna, dentro de los países y no entre ellos. Europa está también libre de guerras. El único lugar en el que están peleando es en Costa de Marfil, en Africa, que es un lugar en el que la gente no tiene acceso a la educación porque la gente que tuvo educación sabe que la guerra es una pérdida de tiempo y plata. Para eso tenemos los tribunales. Si tú y yo no estamos de acuerdo en algo, aquí en Argentina, no vamos a dispararnos sino que vamos a acudir a los tribunales si no podemos ponernos de acuerdo de ninguna otra manera. O, también, podemos resolverlo a través del arbitraje. Es mucho mejor porque los dos ganamos. Pero si nos disparamos, los dos terminamos muertos.

—En este escenario que usted está describiendo, ¿qué chances hay de que la vida termine durante este siglo? ¿Todavía cree que existe la posibilidad de que la Tierra sea destruida en este siglo?

—Sí, absolutamente.

—¿Por los Estados Unidos y Rusia? ¿Por China y Rusia?

—Antes que nada, la tecnología es falible, falla todo el tiempo. Podría haber un accidente. Podríamos tener un accidente como el choque de aviones. Aún con todos los desarrollos en seguridad aeronáutica, un avión se estrella todas las semanas en algún lugar del mundo. Uno cayó en Irán la semana pasada. Murieron 72 personas. No podemos lograr que los aviones sean confiables. No sé si lo recuerdas, hace unos años, un bombardero estadounidense fue cargado con armas nucleares reales cuando se suponía que tenían que ser ficticias. Tenían algunas ficticias y algunas reales pero ni siquiera sabían que estaban ahí. Insisto, es muy peligroso. La gente se volvió loca por el hombre que le disparó a la congresista. Eso es un acto de una persona completamente loca. ¿Qué pasa si el presidente tiene una crisis nerviosa y va y presiona el botón? Y eso pasó ahora. Olvídate de los diez años que tuvimos antes de los gases del calentamiento global. No tenemos mucho tiempo pero tampoco sabemos cuánto tenemos exactamente. ¡Depende de tantas cosas! No podemos perder tiempo. Tenemos que empezar inmediatamente a utilizar energía renovable y dejar atrás los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas) tan rápido como podamos. En muchos casos podríamos utilizar gas como combustible de transición porque es muchísimo más limpio que el carbón y el petróleo. Pero aun así, tiene que ser una mera transición hasta que empecemos a usar el viento, el Sol y la energía geotérmica como recursos. Por supuesto que tal cambio va a requerir tecnologías completamente nuevas y variadas pero eso va a generar nuevos empleos. Cuando pasemos de plantas de quema de carbón a generadores de energía eólica va a ser muy próspero. Creo que hay 2 mil millones de personas en el mundo que no tienen energía eléctrica en sus hogares. Con un solo panel solar conectado a una lamparita, los niños podrían hacer su tarea en la noche. Cuando se hace de noche, prender una vela cuesta mucho dinero. Todos deberíamos tener electricidad.

—Cuando usted donó mil millones de dólares a las Naciones Unidas en 1997, cantidad que representa hoy la mitad de toda su fortuna, ¿pensó en aquello de que “hay que dar hasta que duela” porque de lo contrario alguien que tiene muy poco es más generoso dando parte de lo poco que tiene? ¿Es cierto para usted lo que dice la religión, que es importante “dar hasta que duela”?

—Más o menos. En realidad, ese monto es menos de la mitad de mi fortuna actual. Fue una gran donación pero no dolió, al contrario, me hizo sentir bien porque creo que la mejor manera de ser feliz es tratar de hacer felices a otros. Entonces, serás feliz.

—Usted asistió a la Academia Militar de Georgia y a la Universidad Brown cuyo lema es “En Dios esperamos”. ¿Usted eligió estas instituciones o fue su padre?

