La UE establece objetivos de reducción de emisiones para furgonetas

La Unión Europea acordó hoy objetivos obligatorios de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) para los vehículos comerciales ligeros (hasta los 2.610 kilos) y sanciones para aquellos fabricantes que no los respeten.

La decisión, que aún debe ser confirmada oficialmente, fue adoptada en Estrasburgo (Francia) en una reunión entre el Parlamento Europeo, la CE y los países comunitarios.

Supone un paso atrás con respecto a la propuesta original que presentó la Comisión el año pasado, ya que retrasa un año el objetivo a corto plazo (de 2016 a 2017) y permite emitir hasta 147 gramos en 2020, en lugar de 135 gramos como sugirió Bruselas.

Este margen responde a la presión ejercida por los países productores de coches como Alemania, Francia e Italia y por la propia industria automovilística que temía costes de entre 2.500 y 6.000 euros por vehículo, lo que elevaría los precios finales hasta en un 10 por ciento.

La comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, destacó en un comunicado que la medida servirá para estimular la innovación en la industria y reducir el consumo de combustible.

Los objetivos se refieren a la media de la flota, de manera que en la práctica los vehículos más pesados podrán emitir más que los más ligeros, es decir, que los fabricantes podrán seguir produciendo modelos que superen estos umbrales siempre que compensen sus emisiones con las de otros vehículos más ecológicos.

En cuanto al objetivo a largo plazo (147 gramos en 2020), se prevé detallar la manera de alcanzarlo y revisar si sigue siendo adecuado en una revisión en 2013.

La UE adoptó en 2008 una normativa similar para turismos nuevos, que obligaba a los fabricantes a reducir las emisiones de CO2 a 130 gramos en 2015 y a 95 gramos en 2020.

La nueva legislación se enmarca dentro de los esfuerzos comunitarios para reducir en un 20 por ciento las emisiones en 2020 y constituye un elemento clave, debido a que el CO2 procedente de los transportes creció un 36 por ciento entre 1990 y 2007, frente al 9 por ciento de aumento registrado en el resto de sectores. Las furgonetas, en concreto, son responsables de alrededor de un 1,5% de las emisiones totales de CO2 de la UE.

Greenpeace consideró el acuerdo de hoy "una oportunidad perdida" y aseguró que la nueva medida no permitirá frenar el crecimiento de las emisiones contaminantes.

La organización Transport & Environment, por su parte, recordó que la industria del automóvil se ha beneficiado de subvenciones millonarias y préstamos a bajo interés y lamentó que las instituciones europeas hayan cedido a sus presiones.

Señaló que, debido a que las emisiones de CO2 y la eficiencia de combustible están directamente relacionadas, imponer objetivo menos ambiciosos de reducción implica que los modelos consumirán más combustible, lo que perjudica a las pequeñas empresas que dependen de las furgonetas para sus actividades.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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