Terminó la Cumbre del Clima en Cancún con acuerdos de poco calado

El texto, al que se opuso Bolivia, prorroga un segundo periodo de vigencia del Protocolo de Kioto, que establece los objetivos obligatorios de reducción de emisiones a 37 países industrializados.

Eel acuerdo logrado en Cancún abre la vía a la creación de un Fondo Verde Climático dentro de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático.

La conferencia sobre cambio climático de Cancún consiguió salvar el proceso de negociaciones climáticas de la ONU al aprobar dos acuerdos finales, pese a la oposición de Bolivia, en una sesión que duró diez horas más que lo previsto.

"Se ha dado un paso muy grande al restablecer la confianza de la comunidad internacional en el multilateralismo", dijo el presidente de México, Felipe Calderón, que apareció en el salón de sesiones después de la aprobación de los documentos para la ceremonia de cierre.

Calderón dijo que con los desacuerdos de la cumbre del año pasado en Copenhague "se había dañado notablemente la confianza de todos". "La esperanza ha vuelto", aseveró.

La XVI Conferencia de las Partes de la ONU sobre Cambio Climático concluyó hoy en Cancún con los siguientes acuerdos:

– Se crea un Fondo Verde Climático (GCF) dentro de la Convención Marco que contará con un consejo con veinticuatro países miembros. Un fideicomisario que en un primer momento sería el Banco Mundial (BM) rendirá cuentas al consejo. Será diseñado por un comité de transición que formarán 40 países, quince de ellos países desarrollados y 25, menos avanzados.

– Se incorpora el compromiso de proporcionar 30.000 millones de dólares de financiación rápida para el período 2008-2012 (fast start). Se reconoce la necesidad de "movilizar 100.000 millones de dólares por año a partir de 2020 para atender las necesidades de los países en desarrollo".

– Los países acuerdan "elevar el nivel de ambición en la reducción de emisiones" de gases causantes del efecto invernadero (GEI), y propone que los países con vínculo jurídico con ese protocolo deberían "en 2020 reducir sus emisiones en un rango entre el 25 y el 40% en relación a los niveles de 1990".

– En mitigación los países decidieron aplazar la decisión sobre si habrá o no una segunda fase del Protocolo de Kioto. El documento final pide adoptar "tan pronto como sea posible" una decisión sobre compromisos para una segunda fase para "garantizar que no haya una brecha entre el primer y el segundo período de compromisos".

– Cancún incorpora los compromisos de todos los países en materia de reducción de emisiones al proceso de negociaciones de Naciones Unidas, lo que vincula el Acuerdo de Copenhague a la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (CMNUCC).

– En adaptación los países acuerdan que ésta "debe ser atendida con la misma prioridad que la mitigación" y que necesita "requerimientos institucionales apropiados para mejorar las acciones y apoyos en adaptación".

– Se decidió crear un Marco de Adaptación que pretende potenciar el modo en que se hace frente a los desastres naturales desde la Convención Marco, así como un Comité de Adaptación que proporcionará apoyo técnico y que recibirá sugerencias de los países hasta el 21 de febrero de 2011.

– El texto incluye en la Convención la decisión tomada hace un año que establecía una meta climática de un aumento de 2 grados centígrados respecto a niveles preindustriales para el presente siglo. Sin embargo establece "la necesidad de considerar" el fortalecimiento del objetivo global a largo plazo a la luz de la evidencia científica, incluida la posibilidad de bajarla a 1,5 grados.

– También se alcanzó un compromiso para que "lo antes posible" se fije una fecha para establecer un máximo de emisiones, misma que se pondrá a consideración de la próxima Conferencia climática de Durban (2011).

– En transparencia los países decidieron que las acciones de mitigación con apoyo internacional serán sometidas a medición, reporte y verificación (MRV) "doméstica" e "internacionalmente". Además habrá Consultas y Análisis Internacional (ICA) "de manera no intrusiva, ni punitiva, y respetuosa de la soberanía nacional" que realizarán expertos.

– En cuanto al mecanismo de reducción de emisiones por deforestación y degradación de los bosques (REDD, por sus siglas en inglés) el acuerdo establece que habrá actividades en ambas áreas, para conservar los bosques desarrolladas en fases. El texto señala que habría que "explorar opciones financiación" para posibilitar el desarrollo de REDD.

– Se especifica que se tomarán en cuenta las provisiones de la Declaración de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas, de 2007 para el programa REDD.

– Se establece un mecanismo de tecnología así como una Red y un Centro de Tecnología Climática encargado de identificar la tecnología más adecuada que podría ser proporcionada a los países que la requieran.