—Fue mi padre. Son muy buenas instituciones. Fui a la escuela militar y estaba en servicio. En aquel momento yo creía que entrar en el ejército era muy importante. Fue durante la Guerra Fría y yo era simplemente un chico joven, y mi padre peleó en la Segunda Guerra Mundial. La gente creía que teníamos que ser fuertes y a mí me gusta ser fuerte también, aunque creo que ser moralmente fuerte es mucho más importante que serlo a nivel militar. Pero cambié. A lo largo de mi vida, dejé de ser alguien que creía en esta frase que mi padre me decía cuando era chico: “Mi país esté bien o esté mal. Siempre y cuando sea mi país, si hacen las cosas mal está bien si las hacen en mi nombre”. Ya no estoy de acuerdo con eso, solía estarlo, pero ya no. Cuando tenía 23 o 24 años vi la serie de televisión sobre la Guerra de Vietnam y fue ahí que me di cuenta de que la Guerra de Vietnam estaba mal, que fue una guerra equivocada. Estamos arrepentidos. Cada vez que me encuentro con un vietnamita, me disculpo porque matamos a 3 millones de civiles vietnamitas y con los bombarderos B-52 destruimos ciudades y pueblos. Nosotros sólo perdimos 60 mil soldados, la misma cantidad que ellos pero matamos a 3 millones de civiles. Eso es una cantidad de 50 a 1. ¿Qué estábamos haciendo? No eran una amenaza. Todavía siguen siendo un país comunista y nosotros hacemos un montón de negocios con ellos y tienen turistas y nos llevábamos bien con Vietnam en general. ¿Por qué los estábamos bombardeando? Con toda la educación, tecnología y desarrollo que hemos llevado adelante, es hora de que empecemos a actuar como gente educada, inteligente, civilizada y, me atrevo a decir también, generosa y compasiva. ¿Por qué no empezamos con eso? Si empezamos con eso, todo será como tiene que ser. Y si no, si destruimos el mundo y morimos de hambre en el desierto, va a ser lo que nos merecemos. Siempre obtienes lo que mereces. Debemos empezar a actuar inteligentemente, a planear para el futuro y a cambiar nuestros recursos. Tenemos un presupuesto militar global de un billón y medio de dólares al año y Estados Unidos gasta casi la mitad de esa cifra. Solíamos gastar aproximadamente 500 mil millones y ahora estamos gastando 700 mil millones. Es una locura. Es siete veces más que el presupuesto militar de China. Si utilizáramos todo el dinero de ese presupuesto, podríamos generar educación y servicios de salud para todos. Y me refiero a absolutamente todos. No sólo en el mundo rico sino a todos en Africa. Eso tenemos que hacer, y dejar a un lado la militar.

—Su padre era protestante y su madre católica, y usted alguna vez confesó que su madre aceptó la propuesta de casamiento después de que él aceptara criar a sus hijos en la fe católica. ¿Esta tensión familiar con respecto a la religión modificó en algo su relación con la Iglesia?

—No había tensión en realidad. Yo fui a ambas iglesias aunque fui mayormente a la protestante. Pero fui a la Iglesia católica lo suficiente como para darme cuenta de algo que realmente me molestaba. No podía creer que los católicos y protestantes se estaban matando entre ellos por desacuerdos sobre el cristianismo. Los católicos son cristianos. Es una locura, son exactamente iguales. Los servicios que se les daba a los católicos eran en latín mientras que los que se les daba a los protestantes eran en inglés pero eran exactamente los mismos servicios. Y ninguno de los sacerdotes jugó alguna vez conmigo, fue una gran sorpresa cuando crecí y me enteré de que algunos sacerdotes estaban acosando niños. Nunca me acosaron a mí. Los padres fueron muy amables.

—Su padre se suicidó en 1963 por una quiebra financiera cuando usted tenía 24 años. A pesar de haberlo perdido a tan temprana edad, ¿cuál siente que fue su legado más importante?

—No, no. El no quebró. Su situación financiera nunca estuvo tan bien como el día en el que se suicidó. No tenía muchísimo dinero pero sí tenía muchos bienes. Pienso que su legado fue su consejo de establecer objetivos tan altos que no pudiera alcanzarlos en toda mi vida. El estableció sus objetivos al salir de la Gran Depresión. Dijo que quería ser millonario, tener un yate y tierras para poder tener su propia granja. Cuando cumplió los 50, ya tenía todo eso y no pudo lograr crearse nuevos objetivos porque ya había trabajado muy duro para alcanzar aquellos otros objetivos que eran increíblemente ambiciosos para esa época.

—Su nombre completo es Robert Edward Turner III, ¿por qué usa el nombre Ted?

—¿Se acuerda que a Edward Kennedy lo llamaban Ted? A mi abuelo también lo llamaban Ted y su nombre era Robert Edward I. Digamos que ‘Ted’ vendría de Edward. Necesito algo para tomar. Agua estaría bien. O té.

—Usted mencionó que tras su separación con Jane Fonda volvió a su mansión en Montana y al ver el guardarropa de ella completamente vacío se sentó en el suelo y se puso a llorar. ¿Ha llorado muchas veces por amor?

—No. (largo silencio)

—¿Sólo esa vez?

—No, no solamente esa vez. He llorado por amor varias veces en mi vida pero no recuerdo demasiado.

—Entre su primer y su segundo matrimonio pasó sólo un año soltero, mientras que entre el segundo y el tercero pasó tres años de soltería. Ahora va a cumplir diez años desde que se separó de Jane Fonda y no se volvió a casar. ¿Se retiró del matrimonio?

—No tengo planeado casarme pronto. Pero creo que es como en el beisbol: tres strikes y estás fuera.

—¿Cuál es su opinión personal acerca del matrimonio?

—Creo que es maravilloso. Desearía haber logrado que funcione aunque lo intenté tres veces.

—Usted aspiró a ser, en sus propias palabras, “el navegante, el hombre de negocios y el amante más grande del mundo. Todos al mismo tiempo”. ¿Logró convertirse en el último de los tres?

—No sé porque fue más un chiste que otra cosa. No existe un concurso para elegir al amante más grande del mundo.

—Winston Churchill era bipolar…

—Yo no soy bipolar.

—Déjeme terminar mi pregunta. Se cree en Argentina que nuestra presidenta también lo es. Y de usted se ha dicho que es bipolar. ¿La bipolaridad es un problema para ejercer la conducción o, al contrario, permite una perspectiva diferente que puede potenciar las capacidades del conductor?

