La capacidad y el precio de las baterías dificulta la introducción del coche eléctrico

A muchos les cuesta creer que los científicos sigan invirtiendo tiempo, energía y recursos en la optimización de la batería de litio para los automóviles eléctricos. De ella se dice que es demasiado cara, demasiado pesada, que tiene muy poca duración y muy poco alcance; y esos son sólo algunos de los problemas de imagen que confronta la batería en cuestión.

Y es que un coche eléctrico puede contar con apenas 100 kilómetros de suministro si su conductor desea, adicionalmente, abrir o cerrar las ventanas eléctricas, activar el sistema de navegación, la calefacción o el aire acondicionado.

Pocos automóviles eléctricos utilizan baterías de níquel e hidruro metálico porque éstas generan menos energía –¡dos tercios menos!– que las baterías de iones de litio; de ahí que las esperanzas estén cifradas en las últimas.

Aunque a muchos especialistas todavía les cuesta imaginarse una manera de aumentar la capacidad energética de las baterías Li-Ion, como también se les llama, la industria no está dispuesta a abandonar la búsqueda. En este ámbito se viene investigando desde hace dos décadas y algunos hallazgos prometen un enorme potencial.

Los investigadores anticipan el desarrollo de una batería con una capacidad de suministro de varios miles de kilovatios-hora por kilogramo. Aún cuando esa batería sólo pueda producir una décima de esa energía, ésta sería tres o cuatro veces superior a la generada por la actual batería de iones de litio y le daría a un automóvil eléctrico la capacidad de recorrer cientos de kilómetros, incluso si el interior del coche en cuestión está dotado con un sofisticado sistema electrónico. Sin embargo, los obstáculos para llevar la teoría a la práctica siguen siendo grandes.

Expertos como Jens Tübke, del Instituto Fraunhofer para la Tecnología Química, confiesan que los retos se presentan a todo nivel y que los éxitos de las investigaciones alrededor de la batería de iones de litio sólo se materializarán de aquí a diez años. Por su parte, Matthias Vetter, miembro del Instituto Frauhofer para Sistemas Solares de Energía ve una posibilidad más realista de aumentar el alcance de los automóviles de propulsión eléctrica en un futuro más cercano en los coches híbridos. Es decir, en automóviles que utilizan baterías y también pilas de combustible.

Los éxitos de las investigaciones alrededor de la batería de iones de litio se materializarán de aquí a diez años. Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Los éxitos de las investigaciones alrededor de la batería de iones de litio se materializarán de aquí a diez años. Un automóvil podría cubrir distancias relativamente cortas con el impulso que provee la batería y distancias más largas con la energía de la pila de combustible. “Desde luego, es necesario comparar el rendimiento de esta tecnología con el de un motor de combustión de gran eficiencia dotado con un range extender”, comenta Vetter.

La opinión que domina entre los científicos es que los automóviles eléctricos que circularán por las calles en los próximos años serán puestos en marcha por baterías de iones de litio y los descubrimientos prometedores que se comienzan a hacer serán integrados a los modelos de segunda generación.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

Thomas Gith / Evan Romero-Castillo. Editor: José Ospina Valencia. www.dw-world.de