El acuerdo alcanzado este sábado en la Cumbre del Clima de Cancún (México) fue valorado positivamente por los ecologistas, aunque coinciden en señalar que es insuficiente para combatir de forma efectiva el aumento de las temperaturas.

"Hoy la comunidad internacional ha demostrado que es capaz de dar pasos importantes con los demás contra el cambio climático", dijo Regine Günther, experta en clima de la organización internacional WWF. "Con el compromiso de Cancún se consigue una buena base para las futura cumbre sobre el clima en Suráfrica", añadió.

Greenpeace calificó de señal esperanzadora el documento final de la cumbre que durante 12 días reunió en México a expertos de todo el mundo. "El resultado es mejor de lo que muchos aquí se temían. Sin embargo, se trata solo del principio. Ahora comienza el verdadero trabajo", dijo el director de la política climática internacional de Greenpeace, Martin Kaiser.

Greenpeace ha mostrado su satisfacción por el resultado de la Cumbre de Cancún porque ha cerrado "un acuerdo justo, ambicioso y legalmente vinculante" y que significa "un paso importante" en la lucha internacional contra el cambio climático.

La organización ecologista considera en un comunicado que "los gobiernos han tomado la decisión correcta" en Cancún, decantándose por el consenso en los temas clave "en lugar de priorizar posiciones polarizadas".

No obstante, cree que podría haberse ido incluso más allá si algunos países no hubieran insistido en mantener "una actitud poco constructiva" e intentar influenciar negativamente las negociaciones. Así, por ejemplo, dice que los Estados Unidos, pese a ser el mayor emisor histórico del mundo, mantiene unos compromisos muy débiles y se niega a aceptar su parte de responsabilidad, mientras que Rusia y Japón siguen negándose a aceptar un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto.

En este sentido, la organización ecologista destaca que quedan todavía muchos "temas en el tintero" y que el camino hacia el acuerdo global no va a ser fácil.

"Los gobiernos tienen mucho que hacer a partir de mañana para cumplir lo que han acordado, lo que se traduce, por ejemplo, en doblar sus esfuerzos de reducción de emisiones. Hoy empieza el camino hacia la próxima cumbre en Durban, Suráfrica. La sociedad civil debe poner la presión necesaria sobre la clase política para que mantengan la voluntad de hacer frente a la crisis climática y firmen el acuerdo global, el año que viene en Sudáfrica" ha declarado Aida Vila, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace.

Según la organización ecologista, la Unión Europea ha sido bastante constructiva en este proceso y, pese a que Greenpeace sigue criticándole que no haya dado el paso unilateral hacia un compromiso de reducción de emisiones del 30%, le reconoce su esfuerzo conciliador y el valor de actitudes como la de España, de anunciar su apoyo al 30% en esta cumbre.

Otras asociaciones destacan, por ejemplo, que durante la cumbre se haya aceptado por primera vez a nivel internacional que la meta máxima para el aumento de la temperatura sea de dos grados.

Por otra parte, para Klaus Töpfer, el ex jefe del programa de medio ambiente de la ONU Unep, la cifra de participantes en la cumbre es demasiada elevada. Propone una revisión de la estructura de este tipo de encuentros, pues hasta la fecha cualquier nación puede detener la aprobación final, como hoy casi ocurrió con la oposición de Bolivia al documento final.

Es necesaria una mejor coordinación entre los países, sobre todo entre los más CO2 emiten. "Hay 22 naciones que provocan el 80 por ciento de las emisiones responsables del clima", dijo.

Los documentos recogen compromisos en temas como financiamiento, reducción de emisiones, adaptación al cambio climático o deforestación. Entre los aspectos centrales están la creación de un Fondo Verde y la afirmación de que se buscará darle continuidad al Protocolo de Kioto de reducción de emisiones después de 2012.

En algunos puntos se encontraron soluciones vagas o sólo se estableció el compromiso de seguir discutiendo, en un "delicado balance", como expresaron varias delegaciones, que permitiera destrabar el estancamiento.

La aprobación de los textos llegó pasadas las tres de la madrugada del sábado, cuando se tenía previsto concluir el viernes a las seis de la tarde.

Bolivia quedó como el único país que se opuso de manera rotunda a aceptar los documentos y amenazó con recurrir a las instancias necesarias para hacer cumplir la regla de que los documentos se aprueban por consenso.

"El precedente es funesto. Hoy será Bolivia y mañana será cualquier país", reclamó el embajador de Bolivia ante Naciones Unidas, Pablo Solón. "Ni siquiera en Copenhague se hizo esto".