—La verdad es que no sé. No sé lo suficiente sobre el tema (por primera vez se levanta de su sillón y hace una pausa para continuar). Voy al médico todos los meses y estoy bien. No voy porque necesito ir al médico sino porque quiero tener a alguien con quien hablar.

—¿Para innovar es importante tener una perspectiva diferente de la vida?

—Seguro.

—Durante los últimos 15 años usted ha pasado una considerable cantidad de tiempo en Argentina, ¿qué cree que ha cambiado en los últimos 15 años en Argentina?

—Mayormente vengo a mi estancia y voy a pensar y salgo a caminar para relajarme y disfrutar. El último presidente con el que me reuní fue Menem y tuve una muy buena reunión con él. Pero generalmente siempre vengo directamente acá a Bariloche y me voy directamente a EE.UU. también. Me reúno con algunos amigos que tengo acá pero no hago muchas cosas. No hago nada malo y, además, gasto plata acá.

—Alguna impresión sobre los cambios debe tener.

—No. Todo parece estar bien para mí. Recuerdo la época de la devaluación, que fue un momento muy controversial y difícil y me sentí muy feliz al ver que la Argentina logró salir bastante bien de tal situación.

Sigue

“Aquí yace Ted Turner”

—Lo dije en mi libro, voy a leerle. “Al acercarme a mi cumpleaños número 72, estoy completamente agradecido por la increíblemente apasionante vida que tuve la suerte de vivir. De todos mis logros, de lo que más orgulloso estoy es de mis hijos. Laura vive con su familia en Atlanta y, además de criar a sus hijos, es una apasionada filántropa miembro de muchas organizaciones sin fines de lucro y dirige la Fundación Capitán Planeta. Teddy está nuevamente en Charleston, en donde es el fundador y padre de cuatro yates de servicios. Rhett también está en Atlanta y es dueño de tierras y tiene su propia productora de documentales. Beauregard tiene su propia empresa y además de dirigir la Fundación para las Especies en Peligro de Extinción es responsable de la operación y el manejo de nuestros negocios. Mis cinco hijos pertenecen a la comisión directiva de la Fundación y los veo hoy más que nunca reflejados en mis once bisnietos. Hice lo mejor que pude para lograr que mis matrimonios funcionen y es un gran orgullo para mí haber visto crecer a mis hijos y convertirse en adultos tan humanitarios, bondadosos y productivos. Con respecto a mi carrera, estoy particularmente orgulloso de haber creado CNN y espero que esta fuerte señal global continúe siendo una fuerza utilizada para hacer el bien y que resista la tentación de ser arrastrada por la creciente caída del periodismo en el amarillismo. He disfrutado mucho, también, de mi filantropía. Haber realizado la donación de mil millones de dólares a las Naciones Unidas fue una gran emoción y ver todo el bien que se ha hecho con ese dinero ha sido increíblemente gratificante. Haber tenido la posibilidad de ver a muchas otras personas de dinero, como Bill y Melinda Gates, que han decidido donar parte de su tiempo, dinero y recursos para proyectos humanitarios de los que he participado, ha sido también muy divertido. Mirando hacia atrás, como cualquiera lo haría, si tuviera que vivir mi vida nuevamente, hay cosas que haría diferente pero ha sido un recorrido sorprendente y hay muy pocas cosas de las que me arrepiento. Estoy particularmente agradecido por el consejo de mi padre de establecer objetivos tan altos que no pueda alcanzarlos en toda mi vida. Esa inspiración me mantiene lleno de energía y con ganas de trabajar arduamente día a día no sólo en filantropía sino también en nuevos negocios. Al completar éste, mi primer libro, planeo tener muchos más logros durante los próximos años que me permitan escribir una secuela. Solía pensar en qué me gustaría que dijera la lápida de mi tumba. En un punto en el que creía que no podía liberarme de la prensa, el que me entrevistó era un candidato líder. En el medio de mi carrera, creí que diría: “Aquí yace Ted Turner. Nunca fue dueño de una emisora”. Hoy me inclino por la idea de que ya no hay más nada que decir.”

Un párrafo más. “Nos debemos a los 3 millones de años que nuestros ancestros han vivido aquí para asegurarnos que vamos a proteger nuestro futuro en los próximos 3 millones de años. Tenemos que eliminar el analfabetismo, las enfermedades, la pobreza, el dolor y el sufrimiento. Se estima que la pobreza podría ser erradicada con solamente mil millones de dólares por año. Si usáramos tan sólo el 10% del presupuesto militar global, lo lograríamos. Los seres humanos somos responsables del Holocausto y de la creación de las armas nucleares pero somos también quienes crearon a la Mona Lisa y la Quinta Sinfonía de Beethoven. En resumen, somos capaces de crear tanto cosas grandiosas como destructivas. Estamos a un paso de la catástrofe pero estamos, también, a un paso del paraíso. Sé que podemos hacerlo pero tenemos que trabajar juntos y empezar ahora mismo.”

www.diarioperfil.com.ar