Texas apuesta por la energía eólica y solar

Hace mucho que Texas es la sede de grandes petroleras especialistas en extraer crudo de lugares de difícil acceso. Ahora la moderna Austin compite por convertirse en el centro de un mercado potencialmente enorme de electricidad generada por energía solar termoeléctrica y termosolar.

Puede que el resto del estado de Texas siga los pasos de Austin si la legislatura estatal aprueba incentivos para cambiar el aspecto económico en la compra de paneles solares, pasando de una práctica hippie y moderna a adquisiciones con alta demanda y a precio de descuento.

Grandes empresas de energía solar como SunPower Corp., nacidas en Silicon Valley y nutridas con los incentivos del estado para las energías renovables, están pensando en Texas como la nueva frontera para el despliegue de energía limpia de Estados Unidos.

Texas, el segundo estado más poblado después de California, es el centro del sector energético del país. Tradicionales compañías petroleras como Exxon Mobil y ConocoPhillips tienen su sede, pero Texas es también el mayor productor estadounidense de energía eólica.

"Es una combinación natural pensar en Texas en última instancia como uno de los más grandes sino el más grande los mercados de energía solar del país", dijo Julie Blunden, vicepresidente ejecutiva de políticas públicas y comunicación corporativa de SunPower.

A comienzos de este mes, SunPower, la mayor empresa de energía solar de California, se comprometió a abrir una oficina en Austin para 450 empleados. Texas podría eclipsar algún día a California para convertirse en el estado que más energía solar genera en Estados Unidos, dijo Blunden.

"Texas es enorme", dijo Michael Horwitz, importante analista de investigaciones en tecnología limpia para Robert W. Baird & Co. SunPower, tiene un fuerte historial de marketing en energía solar y "tiene sentido que sean uno de los primeros actores en irrumpir en ese mercado", sostuvo Horwitz.

Texas tiene mucho para ofrecer. Es hogar del mayor mercado estadounidense de electricidad, y como sabe cualquiera que haya visitado el estado en verano, hay mucho sol.

Texas "tiene un abastecimiento de energía solar virtualmente ilimitado" y se encuentra entre los mejores estados del país en potencial de recursos solares, según el Departamento de Energía de Estados Unidos. Ese potencial no está explotado hoy en día.

California es el productor número uno de energía solar de Estados Unidos, gracias en gran medida a los más de 2.000 millones de dólares en incentivos y leyes que exigen a las compañías de servicios obtener un 33 por ciento de su electricidad de energías renovables para 2020, dice Aaron Chey, un analista de Hapoalim Securities.

Texas ni siquiera está entre los 10 estados principales. Eso podría cambiar si la legislatura de Texas avanza el año próximo con propuestas que podrían exigir a las compañías de servicios estatales que compren energía solar y ofrecerían 500 millones de dólares en descuentos durante cinco años a residencias y comercios que instalen paneles solares.

"Estos incentivos encenderán la llama ni bien toquen la mecha. Va a ser como con el sector eólico (de Texas) si lo hace bien", dijo Russel Smith, director ejecutivo de la Asociación de Industrias de Energías Renovables de Texas en Austin.

El despliegue solar de Texas hasta ahora ha sido un esfuerzo poco sistemático, ciudad por ciudad. Austin se ha puesto la meta de obtener un 35 por ciento de su energía de energías renovables para 2020, y Austin Energy quiere que el objetivo se duplique, llegando a 200 megavatios durante ese periodo.

Sin reglas vigentes en todo el estado la industria podría languidecer si se limita a ser un mosaico de esfuerzos locales, según activistas de energías renovables.

"Para que el sector privado entre en acción y realmente haga lo que el capital privado puede hacer, que es capitalizar esta fuente de energía, la legislatura tendrá que hacer algo", dijo Andrew McCalla, presidente y fundador de Meridian Solar Inc., que diseña, construye e instala equipos solares. Incluso sin esos incentivos el mercado solar de Texas está exhibiendo signos de vitalidad.

La primera firma de energía solar del estado comenzó sus operaciones en noviembre, un proyecto de 14 megavatios en San Antonio. Eso alimentaría a 14.000 casas si el sol brillara sin interrupción, o unas cinco mil en condiciones normales.

Y el 15 de diciembre, RRE Austin Solar empezó las obras de una granja solar al noreste de Austin. Un proceso de optimización de permisos fue clave para atraer a RRE Austin a Texas, dijo Angelous Angelou, un consultor de la compañía privada. "Desde el punto de vista de los tiempos, Texas ofrece significativas ventajas sobre cualquier otro estado", dijo Angelou.

Mientras que obtener permisos importantes en California toma años, el operador de la red de suministro de Texas aprobó un permiso de conexión en unos siete meses, explicó.

Los proyectos solares de Texas se ven eclipsados por las granjas centrales de energía termosolar de California, como el plan solar Blythe de seis mil millones de dólares y mil megavatios en el desierto Mojave, que podría abastecer a 300.000 hogares cuando entre en funcionamiento en 2013.

El gobernador de Texas, Rick Perry, se ha opuesto ferozmente a las regulaciones federales para reducir las emisiones de dióxido de carbono. Pero si el Congreso de Estados Unidos alguna vez avanza con la legislación de emisiones de CO2, los proyectos solares podrían ser claves para Texas, que emite más gases de invernadero per cápita que cualquier otro estado.

Si Texas experimenta un auge solar, Austin sería un centro lógico. Es conocida como las "Silicon Hill" -en relación a Silicon Valley en California- debido a sus raíces en alta tecnología.

Las oficinas centrales del fabricante de PCs Dell Inc. están en la cercana Round Rock, y la facultad de Austin en la Universidad de Texas es un semillero de expertos en alta tecnología.

La ciudad tiene un largo historial en materia de activismo en defensa de las energías renovables, que se originó en la oposición comunitaria a la construcción de una planta nuclear en Texas en la década de 1960.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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