La presidenta de la conferencia, Patricia Espinosa, señaló que el consenso no implica que un país pueda vetar las decisiones de los otros 193. "La decisión de la conferencia ha sido tomada", sentenció.

La controversia opacó lo que hubiera sido un éxito sin matices de la conferencia de Cancún. La cita logró sacar adelante un difícil acuerdo luego de dos semanas de debate entre más de 190 países.

Bolivia, que el año pasado no apoyó tampoco el Acuerdo de Copenhague, afirma que se le negó la oportunidad de revisar punto por punto los documentos para plantear sus argumentos.

Las expectativas para la conferencia eran muy bajas, por lo que el resultado se considera un gran éxito, conseguido con las artes diplomáticas de Espinosa, ministra de Relaciones Exteriores de México.

La funcionaria recibió efusivas muestras de reconocimiento de sus colegas, que la ovacionaron varias veces en un hecho inédito para las cumbres climáticas, por su liderazgo para sacar adelante los acuerdos y revivir un proceso que había quedado herido en Copenhague.

"No podemos ver estas conferencias de Cancún como un final. En todo caso debemos verlas como el principio de una nueva fase de cooperación", dijo Espinosa. "El texto que tenemos frente a nosotros parece ser lo mejor que hemos podido alcanzar en esta etapa".Manifestaciones ciudadanas en Cancún.Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Manifestaciones ciudadanas en Cancún.

Agregó que en el futuro habrá muchas otras posibilidades de diálogo para dar seguimiento a temas "que requieren un enorme trabajo" para asegurar el éxito de la próxima conferencia de 2011 en Sudáfrica y las que vengan después.

El ministro de Medio Ambiente de la India, Jairam Ramesh, dijo que el proceso de negociaciones no sólo logró un "paquete equilibrado", sino que "ha restaurado la confianza de la comunidad mundial en el multilateralismo". "Todos hemos ganado y todos hemos cedido", expresó.

También China, el mayor emisor de gases de efecto invernadero, elogió el desenlace. "Las partes han hecho grandes esfuerzos en las negociaciones", dijo el jefe de la delegación china, Xie Zhenhua.

El texto "no es perfecto pero es una buena base para avanzar", expresó el enviado especial de Estados Unidos para cambio climático, Todd Stern.

Un punto importante es que se asentó que se evitará "un vacío" una vez que concluya en 2012 la primera fase del Protocolo de Kioto, único acuerdo vinculante para reducción de emisiones, que fue firmado por 37 países desarrollados pero nunca ratificado por Estados Unidos.

También se decidió crear un fondo de financiamiento que canalice "una parte sustancial" de los 100.000 millones de dólares anuales prometidos por países desarrollados a partir de 2020 para apoyar a países pobres en los desafíos del cambio climático.

El fondo tendría una junta de 24 miembros, repartidos en partes iguales entre países desarrollados y en vías de desarrollo, y sería administrado de manera provisional en los primeros tres años por el Banco Mundial (BM), uno de los puntos objetados por Bolivia.

En el texto se llama también a las naciones desarrolladas a "elevar el nivel de ambición en la reducción de emisiones" y asienta la necesidad de que los países industrializados recorten hasta 2020 sus emisiones de gases de efecto invernadero entre el 25 y el 40 por ciento para estabilizar la temperatura del planeta.

El acuerdo logrado en Cancún abre la vía a la creación de un Fondo Verde Climático (GCF, por su sigla en inglés) dentro de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático que contará con un consejo con veinticuatro países miembro.

También reconoce la necesidad de "movilizar 100.000 millones de dólares por año a partir de 2020 para atender las necesidades de los países en desarrollo".

En relación con la transparencia, un asunto que interesaba particularmente a Estados Unidos, el texto de compromiso plantea que las acciones de mitigación con apoyo internacional sean sometidas a medición, reporte y verificación (MRV) de acuerdo con pautas establecidas por la Convención.

El documento aprobado permite la puesta en marcha de un sistema de Consultas y Análisis Internacional (ICA, por su sigla en inglés) "de manera no intrusiva, ni punitiva, y respetuosa de la soberanía nacional" que realizarán expertos.

También se aplaza a un momento futuro la decisión sobre si habrá o no una segunda fase del Protocolo de Kioto y pide a los países subir su "nivel de ambición" en recortes.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

Los compromisos de la primera fase del protocolo implicaban la reducción del 11-16% respecto a los niveles de 1990 para el período 2008-2012, mientras que ahora se propone que se suban a un porcentaje entre el 25-40% en 2020.