El primer Fisker Karma debutará en París

En 2007, Bernhard Koehler y Henrik Fisker fundaron Fisker Automotive. Han tenido que pasar tres años para que podamos ver la versión definitiva del Karma, el primer proyecto verdaderamente propio del fabricante americano. Aunque el coche fue originalmente presentado en enero de 2008 como un plug-in hybrid de última generación, varios problemas, especialmente de índole financiera, han hecho retrasar el proyecto en más de una ocasión. El Salón de París será, pues, el escenario de una de las presentaciones más esperadas del año.

El Karma cuenta con dos motores eléctricos que unidos, generan 300 kW, una potencia que equivale a 402 caballos, y un descomunal par de 1.300 Nm. Ambos motores están alimentados por un par de baterías de ion-litio, que permiten al Karma moverse con energía totalmente limpia durante 80 kilómetros. A partir de ahí, un motor de 2 litros turbo-alimentado recargará las baterías, pudiendo así recorrer un total de 483 km. La cifra más destacada es, sin duda, el consumo de gasolina, que se cifra en 2,4 litros cada 100 kilómetros. Son unos datos que a buen seguro lo convertirán en toda una referencia en la categoría, aunque mucho me temo que el cliente habitual de este tipo de coches, en el fondo no suele preocuparse mucho por el consumo de carburante.

Pensado como una berlina de cuatro puertas, el Karma puede transportar a cuatro pasajeros de forma cómoda, rápida y, sobretodo, sostenible. Y es que las prestaciones no están nada mal para el tipo de coche que tenemos entre manos: 200 km/h de velocidad máxima, y 5,9 segundos para alcanzar los 100 km/h. Unas cifras que ciertamente, cualquier Mercedes-Benz CLS o Audi A7 podrían superar sin apenas despeinarse, pero… seguramente gastando hasta cuatro veces más de carburante en el intento.

Si nos fijamos en la estética exterior, las líneas son agresivas pero a la vez, elegantes, con una silueta tremendamente estilizada que poco ha variado desde que fue presentada a principios de 2008. Y es que la mano del co-fundador, Henrik Fisker, se nota: el danés es el artífice de joyas como el DB9 y el V8 Vantage (tras su paso por Aston Martin), así como del BMW Z8, entre otros. De hecho, antes de ser Fisker Automotive, la empresa era conocida por el nombre de Fisker Coachbuild, y desde 2005, se dedicaba al viejo oficio de los carroceros: como Scaglietti, como Karmann o como Ghia. Partiendo de un BMW Serie 6 y de un Mercedes-Benz SL, Fisker ofrecía el Latigo y el Tramonto respectivamente, dos deportivos que desgraciadamente no tuvieron una muy buena acogida. Esperemos que las cosas les vayan mejor con el Karma. De momento, pueden presumir de ser el primer híbrido plug-in en su segmento, que ya es algo.

Cuando uno echa un vistazo al comunicado de prensa, se echa en falta un dato que, a mi juicio, es bastante importante: la fecha de comercialización. Con la versión de producción ya terminada para la cita parisina, y después de tantos retrasos y de aplazar el proyecto en tantas ocasiones, yo ya daba por hecho que la comercialización era inminente. Al obviar este dato, uno ya no está tan seguro. Los que si parecen muy seguros de si mismos son los responsables de la compañía: el objetivo es fabricar 100.000 unidades al año a medio plazo. De momento, el primero ya lo tenemos, y en dos semanas lo podremos ver en París.

Los vehículos eléctricos no emiten CO2, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad a los vehículos eléctricos, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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karma.fiskerautomotive.com